El plan D
Tácticas Parlamentarias

Analista y consultor político. Licenciado en Ciencia Política por el ITAM y maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull en Reino Unido. Es coordinador del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa en el ITAM. Twitter: @FernandoDworak

El plan D
Foto: Twitter @Isa_Uribe

Hay quienes creen que los que hacemos crítica tanto al gobierno como a la oposición pensamos que el presidente es alguien que ha planeado sus tácticas hasta el último detalle, como un ajedrecista consumado. Sin embargo, solamente cuida los detalles de aquellos temas que le interesan y que, coincidentemente, tienen que ver con sus símbolos e imágenes de trascendencia personal, filias y fobias.

Si el presidente no es un genio ajedrecista, ¿dónde reside su éxito? En algo que hace y que al parecer evita la oposición: un ejercicio de planeación estratégica, de tal forma que sólo se concentra en la jugada presente. Es decir, no se necesita ser un genio para hacer lo que hace el ejecutivo, sino simplemente sentarse a hacer un árbol de decisiones para plantear escenarios para cada etapa de una estrategia.

Al respecto, puedo coincidir con mucha gente sobre que el embate contra el INE es innecesario para la muy probable victoria de Morena en la elección principal de 2024. De hecho, es probable que sus motivaciones detrás de esto se encuentren en su psique en lugar de una razón seria, aunque es fácil para cualquier liderazgo de su corte volcarse contra una institución cuando aquella no dice lo que desea escuchar. En todo caso, se decidió a lanzarse contra la autoridad electoral, siendo cuales fueren sus motivaciones.

Para conseguir ese propósito, el presidente ha recurrido a diferentes tácticas o “planes”, desde la reforma constitucional (plan A), la reforma a leyes secundarias (plan B), y el intento por ganar los cuatro asientos del Consejo General sea cuales fueren los medios (plan C). En este trayecto, se ha apostado por la dilación en decisiones que deberían ser apremiantes, como dejar la aprobación de todas las reformas legales hasta febrero, y las controversias que hubo entre la Cámara de Diputados y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre la convocatoria para la designación de los nuevos asientos.

El descubrimiento de irregularidades en el proceso de designación de las fórmulas para integrar los asientos del Consejo General del INE puede abrir paso a un nuevo plan, al que llamaremos, por darle gusto a la narrativa, el “D”. En este escenario, sea por acuerdo de la Junta de Coordinación Política o después de controversias, se repondría el proceso. 

Si bien el primer escenario solo postergaría unas semanas, o quizás algunos meses la designación final, estando a tiempo para el inicio del año electoral el 1º de junio, el segundo escenario haría que el Consejo General del INE sesionase incompleto por varios meses más. Añadamos a esto un creciente entorno confrontativo, y tenemos un escenario catástrofe.

Podemos no entender las motivaciones del presidente por generar un problema gratuito donde no debía haberlo, pero sin una planeación adecuada no hay sorpresas: solo gente sorprendida.

Síguenos en

Google News
Flipboard