Defender al INE es hacer democracia
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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Defender al INE es hacer democracia
Foto: INE

Se cumplió finalmente con el capricho presidencial para desconocer la claridad constitucional que determina seis años para el ejercicio del Poder Ejecutivo Federal e imponer la falsa sensación de que nos gobierna un demócrata.

En un país de corta memoria, pocos recuerdan que en 1990 durante el proceso fundacional del Instituto Federal Electoral (IFE) era el Secretario de Gobernación en turno quien presidía el Consejo General, con los inconvenientes que eso significaba para un país en el que no existían órganos autónomos. Se daba rienda suelta al control gubernamental, basta referirse a la llamada “caída del sistema” operada por Manuel Bartlett desde Bucareli, cuando defendió el triunfo de Carlos Salinas de Gortari en 1988.

Fue hasta 1994, que en virtud de otra reforma, se creó la figura de Consejero Ciudadano y con una nueva modificación lograda en 1996 se desvinculó finalmente al Ejecutivo federal de la integración del IFE para dotarlo de autonomía.

Para revisar el contexto de la revocación de mandato, es obligado hacer un recuento:

La mayoría morenista en el Congreso recortó las asignaciones presupuestales al Instituto Nacional Electoral (INE) para presionar la realización de la consulta.

La polémica llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que ordenó realizar el proceso con los recursos disponibles.

El INE acató la decisión, organizó y promovió la consulta para lograr instalar más de 57 mil casillas en todo el país, más de un tercio de las mesas de votación dispuestas en 2018 durante la elección presidencial.

De los cerca de 15 millones de ciudadanos –voto duro de Morena más los acarreados– el 90% opinó que no se le revoque el mandato a Andrés Manuel López Obrador.

Más del 80% de los electores se abstuvo de participar y de los que acudieron a las casillas, un millón 56 mil externaron que le han perdido la confianza al presidente.

La narrativa de golpeteo ha sido el prólogo de la reforma que se alista para provocar una regresión, tras 32 años de la ciudadanización de nuestro árbitro electoral.

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López Obrador no tenía escenario para perder y, sin embargo, se llevó un duro revés. Si la intención era medir la competitividad, el resultado prende sus alertas, porque el 80% les ha dado la espalda y más de un millón de ciudadanos los reprobaron.

El presidente acusó al INE de activar un boicot, pero solo se trata de la conocida estrategia para responsabilizar a un villano ficticio y justificar una reforma a modo que nos llevaría a condiciones superadas hace más de 32 años.

Debemos defender al INE, una conquista ciudadana que irónicamente permitió a sus rabiosos detractores llegar al poder.

EDICTOS

Lorenzo Córdova ha decidido que al concluir su encargo como consejero presidente del INE se enfocará nuevamente en la vida académica. Su casa es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Les platico que se ha conformado un grupo de eminentes universitarios que ven en Córdova el perfil idóneo para ser considerado aspirante a la rectoría de nuestra máxima casa de estudios en 2023.

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