Mirar por la ventana

Es un ejercicio muy estimulante porque no hay manera de contradecirlo: cada determinada fecha, en el noticiario realizamos sondeos alrededor del país, la idea es conocer la visión sobre un tema determinado, las respuestas siempre nos causan sorpresa. Recuerdo el que hicimos hace unos meses, previo a la marcha del 8M, noticias sobre la violencia de género eran primeras planas, bajo esa idea, quisimos conocer la opinión de mujeres de varios puntos de México sobre cómo hacen frente a este problema que cada día ocupa más espacio en la agenda informativa, no así en la agenda pública. Hubo quienes respondieron con fuerza, quienes señalaron que sus condiciones se complicaron por la pandemia, se encerraron con el verdugo, pero también aparecieron mujeres que afirmaron no tener conocimiento de lo que pasaba en las calles, ya no digamos en las de las principales del país, sino en las de su propia localidad: “pues la verdad muy poco sé de ese tipo de noticias, la verdad para mí todo sigue igual porque yo no me mezclo en ese tipo de situaciones, la verdad no sé, yo me enfoco más en pensar cómo debo de sacar adelante a mi familia…“, respondió María, una trabajadora de una tienda departamental en Querétaro. Y como ella, otras mujeres expresaron no saber qué es el pacto patriarcal, por decir lo menos. Y qué revelador fue escucharlas.

Estos ejercicios nos subrayan la urgencia y lo necesario que es mirar más allá en nuestro entorno. Ahí radica, pienso, el motor que nos lleva a la empatía: aceptar que no todo tiene que ver con nosotros y que no todo tiene que resolverse a través de nosotros. 

Este lunes cumplimos cinco años al aire, para esta ocasión realizamos el mismo ejercicio, pero ahora, quisimos saber cómo se transformaron tantas vidas en este periodos y cómo nos proyectamos para los siguientes años. Y qué interesante fue compaginar las historias que nos competen en lo colectivo y de las que somos testigos mientras vivimos las propias. Al revisar el material, me encontré con quienes compartieron momentos sumamente personales: se casaron, tuvieron hijos, terminaron la universidad e incluso hubo quien afirmó que se enamoró por primera vez. Tantas historias ocurren al tiempo en que escuchamos a Hugo López-Gatell decir que portar cubrebocas era un acto egoísta, por ejemplo.

Somos más de lo que sucede en Palacio Nacional, no olvidemos eso. Somos más los que tenemos la oportunidad de voltear a ver a quienes están junto a nosotros.

Siempre le dije a quien me enseñó este recurso: me gusta hacerlo porque es como dejarnos de ver al espejo para mirar a la ventana. En un momento político como el que vive el país, donde se está a favor o en contra, qué urgente es entender que no todo se trata de uno.