X: el negocio del algoritmo polarizante

Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.

X: @MRomero_z

X: el negocio del algoritmo polarizante
Foto: Shawn Thew/EFE

La disrupción digital y tecnológica no sólo trae consigo ventajas sino también esconde aspectos negativos preocupantes. Particularmente sobre lo que fue Twitter y ahora es X, el debate sobre el funcionamiento del algoritmo ha sido vasto. Diversos estudios aplicados por universidades reconocidas como Stanford, así como centros de investigación de carácter internacional como el Pew Research Center confirman que la plataforma de micromensajes que alberga 550 millones de cuentas prioriza la polarización y da mayor cabida a la visión política de derecha.

En Latinoamérica, México (17.2 millones) es el segundo país con más cuentas, después de Brasil (24.3 millones). ¿Cómo el algoritmo define dar mayor exposición a unos contenidos sobre otros? Es para el usuario un enigma. La caja negra sobre el funcionamiento del algoritmo que regula gran parte de la discusión de los temas públicos es cerrada. Es normal: el error ha sido, en todo caso, fincar parte de nuestra libertad de expresión sobre un negocio privado que impone sus propias reglas en función de los objetivos de una sola persona.

Paradójico es que se considere que existe, hoy en día, mayor libertad de expresión con las nuevas plataformas digitales que a finales del siglo pasado. En un texto anterior señalé la peligrosa lógica de pagar para obtener voz dentro de un debate o discusión. El capitalismo nos invita a adquirir a cambio de dinero un producto o servicio del cual carecemos y es el mercado quien regula el precio en función de la oferta y la demanda. ¿Todos podrán pagar para ser escuchados?

La discusión se renueva con el anuncio de Elon Musk de que buscará que todas y cada una de las cuentas de X paguen. El “beneficio” será tener un ambiente seguro, transparente, sin cuentas automatizadas por bots que “alteren” o modifiquen la evolución de una discusión. El razonamiento es insostenible. La empresa, desde hace varios años y de forma “gratuita”, regula el sentimiento social de naciones enteras desde una gran consola en donde su poderoso algoritmo define los temas sobre los cuales las personas de determinada región deberían discutir.

La noticia de este nuevo esquema la dio el visionario empresario estadounidense en un diálogo/entrevista que sostuvo con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien viajó a California, EU, para el encuentro. Se trata de un líder que ha enfrentado durante 9 meses protestas en su país ante una reforma al Poder Judicial que abiertamente socava la democracia israelí. ¿Les suena conocido? ¿La alianza entre ambos ayudará a que el tema deje de ser tendencia en Israel?

Se espera que ahora sea forzoso ingresar una identificación y un método de pago. Como si la inteligencia artificial no pudiera crear ambas y vulnerar y automatizar, de nuevo, la creación de bots o mensajes. O, ¿acaso necesitaremos un pasaporte digital expedido por una empresa tecnológica global privada para poder interactuar? La disrupción digital ha logrado que cosas intangibles logren ser transaccionables, que los Estados/Nación queden totalmente reducidos y que los imperios tecnológicos impongan sus propias leyes supranacionales aplicables para todos. No importa si eres japonés, afgano, brasileño o argentino.

Se trata de nuevos modelos de negocio en los que nuestros miedos más primitivos son explotados. ¿Quieres tener mayores posibilidades de conocer el amor? paga tú suscripción premium y elige del catálogo que ofrece la plataforma. ¿Deseas que tu opinión tenga mayor relevancia? Invierte para que el algoritmo te otorgue un espacio y, si pagas un poco más, aquello que digas estará por encima de lo que expresen los demás. No importa que seas racista o xenófobo.

Actualmente en la plataforma es posible contratar la versión Premium que, a decir de su sitio oficial, “prioriza las conversaciones de calidad” lo que presumiblemente significa que dota de mayor exposición a quienes la han contratado. Los reportes financieros de X refieren que el modelo de negocio ha fracasado pues solo 827 mil usuarios han adquirido dicha versión. Por ello, la nueva lógica será, como en muchos otros modelos, apostar por el volumen. De 8 dólares al mes por el servicio es posible que baje hasta un dólar anual. ¿Muy barato? Son 550 millones de cuentas. ¿O muy caro? Si lo que compras es un pedazo de libertad de expresión.

Apunte:

The Square es un documental nominado al Óscar que retrata la revolución civil egipcia del 2011 contra el régimen de Hosni Mubarak… con la particularidad de que Facebook, en ese momento, fue la principal herramienta de movilización. El algoritmo decide quién cae y quién no… y qué sociedad se “organiza” más que otra en función de los males que le acongojan. No cabe duda, Elon Musk es un visionario y los 44 mil millones de dólares que pagó para comprar Twitter es barato para la herramienta a la cual tiene acceso.

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