¿Legislatura de la paridad?

Fernanda García es maestra en Políticas Públicas por la London School of Economics and Political Science. Actualmente es coordinadora en el área de Sociedad Incluyente del IMCO en temas de género y educación. Trabajó como consultora en asuntos públicos en De la Calle, Madrazo, Mancera, S.C.

Oscar Ocampo es maestro en Políticas Públicas por la London School of Economics and Political Science. Actualmente es coordinador de Energía del IMCO en temas de energía y comercio exterior. Fue asesor de los consejeros independientes del Consejo de Administración de la CFE.

¿Legislatura de la paridad?
Foto: Cámara de Diputados.

El inicio del nuevo periodo de sesiones en el Congreso de la Unión llega con una agenda pendiente en materia de equidad de género. Si bien en la LXV Legislatura de la Paridad, la Inclusión y la Diversidad hemos escuchado sobre frenar la violencia de género, garantizar igualdad sustantiva y cerrar la brecha salarial, la iniciativa con mayor potencial para mejorar las condiciones de las mujeres en la economía es la creación del Sistema Nacional de Cuidados (SNC).

Las mujeres enfrentan una carga desproporcionada en el trabajo no remunerado, es decir, en las actividades del hogar y de cuidados. Ellas dedican 2.5 veces más tiempo a estas labores que los hombres, trabajo que en 2020 alcanzó un valor económico de 6.4 billones de pesos en México.

Los cuidados son una de las principales razones que impiden que más mujeres se sumen al mercado laboral, reto que se agudiza por la falta de servicios de cuidados públicos y de calidad que están condicionados a la formalidad. Esto hace casi imposible que 11.5 millones de mujeres que laboran en la informalidad en condiciones más precarias accedan a servicios privados de guarderías para sus hijos.

Para abordar este problema hay dos iniciativas pendientes en el Congreso para crear un SNC sin ser exclusivo al cuidado de menores. En esencia son parecidas, ambas buscan generar un mecanismo de coordinación entre las instituciones competentes, así como otorgar la facultad para el diseño de la política nacional de cuidados.

Un primer paso es contar con datos. Estas iniciativas proponen crear el Registro Nacional de Cuidados para contabilizar, sistematizar y homologar la información. Para ello se requiere elaborar un registro de todas las instituciones que brindan cuidados en el sector público y privado. Sin un diagnóstico sobre los servicios de cuidados es imposible saber cómo se encuentra el país y hacia dónde priorizar la inversión.

El principal reto de estas iniciativas está en definir puntualmente las responsabilidades de cada nivel de gobierno con indicadores verificables y mecanismos de rendición de cuentas para cada actor. Las posibilidades de éxito o fracaso de este sistema se definirán en buena medida a partir de los recursos que se destinen para su implementación y el origen de los mismos. Federación y entidades deben ser corresponsables del fondeo del SNC.

Cabe subrayar que el costo de un SNC bien implementado es una inversión que no representaría una carga para las finanzas públicas y contribuiría a una mayor recaudación, a partir de ampliar la base de contribuyentes en la formalidad como lo señala el estudio para México de ONU Mujeres, Inmujeres y Cepal.

El desarrollo de México no es posible sin la plena integración de las mujeres en la economía formal. Un Congreso con perspectiva de género va mucho más allá de la paridad en la representación. Un Sistema Nacional de Cuidados puede ser la principal contribución de esta legislatura en cuestiones de equidad y la piedra angular para transicionar hacia una distribución más equitativa de los cuidados en la esfera pública y privada.

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