Necesitamos el “Depredador” de Yalitza
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Necesitamos el “Depredador” de Yalitza
Película: Prey / Hulu, 20th Century Studios

El 27 de marzo de 1973 será recordado para siempre como el día en que el actor Marlon Brando rechazó su Oscar a Mejor actor por El Padrino y mandó como su representante a Sacheen Littlefeather, la activista por los derechos de los pueblos nativos de Estados Unidos, para explicar que no podía aceptar el premio por la manera en que esta comunidad era tratada por la industria del cine y la televisión.

Mucho ha cambiado desde entonces en la forma en que dichas etnias son representadas en las películas y el entretenimiento en general. Aunque Marlon Brando fue muy criticado, e incluso hubo quienes interpretaron el hecho como otra manera de explotar a las comunidades indígenas, la realidad es que sí ayudó a abrir la conversación y a promover avances en materia de derechos humanos que apenas son visibles hasta hoy.

El cine se ha transformado desde que el género cinematográfico conocido como Western mostraba a los pueblos nativos de Estados Unidos como un incómodo enemigo en películas sobre “indios contra vaqueros”. Quizá el pulso de la época no le dio la razón a personalidades como Brando, o incluso a Madonna, que siempre en busca de la nueva tendencia incluyó modelos y bailarines de esta minoría en sus giras y videos. Hay una delgada línea entre fetichizar, exotizar o visibilizar a la diversidad racial, aunque estas iniciativas sí tuvieron un impacto positivo dentro de la cultura pop que motivó la apertura entre el público masivo.

Damos un salto a 2008 cuando inició la saga de Crepúsculo, donde Bella Swan era cortejada no solamente por un vampiro sino también por un hombre lobo perteneciente a la tribu Quileute. El éxito de esta franquicia cinematográfica a nivel internacional fue el parteaguas que logró cambiar definitivamente la percepción hacia los nativos de Estados Unidos y que hoy permite que exista una película de alto presupuesto como lo es Depredador: La presa (Prey), donde ellos son los absolutos protagonistas.

En años recientes, importantes festivales de cine han logrado destacar con su influencia a producciones realizadas por talento de estos pueblos nativos, a sus actores y sus historias, con películas como Catch the Fair OneWild IndianBeansBlood Quantum y Night Raiders; series como Reservation Dogs o Dark Winds; y actores como Zahn McClarnon (Doctor SleepWestworld) y Gil Birmingham (YellowstonePieces of HerUnder the Banner of Heaven).

El trabajo por la inclusión de estas comunidades dentro del cine es algo que se extiende más allá de los nativos de Estados Unidos. En algún momento también sucedió con la cultura maorí de lugares como Samoa y Nueva Zelanda. Películas como Fuimos guerreros (Once Were Warriors, 1994) abrieron el camino para que hoy podamos hablar de personalidades como La Roca, Jason Momoa y el director Taika Waititi. En la actualidad también se realizan películas sobre los pueblos indígenas de Siberia (PugaloKitoboyKhara Kaar) y se incluye a actores de ascendencia maya en grandes producciones como Wakanda Forever.

Pero antes de que se visibilizara a estas comunidades era muy común escuchar de problemas de casting y de whitewashing donde actores blancos obtenían papeles de razas y etnias diferentes a la suya. Harvey Keitel llegó a interpretar a un granjero de Nueva Zelanda que imitaba las costumbres de los maorís en El piano (1993), mientras que el actor Cliff Curtis, que sí es de origen maorí, ha realizado papeles de diversas etnias que incluyen la propia, la de los indios y la de latinos.

En este contexto, la oaxaqueña Yalitza Aparicio, de ascendencia triqui y mixteca, es el rostro de México dentro de un movimiento global. Tras su nominación al Oscar en 2019 se convirtió, a los ojos del público, en la embajadora de los pueblos originarios de México. Su caso es muy parecido al de la actriz Misty Upham, miembro de la Black Feet Nation de nativos de Estados Unidos, que antes de su trágica muerte ya se había convertido en la actriz más importante de su comunidad por aparecer en películas como August: Osage County, donde compartió créditos con figuras de la talla de Meryl Streep y Julia Roberts.

Habrá quienes critiquen a Yalitza porque hoy acepta proyectos de fantasía y de terror y quienes piensen que este es el paso correcto. Tras un largo intervalo de casi cinco años tras su participación en Roma de Alfonso Cuarón, apenas en el mes de julio regresó a la pantalla grande con el estreno del cortometraje Hijas de brujas (originalmente incluido en la serie Bite Size Halloween) en el marco del Festival Internacional de Cine Guanajuato. También se le pudo ver recientemente en el tráiler de la segunda temporada de la serie Los Espookys, que estrenará por HBO Max en septiembre, y ya se anunció que Presencias –la esperada película del director Luis Mandoki– se verá a través de la plataforma de ViX.

Es una interesante coincidencia que Hijas de brujas se exhibiera en dicho festival, donde también se realizó un homenaje para la actriz Adriana Barraza, que contó con su presencia y con la proyección de la película de terror Bingo Hell, que ella protagoniza. Barraza, la actriz mexicana que también logró una nominación al Oscar después de Salma Hayek y que ha logrado mantener una carrera en Hollywood desde entonces, pero que muchos olvidan que además de todo esto también fue la primera mexicana en participar dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, con su papel en Thor (2011).

Si bien es cierto que actrices y actores mexicanos tienden a ser estereotipados dentro del cine de Hollywood con papeles de brujas y chamanes que resaltan un misticismo atribuido a civilizaciones primitivas, y que es otra forma de racismo similar a la de los personajes conocidos como “magical negro”, pensados para incluir a actores de la comunidad negra y así cumplir con una cuota, hoy nos preguntamos qué tan necesario es para los actores mexicanos y, en específico, para los miembros de alguna minoría étnica, aceptar estos papeles para su crecimiento dentro de la industria del cine global.

En este momento, a casi 50 años de que la comunidad cinematográfica se mofara de la postura política de Marlon Brando y cuando nuestra sociedad ya está inmersa en el activismo y en los movimientos de justicia social, apenas es posible que alguien como Amber Midthunder, la actriz de origen sioux que protagoniza Depredador: La presa, y una figura como Yalitza Aparicio, de origen triqui y nominada al Oscar, puedan llevar el rol estelar de sus propias películas y cargar con la responsabilidad que esto conlleva.

Yalitza sigue labrando su propio camino, pero con su celebridad podría abrir las puertas para otros actores pertenecientes a los pueblos originarios de México y América Latina. Que no extrañe si en un futuro, no tan lejano, también la vemos en una película de acción y ciencia ficción al estilo de Depredador. Si una actriz purépecha, como la mexicana Elpidia Carrillo, logró ser la coprotagonista de Arnold Schwarzenegger en aquella primera película de 1987, ¿quién dice que Yalitza no puede lograr algo parecido?

*Depredador: La presa se puede ver en la plataforma de Star Plus.

BREVES

La edición número 21 del festival Macabro de cine de horror se realizará del 17 al 28 de agosto en distintas sedes de la Ciudad de México. Para consultar la programación visita su sitio https://macabro.mx/ 

Otra propuesta de acción, terror y fantasía, pero para disfrutar en casa, es Day Shift, un estreno de Netflix con Jamie Foxx que estará disponible desde el 12 de agosto.

El estreno del documental Lady Di (The Princess), que conmemora el 25 aniversario de la muerte de Diana de Gales, está anunciado en HBO Max para el 13 de agosto en Estados Unidos. En México aparece programado en salas de cine para el 1 de septiembre.

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