La tragedia del carbón y la mafia de Morena en Coahuila

Estudió filosofía en Friburgo. Su ocupación principal es ser ghost writer de políticos y otra gente sin oficio ni beneficio.

La tragedia del carbón y la mafia de Morena en Coahuila
Foto: AFP

Sucede que la región donde sucedió el accidente que dejó a los mineros bajo tierra es controlada por caciques mineros siempre cercanos a la política, antes a la del PRI y ahora a la de Morena. Como han documentado los medios de comunicación, la mina en cuestión era proveedora de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), encargada de revisar las condiciones de las minas antes de darles contratos. Pero la vinculación no termina ahí.

El tema es importante ahora que el estado entra en temporada electoral porque afecta a uno de los precandidatos favoritos a la gubernatura, pero no es el que se ha dicho, Armando Guadiana Tijerina, sino el subsecretario de seguridad Ricardo Mejía Berdeja, quien afirma ser el seleccionado por el presidente de la República.

Sucede que Mejía fichó como su colaborador y coordinador de la campaña a Jorge Luis Morán, exdirector de la Unidad de Inteligencia Financiera de Coahuila y conocido hombre de negocios oscuros en aquel estado del norte del país. Morán encabezaba, desde su posición estatal, la intermediación de los contratos de la zona carbonífera de Coahuila, cobrando para ello sobornos millonarios a productores de todos los tamaños, algo que no cambió con la llegada de Morena al poder. Así, las minas que pagan su contribución están exentas de las revisiones de la CFE y son dadas de alta como proveedores sin mayor dificultad. Después son beneficiadas por contratos. Es entonces una posibilidad que esa red de corrupción esté pagando parte de la campaña de Mejía.

La dirección de la CFE, a cargo de Manuel Bartlett, está tan consciente de la situación que ordenó una investigación sobre posibles actos de corrupción para la que envió a Pierre Antuán Gilly, amigo personal del director y encargado de desarrollo social de la paraestatal, a la zona carbonífera. La investigación anunciada no derivó en ninguna denuncia, pues Mejía Berdeja intercedió a favor de Morán y lo protegió al incorporarlo a su equipo más cercano.

A Morán la suerte le sonríe. Después de estar “apestado” por ser el director de los penales del estado de Coahuila cuando sucedió la matanza de Allende –operada desde el centro penitenciario de Piedras Negras–, el actual gobernador de Coahuila lo rescató y lo volvió alcalde de Torreón. Hoy le habla al oído a Mejía Berdeja, mientras a su alrededor las tragedias se vuelven comunes y se acumulan. 

La corrupción ha permitido que empresarios codiciosos ganen contratos sin tener condiciones mínimas para salvaguardar la vida de los mineros. Era así antes y sigue siendo así hoy en los tiempos de la llamada cuarta transformación.

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