Telenovelas al cine
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Telenovelas al cine
Foto: Película Soy tu fan / Star Original Productions.

Por si no estaban enterados, esta semana el canal Tlnovelas reestrenó una versión remasterizada del melodrama clásico de 1979, Los ricos también lloran, que impulsó la carrera de la actriz Verónica Castro, convirtiendo a las telenovelas mexicanas en un producto de exportación y a ella en una estrella internacional y el referente que sigue siendo para el espectáculo en México.

Es curioso que, al mismo tiempo, la actriz también esté de regreso en el cine con el estreno de Cuando sea joven desde el 15 de septiembre. ¿Será posible que el cine mexicano necesite el poder de convocatoria de la “reina de las telenovelas” para levantar la taquilla? Si bien la carrera de Verónica Castro se ha distinguido por sus aportaciones a la televisión como actriz, cantante y conductora, también tiene una peculiar filmografía, pues inició de la mano del influyente director Carlos Enrique Taboada y además aparecen entre sus créditos algunos títulos muy audaces para la época, como Naná y Navajeros.

Aprovechar la fama de las estrellas de la televisión para empujar a sus seguidores a las salas de cine no es nuevo, pues las telenovelas en México siguen siendo los programas con mayor popularidad. Basta recordar que la empresa Televicine (hoy Televisa Cine) inició operaciones en 1978 produciendo películas para Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” y se extendió hasta los años 80 y 90 creando producciones que servían como vehículos de lucimiento para sus estrellas, como Lucía Méndez, la “India María” y hasta Eugenio Derbez.

Hoy en salas de cine ya se puede ver casi de todo, desde eventos deportivos, funciones de ópera, conciertos de pop, producciones de animé, hasta capítulos de series como House of the Dragon y The Lord of the Rings: The Rings of Power; incluso, esta misma semana se podrán ver los funerales de la reina Isabel II en algunos cines de Reino Unido. Es casi como si las cadenas de cine supieran que ya no pueden vivir de proyectar únicamente películas, y tal situación obliga a preguntarnos qué tan cerca estaremos de que en México también se puedan ver telenovelas en el cine.

Tomemos como ejemplo el reciente estreno de Soy tu fan (producida por la misma empresa de la plataforma Star Plus), una película basada en la serie de televisión de 2010 que inicia donde la última temporada terminó y que sirve como puente para una próxima temporada. La discusión sobre qué hace diferente a una telenovela de una serie y de una película se siente más vigente que nunca con este tipo de experimentos, pues nos hacen dudar de la calidad de algunos productos que se parecen demasiado a las telenovelas.

El gremio de los actores ya se había relajado con el tema de trabajar en distintos medios y formatos, pues antes la diferencia entre actores de televisión, cine o teatro estaba muy marcada por los prejuicios. Este cambio de mentalidad llegó definitivamente con la irrupción de las plataformas de streaming y empresas como HBO y Netflix, que crearon contenidos de mucha calidad donde la diferencia entre cine y televisión era apenas perceptible y que permitió que actores de diversas procedencias trabajaran juntos.

Sin embargo, la diferencia entre cine y televisión existe y está, sobre todo, en cuestiones técnicas como el lenguaje audiovisual y –por supuesto– los métodos de actuación, dos temas que el público masivo no necesariamente entiende y tampoco le importan mucho. No se trata de prejuicios, simplemente son cosas distintas, y esto se vuelve más evidente cuando la calidad de las series que empresas como Netflix producen ha caído tanto que ya no se nota la diferencia con una telenovela.

Mismo caso para las series producidas por ViX, precisamente la plataforma de streaming de Televisa y Univisión, donde series como La mujer del diablo y María Félix: La Doña utilizan como gancho a actores de telenovelas (como José Ron y Sandra Echeverría), que no le imprimen algo diferente a su trabajo actoral y donde el lenguaje audiovisual es pobre. No hay gran diferencia entre estas producciones y algo como El último rey, la telenovela de Juan Osorio que cuenta la vida de Vicente Fernández, misma historia que ahora Netflix pretende explotar agregando a su catálogo otra “serie” sobre “Chente”, titulada El Rey.

En el caso de La Doña, la biografía de una de las máximas estrellas del cine mexicano, se esperaba algo más cinematográfico, pero la productora Carmen Armendáriz tal vez lleva demasiado tiempo reciclando las mismas fórmulas de “El Canal de las Estrellas” y ya no recuerda cómo hacer otra cosa (antes produjo películas para Luis Estrada o la emblemática serie Hora marcada, donde iniciaron directores como Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro).

Mientras tanto, las salas de cine han sido tomadas por franquicias como After, que sigue el modelo de películas como 365 días, con historias románticas de bajo presupuesto basadas en libros de la categoría de young adult (ficción para adulto joven), de autoras como Anna Todd y Blanka Lipińska, que solo son otra forma de melodrama, aunque más atrevido y hasta erótico de lo que se puede ver en televisión. ¿Quién puede negar que son un éxito cuando 365 días tiene tres películas (en Netflix) y After ya va por su quinta secuela?

Todo, desde películas realizadas específicamente para plataformas, como Sexo, pudor y lágrimas 2, hasta series como ¿Quién mató a Sara? y Donde hubo fuego, el lenguaje de las telenovelas se impone en un momento en que la prioridad es atraer más público y no la calidad de los productos. Esto no se limita a México, pues en diversos servicios de streaming abundan series poco propositivas como EchoesSurfacePieces of Her o The Girl Before.

Cuando supimos que la segunda temporada de la producción mexicana ¿Quién mató a Sara? logró convertirse hace un año en la serie más vista de Netflix en 63 países (hazaña que no repitió con su tercera y última temporada), solo recordamos que las telenovelas mexicanas son ese producto de exportación que siempre ha sido un éxito desde que Los ricos también lloran triunfó en 120 países, en lugares tan improbables como la Unión Soviética y China, cuando conceptos como globalización, internet y streaming ni siquiera eran parte de la conversación.

BREVES

La segunda temporada de Los Espookys, la serie mexicana de terror y comedia producida por HBO Max, inicia este 15 de septiembre.

Universal Plus se transformó en un paquete de canales de cable, que además cuenta con una app de streaming, donde se podrán ver algunas de las series más divertidas de este año, empezando por Angelyne que inició desde el 9 de septiembre.

Netflix estrena la comedia de humor negro Revancha ya (Do Revenge) con un reparto de jóvenes actrices como Maya Hawke, Camila Mendes y Sophie Turner. Desde el 16 de septiembre.

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