Jairo Vivas: México no puede parar ni seguir con simulaciones ante la crisis forense
México cuenta con un mecanismo extraordinario para hacer frente a la crisis forense: el MEIF. Foto: Majo Vázquez/La-Lista

México cierra el 2023 con una crisis forense que mantiene, hasta ahora, a más 52 mil personas sin identificar en fosas y servicios médicos forenses, de acuerdo con estimaciones de familiares y colectivos. 

Una crisis forense que, a decir de Jairo Vivas, coordinador del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF), puede tardar décadas en resolverse, por lo que es crucial que México no quite el dedo del renglón ni caiga en simulaciones. 

“México no puede parar ni seguir con simulaciones. Tiene que crear bases robustas para entregar la bandera a los que vienen. Ahora que habrá cambio de gobierno no se puede dejar atrás esta problemática porque las personas sin identificar ahí están y porque los desaparecidos crecen todos los días. El Estado tiene esta responsabilidad por principios humanitarios”, dice Vivas en entrevista con La-Lista. 

El MEIF nació como un esfuerzo del actual gobierno federal –a petición de familiares y colectivos– para dar una solución a la crisis forense en México. En 2019 se anunció su creación, para 2020 se publicó el acuerdo de la Secretaría de Gobernación (Segob) por el que se aprobaba la conformación del grupo coordinador, y en 2021 finalmente se presentó a sus integrantes. 

Según el acuerdo de la Segob, el MEIF es de carácter extraordinario, multidisciplinario y con autonomía técnico-científica, cuya tarea principal es hacer los peritajes pertinentes en víctimas que no han sido identificadas, siempre de la mano de familiares de personas desaparecidas, colectivos y fiscalías. 

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Cartel con fotos de personas desaparecidas colocado frente a Palacio Nacional. Foto: EFE

El pasado 15 de diciembre, el MEIF presentó en conferencia su Segundo Informe de actividades, en el que se detallan los avances obtenidos en estos dos años de labores, que se resumen en la definición de una metodología de trabajo que ha sido probada en tres estados: San Luis Potosí, Zacatecas y Tamaulipas, planteados como el primer objetivo del mecanismo. 

Al resto de las entidades se les ha enviado una invitación para trabajar junto con fiscalías y comisiones de búsqueda, con lo que se espera que para 2024 haya convenios de colaboración con Campeche y Chihuahua. En lo que respecta a Jalisco y Coahuila, optaron por usar sus propios recursos de identificación humana. 

El mecanismo de implementación del MEIF consiste de seis fases, a partir de la suscripción de convenios con las fiscalías estatales:

  1. La recolección y análisis de información útil y disponible para impulsar el proceso de identificación.
  2. La intervención de expertos forenses para examinar a cada una de las víctimas halladas en fosas o anfiteatros.
  3. Análisis genético de las muestras biológicas recolectadas durante el examen de los cuerpos.
  4. Recolectar información genética y no genética para los Archivos Básicos de Identificación de las personas desaparecidas.
  5. Labores especializadas de comparación/confrontación de la información existente en los archivos básicos de identificación.
  6. Acompañamiento a la notificación de los resultados y la entrega digna de los cuerpos de las personas fallecidas que hayan sido identificad.

Jairo Vivas señala que el principal reto que enfrenta el MEIF es la gran cantidad de cadáveres que hay en México en condiciones que complican su identificación. 

“Muchos cadáveres están en avanzado estado de descomposición o esqueletizados, y la realidad en México es que a las víctimas las queman o las meten en ácido para desaparecer su rastro. Hay una ruptura total que también responde a fenómenos dinámicos como las desapariciones y la migración, por eso se requiere un trabajo muy especializado basado en una metodología multidisciplinaria”, agrega el especialista en medicina forense. 

Actualmente, el MEIF tiene alrededor de 200 muestras genéticas susceptibles de analizar. Vivas explica que ya se analizaron las muestras de un caso para el cual se cotejaron 10 muestras. Además, indica que se trabaja en otros cuatro casos, pero “la tarea no es sencilla”. 

“El MEIF no es la solución, pero sienta las bases para la solución de la crisis forense (…) No es una tarea fácil ni rápida, la identificación de un cuerpo en estas condiciones que hay en México puede tardar hasta 10 años o más”, puntualiza. 

Toda la información forense que el mecanismo reúne es entregada a las fiscalías para que estas, a su vez, coadyuven en construir la Base de Datos Genéticos que permita la confronta ordenada de muestras genéticas y se tenga un censo de víctimas no identificadas. 

La pregunta que surge ante la creación y el trabajo del MEIF es ¿cuándo se podrá resolver la crisis forense? Jairo Vivas pone de ejemplo la experiencia de Colombia –su país de origen– donde el banco genético para identificar a víctimas funciona desde hace más de 20 años, pero las leyes que lo regulan son casi de reciente creación, lo que complicó los trabajos.

Durante 13 años, Jairo Vivas ha visitado México, pero desde hace poco más de dos años radica en este país tras ser llamado por el Fondo de Población de la Naciones Unidas–por su experiencia respecto a personas desaparecidas en Colombia– para formar parte del MEIF. 

