Agua en la CDMX

Es abogado, maestro en Derecho, Economía y Políticas Públicas por la Complutense de Madrid. Con dos décadas de experiencia en el servicio público, fue diputado de la Ciudad de México y alcalde de Cuauhtémoc. Fundador de Morena. Comprometido con la justicia y el trabajo para la transformación de México. Futbolero. Twitter: @nenulo

Agua en la CDMX
Foto: iStock

¿Qué implica abrir la llave y tener agua? 

Para que esto sea una realidad, se requiere del trabajo de miles de personas, extraer el líquido del subsuelo (a costa de hundimientos en algunas zonas), trasladar millones de litros de otras cuencas, dar mantenimiento a una infraestructura obsoleta, entre muchísimas otras tareas. Todo para proveer la mayor cantidad de agua a los habitantes de una ciudad sobrepoblada. 

¿Cuál es la realidad en la Ciudad de México? 

Vivimos en la constante búsqueda de nuevas fuentes de abastecimiento, ya que evidentemente sobreexplotamos las disponibles. Esta sobreexplotación trae una primera consecuencia que son los hundimientos, que oscilan entre los 6-10 cm/año. Como referencia, tenemos el centro de la ciudad, el cual ha sido de 10 metros en los últimos 60 años. Los hundimientos han hecho que el drenaje, el cual fue diseñado para operar por un principio de gravedad, prácticamente esté colapsado en muchas zonas de la capital. Ajustes mediante diques, bombeos, túneles emisores, drenaje alterno (“drenaje profundo”) son ajustes que se han tenido que hacer para contrarrestar esta situación, la cual no se detiene. 

Según datos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), el promedio de disponibilidad de agua en la ciudad es de 320 litros por día (¡ojo!, la OMS y otros organismos recomiendan un consumo promedio de 100 litros por día por habitante). Sin embargo, la distribución no es homogénea, en Venustiano Carranza se tiene el menor promedio: reciben 203 litros por día por habitantes; y Tlalpan el mayor: con 560 litros por día por habitante. 

La ciudad cuenta con 97.14% de cobertura de tomas domiciliarias y 93.17% en conexiones a red de drenaje. De los usuarios que ya cuentan con una toma domiciliaria, un 15% recibe el servicio de agua por tandeo, esto es una vez al día y 10% una vez a la semana. La realidad de que no todos tienen agua cada vez que abren la llave

El abasto de agua potable a la ciudad ronda los 31 mil litros por segundo, de los cuales el 47% de las fuentes son pozos y manantiales locales, el restante 53% proviene de pozos y sistemas fuera de la misma, por ejemplo Cutzamala y Río Lerma. 

Ahora, para que todo este sistema hídrico/hidráulico funcione correctamente, es necesario recargar los acuíferos, lamentablemente, otro dato de impacto es que tenemos un balance hídrico negativo: por cada mil litros extraídos, se recargan 300 litros, solo el 30%. 

Una de las principales fuentes de recarga de los acuíferos en la Ciudad de México son los suelos de conservación (de los cuales no tenemos muchos). Y mas allá, seguimos urbanizando de forma poco planeada, lo cual reduce dramáticamente zonas de captación (1 ha. urbanizada reduce en 2.5 millones de litros la recarga anual). 

El agua de lluvia que no se deposita en los cuerpos de agua superficiales o se infiltra al acuífero prácticamente se desperdicia. Se estima que del agua que llega al drenaje profundo 80% proviene de lluvia y 20% de aguas negras. 

Del promedio de 320 litros por día por habitante, el 80% se convierte en agua residual, generando un caudal aproximado de 22 mil 511 litros por segundo. Del 100% del agua residual colectada en la ciudad, solo el 15% puede ser tratado por Sacmex en sus plantas de tratamiento. 

En la Ciudad de México, probablemente, tenemos uno de los sistemas hídricos más complejos. 

A medida que pasa el tiempo, es necesario bombear cada vez a mayor profundidad, esto impacta en la calidad del agua, aumentan los costos de operación y potabilización, adicional a que proliferan los hundimientos. Como si esto no bastara, la infraestructura es tan vieja y en mal estado que existen datos que registran pérdidas de entre el 40% y el 60% por fugas. 

Principales factores por los que escasea el agua en la CDMX

  • Mayor demanda por crecimiento poblacional. 
  • La extracción de agua subterránea sobrepasa la recarga natural. 
  • No se aprovecha el agua de lluvia. 
  • Perdemos entre 40 y 60% de agua potable por fugas. 
  • Derroche irracional del agua (domiciliario, mixto, negocio). 
  • Contaminación por vertidos. 
  • Cambio en patrones de lluvia. 
  • Urbanización de zonas de recarga de agua. 
  • Barrancas convertidas en basureros. 

Probablemente podemos agrupar propuestas de mejora en dos campos: 

Infraestructura 

  • Revisar propuestas de renivelación en el entorno del sistema hídrico, sobre todo de fuentes de abasto y desplazamiento. Buscar mitigar/evitar el bombeo, que implica gasto significativo de energía.
  • Definitivamente es necesario un esfuerzo gigante en la actualización de la propia infraestructura, esperando minimizar fugas. Para esta, el primer gran paso será tener certeza y conocimiento de la red: por dónde pasa, qué equipos se tiene, estatus, etcétera. Aquí se requerirá mucha inversión y tecnología que permite darle escalabilidad en un periodo de tiempo razonable (10-20 años). 
  • La actualización del sistema hídrico debe considerar un diseño que permita operar en forma de clústers. De forma que permita seccionar la operación de forma efectiva, así las afectaciones, reparaciones, fugas y demás eventos, puedan aislarse de una mejor forma e impactar negativamente a la menor población posible. 
  • La infraestructura a renovar no solo es la hídrica, concerniente a Sacmex. Es necesario que alcaldías y gobierno de la ciudad habiliten de forma efectiva zonas de infiltración, uso de concreto permeable, en sí, aplicar nuevas formas de hacer ciudad, que permitan recargar el acuífero metropolitano de mejor forma.
  • Potenciar la capacidad de tratamiento de aguas residuales y la de potabilización. 

Cultura del agua 

  • Un cambio radical en la cultura del agua en la CDMX. 
  • Actualizar y revisar planes integrales del uso y manejo del agua, ya sea por alcaldía, por zona, por sector.  
  • El monitoreo a través de la tecnología, tendrá una participación clave, como se está viviendo en muchos otros campos. 
  • Fomentar programas de impacto para la captación, uso y aprovechamiento de agua pluvial en hogares unifamiliares y multifamiliares, no solo en la periferia, sino en las zonas de más gentrificación. La realidad actual nos lo exige casi de forma inmediata. 

Para este conjunto de propuestas no es necesario hacer una sola modificación burocrática (legislativa, judicial, ejecutiva). Para esto solo se necesita coordinación, voluntad y conciencia social. Se dice fácil, pero resulta ser una de las gestiones más difíciles, cuando se ha perdido de vista el bien común, colectivo y solo se logra ver la rentabilidad política de corto plazo. 

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