¿Cuál es la pinche prisa?

¿Cuál es la prisa si solo hay 200 mil muertos por Covid? ¿Qué pueden ser 8 veces más los fallecidos? ¿Y? ¿Qué de las nueve millones 100 mil vacunas que ha recibido México hay tres millones arrumbadas, sin aplicar y en un rincón como la muñeca fea? ¿Y?

Nadie tiene idea de lo que pasa por la cabeza del encargado de “enfrentar” (conste que no escribí “hacer como que enfrenta”) el Covid-19 en México, Hugo López-Gatell. Sobre todo porque no es alguien en quien es difícil confiar. Cosa de ver sus contradicciones frente a la Ciencia, sus absurdos dichos en sus conferencias, su politiquería y enfrentamientos con la prensa. ¿Cómo confiar en lo que dice alguien que siendo positivo a Covid-19 salió a pasear por la Condesa, así, como Gatell por su casa? El caso es que millones siguen esperando su primera dosis. Cientos de miles esperan la segunda. ¿Pero cuál es la prisa?

Según el subsecretario las vacunación demora debido a que la aplicación ocurre en los lugares remotos de país que “no han tenido servicios públicos, ni transportes, ni comunicaciones, zonas rurales de orografía complicada donde se tarda más tiempo en llegar”. Ah, órale. Pero los adultos mayores que viven en esas zonas son menos de 4 millones. ¿Y los 11 millones restantes, apá?

Le reclaman los médicos que increíblemente aún no están vacunados en el país y él responde que es culpa de los gobienros en los estados que nomás no dicen cuántos son quienes necesitan la vacuna. O sea que en la lógica gatellina: ni están vacunados todos los que son médicos, ni han de ser médicos los que no están vacunados. Algo así.

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Según el zar antiCOVID (conste que no escribí el que hace como que le hace) la vacunación se acelerará en “hasta las 300.000 dosis al día, quizá 500.000 o 600.000”, es más, si lo apuran con la inspiración pudo haber dicho un millón al día o más dos millones diariamente como ocurre en EUA. Pero, ¿cómo creerle si apenas se vacunan a 200 mil cada 24 horas en México?

Tres millones de vacunas que no se han puesto. Que están arrumbadas.

Y mientras tanto México es testigo de esto: “Más de mil personas, principalmente de Campeche, fueron inyectadas con la falsa vacuna Sputnik V” y hay más: “Las dosis del medicamento falsificado fueron suministradas a trabajadores de la maquiladora Karim’s, propiedad del paquistaní Mohamad Yusuff Amdani y también a personas allegadas a dicho empresario como ejecutivos de empresas y políticos cercanos; así como a taxistas y comerciantes, algunos provenientes de Mérida e incluso de la Ciudad de México”, según un periódico de circulación nacional.

Seamos francos: ¿en serio no hay prisa?