“Soy médico cirujano, pero me tocó hacer una especialización de tres años en patología en medicina forense cuando mi país atravesaba una crisis como la de México”, comparte Vivas. Tiene más de 23 años de experiencia en el campo de la patología forense y en los procesos de identificación humana, desarrollados principalmente en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y en la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas de Colombia.

En Colombia, la cifra de personas desaparecidas también ascendía a más de 100 mil. Del total de víctimas halladas en fosas y anfiteatros solo se logró identificar al 50%, porque del resto “no hay información para cotejar”. Es decir, la crisis forense en ese país no está resuelta pese a que la metodología se empezó a implementar hace más de dos décadas. 

En este sentido, Jairo Vivas recomienda a México avanzar en la metodología y en la base de datos al mismo tiempo que en las normas que regirán la identificación, y reitera que el esfuerzo debe ser permanente y multidisciplinario. 

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Familiares de desaparecidos que trabajan en la exhumación de fosas clandestinas en El Mante. Foto por EFE.

“Se tiene que crear una base de datos genética centralizada y normarla (en las leyes), y que esta dure décadas. Los gobiernos tienen que hacer planes a largo plazo, tienen que ver que esto no es de un sexenio, las bases tienen que perdurar por años México”, enfatiza. 

El MEIF, señala Vivas, llegó a hacer una tarea puntual que es definir la metodología para que los servicios médicos forenses y las fiscalías puedan implementarlo en el día a día. Sin embargo, su funcionamiento en México es aún indefinido. 

“Hay países donde nos dicen que el mecanismo va a durar 10 o 15 años, pero en México el acuerdo señala que ‘hasta que se solucione el problema’. Y esto puede derivar en un error porque el problema va a durar décadas, y el mecanismo no puede ser infinito, solo sienta las bases”, expone.

Una crisis costosa para el país

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que al cierre de 2022 en el país había 1 mil 004 laboratorios de servicios periciales y/ o servicio médico forense, de los cuales 517 son de la FGR y 487 de las unidades estatales. Comparado con 2021, la cantidad de laboratorios aumentó 3.1%.

El Inegi señaló que el aumento obedeció a que, a partir de 2019, cada uno de los espacios físicos –por especialidad pericial– provisto de equipamiento especializado o de gabinete, o con la infraestructura y los medios necesarios para llevar a cabo los análisis y estudios de carácter científico-técnico, se identificó como laboratorio.

De los laboratorios reportados, Tabasco y Chiapas tuvieron la mayor cantidad, con 75 y 38, respectivamente. En cuanto al personal que labora en los servicios periciales y/o servicios médicos forenses a nivel nacional se tiene que solo 13 mil 827 funcionarios y especialistas atienden la crisis forense.

Según el Inegi, comparado con 2021, la cantidad de personal forense dependiente de la FGR disminuyó 5.8% en 2022, mientras que en las unidades estatales el personal aumentó solo 1.4%.

“Un laboratorio se monta fácil. Son unos meses de trabajo, se compran los equipos y los reactivos, pero de dónde voy a sacar a las personas que van a estar ahí trabajando. Necesitamos forenses, médicos odontólogos, antropólogos, criminalistas, genetistas, psicólogos. Antes lo novedoso era ser médico cirujano o dermatólogo, la realidad es que hoy se necesitan especialistas forense en distintas ramas”, considera Jairo Vivas. 

En 2023, al MEIF se le asignaron 40 millones de pesos para su funcionamiento –monto similar al que recibió en 2021 y 2022–, de acuerdo con su propio informe de financiamiento. Los recursos han estado destinados a trabajos de campo, adquisición de equipo y mobiliario y talleres de atención psicosocial, pero el costo más alto es que representan las labores operativas. 

“La identificación forense es una tarea costosa, nos han dicho que el mecanismo está saliendo muy costoso y lo cierto es que va a salir todavía más costoso. Colombia ha gastado millones de dólares para crear una capacidad forense como la que tiene hoy en día, y que en buena medida tiene que ver con el talento humano”, comenta Jairo Vivas.

El trabajo que se tiene que hacer en México es tan grande que por eso también fue creado el Centro Nacional de Identificación Humana, el cual, señala Vivas, no es visto como una amenaza para el MEIF. 

De hecho, recuerda que una de las recomendaciones que hizo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue conformar una Red Nacional de Identificación Humana entre el MEIF, el Centro Nacional y los centros regionales.

“Si este centro va a traer más recursos y habrá más colegas especializados, bienvenido. Si nosotros como mecanismo podemos compartirles nuestros procedimientos y lineamientos de trabajo también lo haremos. Vamos a sumar esfuerzos porque el mecanismo no puede solo, el trabajo es mucho”, indica. 

Ante el actual contexto de personas desaparecidas en México y víctimas que siguen siendo halladas en fosas, el coordinador del MEIF pide a las familias no perder la confianza ni la esperanza. 

“A veces cuando nos escuchan hablar pareciera que todo es imposible porque los procesos demoran mucho, pero no pierdan la esperanza. Como mecanismo estamos aplicando los últimos conocimientos en identificación con el objetivo de acercarnos a la verdad que ellos necesitan conocer como familiares y nosotros como sociedad”, concluye. 

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