Mujeres migrantes, una tragedia
Con Sentido

Periodista zacatecana que en 2016 fundó Conexión Migrante, un medio nativo digital dedicado a la comunidad migrante mexicana y latina en Estados Unidos. Es JSK fellow y mentora en Metis, un programa para mujeres periodistas emprendedoras. Y antes que nada, mamá de Carlos Miguel.

Mujeres migrantes, una tragedia
Dainelis, migrante venezolana, asegura que su objetivo era llegar al norte del territorio mexicano. Foto: Alexa Herrera / La-Lista

Las mujeres migran con menos recursos y menos redes, insisten una y otra vez especialistas y activistas que participan en el Foro Internacional La Otra Mirada: Migración, mujeres y género.

Las condiciones de vulnerabilidad que de por sí determinan la mayor parte de las migraciones se ven exacerbadas si eres mujer, niña, adolescente o población LGBT+.

A finales de la semana pasada, la organización Ayuda En Acción/México reunió a académicos y personas que trabajan en albergues migrantes para plantear, alertar y proponer soluciones para mejorar las condiciones de los lugares donde mujeres, niños y adolescentes llegan a México. 

Las conclusiones son aterradoras. Si de por sí ya sabíamos que México es un país peligroso para las mujeres, las condiciones para las mujeres migrantes son aún más.

En general, las mujeres viajan y migran como cuidadoras y es terrible que reciban asistencia humanitaria, pero no se les vea como sujetos de derecho.

Los datos nos dejan sin palabras. Ya sabíamos que casi el 80% de las mujeres que cruzan México para llegar al norte son abusadas de alguna forma, y los relatos en los albergues lo confirman.

Sin embargo, hay una información que debería levantar todas las alarmas. 

A diferencia de la frontera sur, donde los temas de salud son más generales, cuando las mujeres llegan al norte, la mayor necesidad de atención es por embarazos o delitos sexuales.

Lo que revela la ruta de abusos que viven las mujeres que cruzan este país.

Además, se reconoce que las mujeres son sujetos de violencia desde su núcleo familiar, su comunidad o el Estado, lo que las obliga a migrar con menos recursos y herramientas.

Hay mucho trabajo que hacer y muchas conciencias que despertar. 

Simplemente, las instalaciones de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) o el Instituto Nacional de Migración (INM) no tienen espacios adecuados tan básicos como baños limpios.

México es una vergüenza en su política migratoria. Viola, al menos, dos derechos fundamentales: el derecho a la protección internacional y el derecho a la salud.

¿Sabías tú que en este país algún funcionario migratorio decidió que las mujeres en los albergues solo tienen derecho a una toalla sanitaria al día? ¿Y que casi ninguna de las migrantes tiene celulares, que son un privilegio de los hombres?

Muchas organizaciones de la sociedad civil están haciendo trabajo en tierra y sin ellas el sistema hubiera ya colapsado.

Es urgente organizar un movimiento de apoyo, donación y acompañamiento para estas poblaciones vulnerables que no dejarán de recorrer este país con la esperanza de llegar a un lugar donde la violencia y el abuso terminen.

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