La belleza de todo, en todo

Mi columna de hoy es simple y contundente: te invito a que conscientemente te propongas observar la belleza de todo, en todo. Es un antídoto poderoso que contrarresta la queja y pone freno a los miedos. Te aleja de los juicios y prejuicios. Te acerca a la esencia de los milagros.

Anótalo en un papel, pégalo en el refrigerador, escríbelo en la palma de tu mano, ponlo en los espejos del baño: veo la belleza de todo, en todo

Simultáneamente siente tu corazón encendido y los cambios trascendentales que estas palabras producen en tus estados mentales y emocionales.

Anota lo que te comienza a suceder, porque en muchas ocasiones vas a sentirte incrédulo de lo que se manifiesta frente a tus ojos.

Es una práctica iniciática espiritual que te comparto y por experiencia propia te aseguro del hechizo inevitable en tu vida y de los beneficios incomparables que vas a recibir.

Ahora mismo:

Veo la belleza de todo, en todo.

Veo la belleza de todo, en todo.

Veo la belleza de todo, en todo.

Haz tu mantra, tu oración y plegaria, dilo en voz alta, en susurro y en silencio.

Si quieres lleva un diario de viaje que registre las sorpresas que te esperan en el camino y cómo lo oculto se hace visible y lo sagrado cotidiano.

En el nivel más profundo de esta práctica llévalo a ti mismo, ya incorporas ver afuera la belleza de todo, en todo ahora sigue contigo mismo.

Veo en mi la belleza de todo, en todo.

Veo en mi la belleza de todo, en todo.

Veo en mi la belleza de todo, en todo.

Disfruta este nuevo mundo que acabas de reconocer.