Los años y meses cruciales en el Poder Judicial
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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Los años y meses cruciales en el Poder Judicial

El Senado de la República eligió a Celia Maya García para ocupar la silla vacante durante casi 2 años en el pleno del Consejo de la Judicatura Federal, con la votación de Morena y sus aliados en esta causa, entre ellos Manuel Añorve, Eruviel Ávila y Claudia Ruiz Massieu para alcanzar 70 votos a favor de la propuesta decidida en Palacio Nacional.

Un premio de consolación para quien fue impulsada sin éxito dos veces para ser ministra de la Corte y cargó con la derrota en la reciente elección por la gubernatura de Querétaro abanderando al partido guinda. El perfil de Celia Maya es idóneo en los parámetros presidenciales que privilegian obediencia sobre capacidad, pero tratándose de una posición que exige plena independencia es un despropósito digno de la autodenominada cuarta transformación. La estrategia para apropiarse gradualmente de las instituciones del Poder Judicial de la Federación va sobre ruedas hasta lograr mayorías afines e incondicionales.

En el caso de la Judicatura Federal su diseño vigente determina que de las 7 posiciones en su pleno, la presidencia corresponde a la ministra Norma Piña como titular de la Suprema Corte, el Senado tiene 2 asientos, el Ejecutivo Federal uno y el Máximo Tribunal 3 que corresponden a quienes resulten electos entre jueces o magistrados federales, lo que garantiza que al menos 4 de sus 7 integrantes respondan al principio de autonomía que debe regir la impartición de justicia.

La morenista se suma a Bernardo Bátiz y Verónica de Gyves para reforzar el tridente del régimen en el Consejo que absorbe más del 80% del presupuesto total de ese Poder. El caso de la Corte es distinto, su diseño escalonado depende directamente de ternas enviadas por el Presidente de la República para su designación en el Senado y ocupar las vacantes que se generan al llegar a término el periodo de 15 años de cada integrante del pleno.

En la actualidad el Tribunal Constitucional ha funcionado con un bloque de 8 ministros que respaldan una postura verdaderamente imparcial, ya que Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Arturo Zaldívar han sido consistentes aliados de los intereses del Ejecutivo en diversas votaciones cruciales.

Por ese factor será determinante la integración de la Cámara de Senadores en la legislatura de 2024. La sobrevivencia de una Corte que fije límites al presidente y a quien lo suceda es indispensable en nuestra democracia, los perfiles de las personas que aspiren a la toga serán especialmente relevantes.

El 30 de noviembre de 2024 Luis María Aguilar y Arturo Zaldívar terminarán su período como ministros en activo. En 2026 Jorge Mario Pardo dejará vacante su sitial y en 2027 lo harán también Alberto Pérez Dayán y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.  En estos 4 casos corresponderá a quien resulte electa la primera presidenta de nuestra historia enviar las ternas al Senado para ocupar los espacios. Si Morena se sostiene en el poder con su conocida animadversión a una impartición de justicia imparcial, hará obvio que propondrán aspirantes a modo para adueñarse de la mayoría en la Corte y en consecuencia controlar desde adentro al Poder Judicial de la Federación con 6 togados afines, el número mágico para ganar votaciones de mayoría simple y definir la presidencia del Alto Tribunal dentro de 4 años, durante la primera mitad del próximo sexenio.         

En la Sala Superior del Tribunal Electoral, está en proceso la selección para los relevos de los magistrados Indalfer Infante y José Luis Vargas que concluyen su periodo en noviembre. Se inscribieron casi 60 aspirantes, la Corte ya se decantó por 12 finalistas con perfil de carrera judicial. El próximo lunes serán aprobadas las 2 ternas, una de ellas exclusivamente de mujeres lo que derivará en la llegada de una nueva magistrada a la máxima instancia electoral del país.

Es previsible que la mayoría morenista en el Senado haga deliberadamente lento el proceso de selección para procesar a los 6 aspirantes o que ninguno logre mayoría calificada, lo que obligaría a nuevas ternas por parte de la Corte. ¿Por qué son tan importantes estas designaciones? En 2024 serán los responsables de calificar la elección presidencial y entregar constancia de mayoría a la nueva Presidenta de México, también resolverán las impugnaciones de las votaciones para la renovación del Congreso de la Unión. El quórum legal mínimo de la Sala Superior del Tribunal Electoral es de 4 magistrados, sin embargo la declaratoria de validez o nulidad de la elección presidencial requiere de la presencia de seis, si para ese momento no se han cubierto las 2 vacantes, la Suprema Corte ya tiene listo un interesante plan de contingencia para solventar un posible atorón.

Vienen meses y años que definirán la subsistencia de una impartición de justicia federal que contenga la arbitrariedad. Transitamos la época de un mandatario que será recordado por su manifiesto repudio a la autonomía e independencia judicial. 

Nunca había sido tan impunemente incumplido el juramento de guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen. A pesar de tantas tempestades, estoy convencido que la firmeza de un Poder Judicial independiente y profesional prevalecerá.

EDICTOS

Respecto al sainete que trascendió en diversas redes sociales y medios de comunicación sobre la bronca de hace unos días entre los ministros Alberto Pérez Dayán y Arturo Zaldívar ocurrida en el salón de ante pleno, un ministro confió a este reportero la versión real del momento incómodo. Según el togado que presenció el desencuentro, Pérez Dayán provocó verbalmente a Zaldívar con el ánimo similar al de un adolescente de secundaria que buscaba pleito. Me dicen que la prudencia estuvo del lado del queretano, que no se enganchó y prefirió dar paso lateral ante el intercambio subido de tono. También circula la versión de que un tercer ministro se encargó de filtrar y sobredimensionar el hecho. Es conocida la recíproca enemistad entre Luis María Aguilar y Zaldívar, y la cercanía de Aguilar con Pérez Dayán. Más allá de la anécdota, el altercado revela los humores y cuentas personales pendientes entre estos 3 personajes.  

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