¡Atención a la fecha de expiración de ideas y relaciones!
Espacio mindfulness

Es escritora –cuatro libros publicados y dos en camino–, periodista, cantautora –más de 160 canciones–, experta en respiración, yoga y meditación. Dirige el Yomu Institute, es mamá de tres hijos y pionera en el arte de materializar ideas innovadoras. Es la creadora y fundadora del sistema Enciende tu corazón para inspirar la alegría en el despertar de la conciencia. Instagram: @cynthiazakofficial

¡Atención a la fecha de expiración de ideas y relaciones!
Es indispensable planear antes de dar el paso. Foto: Towfiqu barbhuiya/Unsplash

Nos fijamos en la fecha de caducidad de los productos, de la comida, los medicamentos, todo lo que consumimos.

Leemos con detenimiento si quedan días o meses por delante para poder tomarlo o comerlo y con total detalle nos abstenemos de meterlo en el cuerpo si ya pasó la fecha que dice la etiqueta.

Somos cuidadosos con eso, prudentes y responsables para no contaminarnos y hasta la lupa usamos para asegurarnos que la fecha sea apta para su consumo.

Sin embargo, no usamos la misma vara para las relaciones y vínculos que seguimos manteniendo aunque sepamos que ya están expirados, que hace rato se pasó la fecha de vencimiento.

Tampoco usamos el mismo nivel de detalle con ideas, pensamientos, emociones y demás experiencias que pasan dentro nuestro, ya caducas y podridas que seguimos entreteniendo como si fueran un preciado tesoro.

Es cierto que las personas, al igual que los plásticos mentales que tenemos dentro, no tienen un código de barras con día de caducidad, pero nuestra brújula interna que es la magnífica intuición, siempre nos está tratando de advertir cuándo es el momento de terminar las cosas.

Lo sabemos. y en la mayoría de los casos estiramos la cuerda, sostenemos la dinámica aunque sepamos que esa situación nos va a traer un serio problema emocional y físico.

Mantenemos las relaciones personales y las ideas anquilosadas más de la cuenta, poniendo en jaque nuestra libertad espiritual y el crecimiento evolutivo de nuestro ser.

Nos quedamos paralizados aunque sepamos que es hora de quitarnos de medio maneras de pensar, cosas y personas que están vencidas para nuestra vida, negándonos la oportunidad de explorar el gran misterio que aguarda a los que dan el salto y reconocen que todo tiene fecha de expiración.

¿Qué piensas de esto? ¿Qué tal empezar a identificar el día, hora y año de vencimiento de ataduras a contratos matrimoniales, laborales, educativos, familiares, de amistades?

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¿Qué tal si listamos pensamientos desgastantes, pesados o limitantes, y les ponemos su etiquetas de vencimiento para dejar de consumirlos?

Como todo es un proceso, mi invitación es observar con total desapego emocional lo que sentimos y sabemos que está expirado y que aun así sostenemos y aguantamos.

Sin prisa pero sin pausa, sin culpas pero con responsabilidad limpiemos los cajones de lo que ya no nos sirve.

Es de valientes hacerlo y cuando lo activamos inmediatamente, la inteligencia del corazón comienza a reinar en nuestros palacios.

No nos comemos el yogurt vencido, ni tomamos la pastilla expirada, por lo tanto, la decisión es hacer lo mismo con lo interno que asfixia y lo externo que paraliza para darnos la oportunidad de no intoxicarnos sino de elevarnos amorosamente.

Aquí te comparto esta meditación de mi álbum Enciende tu Corazón que te va a iluminar para no consumir nada que tenga fecha de expiración.

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