Olvídate de los balances de año nuevo

Hay gran presión por hacer cierres y balances que parecen inevitables en esta época del año. Por todos lados el bombardeo de evaluar lo sucedido, cuántas promesas que nos hicimos se cumplieron y cuántas quedaron en el tintero.

Todo eso en la misma bolsa de las propuestas para el nuevo año, el mandato de crear las ‘resoluciones’, la presión interna y externa por preparar los calendarios, los proyectos que ‘deben ser’ realizados y varias cuestiones más que nos llenan de esa ansiedad tan familiar que sobrevuela nuestras vidas.

Entre toda esta feria de atracciones estamos nosotros, respirando.

Tratando de discernir qué es lo primero que debemos hacer para cumplir con todas las expectativas, para complacer a los demás, para adaptarnos a los colores de moda y a modelos de comportamiento que parece que no podemos abandonar.

Podemos salir corriendo, dar un portazo y tirar todo por la borda, meternos debajo de la cama para que nadie nos vea o encontrar una solución interior que nos saque de este caos, del jaloneo constante por ‘cumplir’ las metas.

Lo que importa es hacerte las siguientes preguntas:

¿Cómo me siento ahora?

¿Cómo lo llevas en esta recta final de un mes marcado por el calendario gregoriano de 12 meses que dice que el año se acaba?

¿Has mirado tu agenda que ya casi no tiene hojas para repasar lo que salió y lo que no funcionó. Con el lápiz rojo marcar los errores y con el azul los aciertos?

¿O eres de los que no tiene nada anotado y, sin embargo, en la cabeza y en el cuerpo dan vuelta las cuentas pendientes que no se completaron?

¿Tal vez te has felicitado por lo que si funcionó?

Algo nuevo

Yo te propongo algo distinto, olvidemos estas retrospectivas que nos mandan a días pasados, palabras ya dichas, comparaciones laberínticas con lo que hicieron los otros y focalicemos aquí y ahora.

Simple lineamiento del mindfulness que tantas veces es difícil cumplir porque nuestra mente tiene hábitos adquiridos ancestral, educativa y culturalmente que nos mantienen atados a una forma de pensar pesada y densa de la cual cuesta escapar.

Vas a encontrar en tu propia experiencia la respuesta y el antídoto al veneno, porque la medicina la tienes dentro y todo lo que necesitas para confiar, creer, darle autoridad a tu intuición y aumentar tu fe está más cerca tuyo que tu vena yugular.

En tu corazón encendido vibra otra frecuencia y un campo electromagnético fabuloso, lleno de posibilidades y alegría.

No es utopía, es pura ciencia

Es tecnología del nuevo mundo que te pide estar calmado, centrado, intentar no juzgar el caos que sientes a tu alrededor, escuchar tu voz interior y activar tu ilimitado poder personal.

-Cierra los ojos y siente ahora mismo una de las mejores cosas que te han pasado en estos últimos meses.

-Quédate ahí en la memoria y en la sensación física de alegría y placer que esto te da.

-Ahora abre tus ojos y trae eso al momento presente para crear un futuro basado en esa emoción elevada.

-Recuerda que nadie ni nada puede quitarte la posibilidad de sentir el infinito que vive dentro y fuera tuyo y que solo tu tienes el poder de activarlo.

-A la hora de cualquier balance impuesto por el status quo del momento busca dentro tuyo el camino iniciático que te lleva a la luz.

-Desde ese lugar de amoroso respeto a tu ser puedes evaluar y planear lo que quieras.