Un “anillo” para el dedo del IMSS
Contratiempos

Reportera mexicana, especializada en periodismo social y de investigación. Ha colaborado en medios como Gatopardo, Animal Político, El País, Revista Nexos, CNN México, entre otros. Ha sido becaria y relatora de la Fundación Gabo. Originaria y habitante de Ciudad de México. Twitter: @claualtamirano

Un “anillo” para el dedo del IMSS
Foto: IMSS.

La reconversión hospitalaria para la atención a pacientes covid ha resultado muy conveniente para algunas áreas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuya atención en Especialidades médicas parece haberse quedado en permanente semáforo rojo, ya que a dos y medio años del primer confinamiento, sigue negando la atención a pacientes con enfermedades crónicas bajo el argumento de la pandemia de coronavirus. 

Debido a la alta prioridad que naturalmente adquirió el nuevo coronavirus en el sector salud, padecimientos como hipertensión, diabetes y cáncer quedaron sin detección, seguimiento y tratamiento. Si bien la reconversión de clínicas en hospitales covid fue inevitable e indispensable, al Hospital General de Zona (HGZ) 27 y algunas clínicas que canalizaban pacientes hacia esa unidad les brindó un argumento irrefutable y permanente para una práctica que ya era común antes de 2020: bloquear el paso de los derechohabientes hacia la (costosa) atención médica especializada.

Este cambio en las prioridades de atención del IMSS tuvo entre sus consecuencias más graves un aumento de 40% en las muertes provocadas por diabetes y enfermedades cardiacas y, pese a ello, algunas unidades siguen posponiendo indefinidamente las citas médicas de pacientes que requieren un cardiólogo, un gastroenterólogo o un endocrinólogo, negándose siquiera a practicarles estudios para determinar si requiere la atención médica especializada o no. “Se los va a tener que hacer por fuera“, es una frase que con grave frecuencia escuchan los derechohabientes, aunque sus cuotas estén al día.

Tal es el caso de Isidora*, derechohabiente de 70 años con hipertensión, hipotiroidismo y escoliosis congénita, que vio suspendidos todos sus servicios médicos de seguimiento durante el primer año y medio de la pandemia. En 2013 tuvo tres nódulos en la tiroides que en un principio su médico creyó cancerígenos, y aunque posteriormente se descartó el cáncer, el propio IMSS ordenó dar seguimiento anual con estudios en sangre y, de ser, necesario, con ultrasonidos.

Sin embargo, desde hace más de tres años se le ha negado este seguimiento en su clínica (Unidad de Medicina Familiar 11) argumentando que el HGZ 27 no está practicando perfiles tiroideos porque “no hay reactivos” para ese estudio en sangre, por lo que no pueden canalizarla a esa unidad de segundo nivel.

Esta negativa empezó antes de la pandemia de Covid-19 bajo el argumento de la falta de insumos; después por la reconversión hospitalaria, ya que, aunque la Ciudad de México está en semáforo covid verde desde hace cinco meses y ya todas las actividades comerciales y turísticas se encuentran abiertas y sin restricciones, muchos servicios médicos siguen restringidos. Aunque Isidora presenta actualmente recurrencia de síntomas de su hipotiriodismo (mareos), los propios médicos le han dicho que han recibido órdenes expresas de negar el servicio de especialidad.

“Los de la 27 ya nos quitaron de la lista, ya no dan servicio ahí, primero por covid y ahora… sigue. Se tendrá que hacer por fuera los estudios porque aquí ya no los hacen”, le dijo una médico general suplente del consultorio 7 en la UMF 11.

El estudio que Isidora requiere es un perfil tiroideo, que en laboratorios privados tiene un costo promedio de 900 pesos. Aunque el IMSS asegura que de 2017 a 2020 atendió a un promedio de 150 mil pacientes anuales por padecimientos relacionados con la tiroides, la realidad dentro de los consultorios es que a la mayoría los mandan a practicarse los estudios en laboratorios privados.

“No hay laboratorios avanzados hasta el siguiente año porque se acabaron el presupuesto. No hay aquí ni en La Raza, en ningún lado”, dijo en 2016 una médico internista del HGZ 27 a la hija de Isidora, quien también padece hipotiroidismo. Pero los reactivos para perfil tiroideo no llegaron en 2017 ni hasta la fecha.

Como “consuelo” –recuerda la mujer de 43 años– la doctora le dijo que ella no es la única en esa situación, “la mitad de los que llegan a medicina interna son hipotiroideos, yo atiendo al menos a cuatro al día” y a todos los manda al mismo lugar: el sector privado.

Debido a su antecedente de nódulos en la garganta, a Isidora sí le han practicado algunos estudios desde su diagnóstico hace casi una década; no así a su hija, quien fue diagnosticada también en 2013 pero sin nódulos. Es 2022 y le siguen negando el perfil tiroideo en su clínica y en el HGZ, solo que ahora bajo el ya permanente argumento de la pandemia, que les vino “como anillo al dedo” –parafreaseando al presidente López Obrador, quien también ha señalado los beneficios que la emergencia sanitaria trajo a su gobierno–.

*Nombre modificado a solicitud de la persona entrevistada.

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