Ni en apagones somos líderes mundiales

Muy aliviados deben estar los funcionarios de la plana mayor de la Comisión Federal de Electricidad esta primera semana del año. No tanto porque hubieran sido muy claridosos en la conferencia de prensa de ayer, encabezada por su director general, Manuel Bartlett Díaz, en torno al apagón de diciembre. En realidad, lo visto en Facebook Live fue bastante embrollado, casi una ópera bufa en la que, para variar, la culpa de lo sucedido fue de “los de antes”.

Más bien, el alivio para los camaradas en cuestión es que el apagón del 28 de diciembre no se considera entre los mayores de la historia en todo el mundo. De hecho, no entraría ni al Top 50 de las mayores fallas en las redes de electricidad de los países en cuanto al número de personas afectadas. Recordemos que, en el caso de ese evento, fueron menos de 11 millones de ciudadanos los que sufrieron algún tipo de inconveniente.

De acuerdo con The Blackout Report (una consultora del Reino Unido), el mayor apagón en la historia mundial tuvo lugar entre julio 30 y 31 de 2012 en la India. De hecho, fueron dos apagones en cada uno de esos días. Los afectados fueron casi la mitad de la población del gigante asiático: 620 millones de personas.

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Entonces, el gobierno indio no echó la culpa a sus predecesores, sino a las terribles condiciones climáticas que produjeron olas de calor y sequías. Una tormenta perfecta en la que disminuyó la generación hidroeléctrica y aumentó la demanda en las grandes ciudades.

El segundo mayor apagón en la historia también se dio en la India, una década antes, en 2001 y afectó nada más a 230 millones de personas. En tanto, el vecino de India, Bangladesh, se apunta el tercer fallo eléctrico, sucedido en noviembre de 2014, con 150 millones de personas afectadas. En este caso, el apagón duró 10 horas y se sufrió en todo el país.

Los demás apagones en esta lista afectaron a muchos millones más de personas que el que se sufrió la semana pasada. Simplemente el onceavo peor apagón fue el que se dio hace año y medio, en 2019, en una región que abarcó Argentina, Paraguay y Uruguay, afectando a 48 millones de personas.

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Más allá de las razones por las cuales suceden estos macroapagones (y que el presidente Andrés Manuel López Obrador había prometido varias veces que eso ya no sucedería en el país), lo cierto es que son sucesos muy comunes en países emergentes.

Mientras en casi todo el mundo gobiernos e IP buscan formas de aminorar esos eventos (con inversiones en la modernización de las redes, así como en nuevas fuentes de energía), por estos pagos la situación no da para mucho más que promesas.

Quizá, como van las cosas, algún día llegará en que subamos en ese ranking oscuro, con un apagón que afecte a más de 48 millones, para por lo menos superar a nuestros amigos sudamericanos.