Boric vs Maduro: izquierdas de América Latina frente a la invasión en Ucrania
Medios Políticos

Es un periodista especializado en el análisis de medios y elecciones. Tiene posgrado en Derecho y TIC, obtuvo el premio alemán de periodismo Walter Reuter en 2007, fue conductor en IMER y durante 12 años asesor electoral en el IFE e INE, editor, articulista y comentarista invitado en diversos diarios, revistas y espacios informativos. Twitter: @lmcarriedo

Boric vs Maduro: izquierdas de América Latina frente a la invasión en Ucrania
Fotos: EFE

El ataque militar que lanzó el gobierno de Rusia en territorio de Ucrania divide posturas entre líderes de izquierdas en la región latinoamericana. Mientras Venezuela o Cuba muestran respaldo al gobierno de Vladimir Putin, otras izquierdas de la región condenan, con matices y tonos diversos, la “operación militar” rusa. Todos hacen votos por la paz pero su discurso no camina exactamente por un mismo sendero, las visiones con mayor contraste se han dado entre el joven presidente electo de Chile, Gabriel Boric, y el polémico Nicolás Maduro de Venezuela.

Los líderes de la región han tenido cautela, pero entendieron que era importante tomar posición, sea por convicciones profundas o por su propio contexto y cálculo geopolítico.

El 26 de febrero, el líder cubano Miguel Díaz Canel compartió un comunicado oficial pidiendo salida diplomática al conflicto, aunque destacando solo el papel de Estados Unidos y la OTAN, y no de Putin, como responsables del conflicto. Se lee: “Abogamos por una solución diplomática seria, constructiva y realista de la actual crisis en Europa, por medios pacíficos, que garantice la seguridad y soberanía de todos, así como la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional”. En ese mismo pronunciamiento, Díaz Canel justifica: “Rusia tiene derecho a defenderse”.

En contraste está la posición de México, que a través de su canciller Marcelo Ebrard condenó casi de inmediato la “invasión” a Ucrania, un término que respaldó el presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque sin avalar medidas del bloque occidental que censura a medios pro Rusia o aceptar bloqueos y sanciones que afecten a la población de ese país, como los que determinó la Unión Europea o Estados Unidos.

México no obtuvo una descalificación de izquierdas más radicales por su postura en contra de la invasión, pero el recién electo presidente de izquierda en Chile, Gabriel Boric, sí.

Boric es quizá el líder de izquierda en la región que cuestionó con más ímpetu al gobierno de Putin y su terrible embestida armada, lo que generó una descalificación directa desde Venezuela a su posición.

El mismo 24 de febrero en que Putin anunció una “operación militar especial” y el gobierno de México condenó la “invasión”, el chileno Boric –todavía en su calidad de presidente electo (no ha tomado posesión, lo hará hasta el 11 de marzo)– también calificó como invasión el hecho y agregó que había un uso “ilegítimo” de la fuerza. Escribió en su cuenta de Twitter: “Rusia ha optado por la guerra como medio para resolver conflictos. Desde Chile condenamos la invasión a Ucrania, la violación de su soberanía y el uso ilegítimo de la fuerza. Nuestra solidaridad estará con las víctimas y nuestros humildes esfuerzos por la paz”.

Boric volvió al tema el 27 de febrero y recomendó un discurso del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, a quien respaldó ante el ataque armado en curso. En alusión a esos mensajes sobre el conflicto, Venezuela tomó nota y Maduro, dando retuit a uno de sus colaboradores bolivarianos, William Castillo Bollé, respondió a Boric sugiriéndolo defensor de un “nazi”. Se lee en el mensaje de Castillo Bollé que difundió Maduro: “Qué pena un presidente latinoamericano glorificando a un nazi que lleva 8 años bombardeando a la población civil de una región de su país, porque son descendientes de rusos y hablan ruso”.

Maduro después escribió en esa red social que estaba en favor de apoyar las negociaciones de paz, pero no condenó la invasión ni la calificó de ese modo; solo cuestionó las sanciones contra Rusia. Escribió el 3 de marzo: “Desde Venezuela, apoyamos firmemente las negociaciones entre Rusia y Ucrania, aspirando a resultados favorables que restablezcan la Paz y la tranquilidad en esa región. Igualmente, repudiamos las sanciones y la acuciosa campaña mediática contra el pueblo ruso. ¡Pedimos Paz!”

Es verdad que la complejidad de lo que ocurre en Ucrania no se explica solo con la propaganda occidental, pero tampoco con la de Putin y Maduro. Las izquierdas de la región no tienen poder bélico que importe mucho a uno u otro poder hegemónico en el tablero geopolítico, pero sí tienen una oportunidad de repensarse frente a dilemas clave como apoyar o no una invasión.

Si se quieren combatir la lógica de “imperio yanqui” occidental abrazando el “imperio” del nuevo zar invasor ruso, como si eso fuera honrar a Lenin o Marx, de nada habrá servido la historia. Putin está más cerca de Donald Trump que de un pensamiento de izquierda viejo o nuevo.

El debate Boric vs Maduro muestra que las izquierdas latinoamericanas no están condenadas a repetir los errores de la Guerra Fría, donde las purgas asesinas de Stalin o la represión salvaje de la Alemania del Este no se denunciaban e, incluso, se justificaban para evitar hacer el juego “al enemigo” capitalista que a su vez alentaba dictaduras sanguinarias en nuestro continente.

Si se está en contra de la guerra no importa la ideología, se condena cualquier invasión con todos los matices que se quiera, pero lo que ha hecho Putin es invadir y la postura de Boric y del gobierno mexicano merecen ser tomadas en cuenta, no purgas. La guerra es el horror y nada justifica a quien dispara o bombardea.

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