NARCO S.A.
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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NARCO S.A.

Es falso que los jóvenes mexicanos en su mejor etapa productiva aspiren a empleos dignos o perspectivas de desarrollo que satisfagan sus necesidades elementales. Todo depende del cristal con que se miren los datos que el gobierno sesga a su conveniencia para establecer una narrativa engañosa con fines de promoción electorera.

Basta con caminar algunas calles de la Ciudad de México y no me refiero a las colonias donde la gentrificación ha desplazado a los menos pudientes y en donde el entorno maquilla la descomposición a primera vista. El Centro Histórico es una fotografía de la realidad para quienes desean observarla directamente, ahí el comercio informal sometido al control del crimen organizado es lo que el gobierno llama oportunidades y bienestar. Ese panorama es palpable a 250 metros de los aposentos presidenciales donde todas las mañanas se dice que estamos mejor que antes.

Se transformaron programas sociales medibles y auditables en una bolsa sin control de recursos públicos para poner dinero en manos de quienes aceptan dádivas a cambio de encadenar su fidelidad al régimen más populista desde Luis Echeverría. La perspectiva de mejorar las opciones para el desarrollo profesional de los estudiantes no es una prioridad porque al régimen le inquieta la capacidad de disentir que es natural entre los más instruidos.

Recorrer las calles aledañas al Zócalo capitalino como Corregidora, Moneda, Jesús María, Soledad, Guatemala, Apartado, Roldán, Mesones, Las Cruces, Uruguay y Correo Mayor, entre otras hacia la zona de la Merced y el barrio de Tepito, cuartel general de un poderoso cártel criminal dedicado impunemente a la extorsión y el narcomenudeo, permite palpar el modo de vida de miles de jóvenes y adolescentes. Cobro de piso para los comerciantes establecidos, secuestros, amenazas, venta de mercancía robada o falsificada, robo, ejecuciones, levantones, despojo y tráfico de drogas al menudeo son parte del panorama cotidiano que las autoridades toleran.

En esas cuadras la policía hace que vigila y las células de la Unión Tepito trabajan sin mayores complicaciones para controlar metro por metro cada manzana de esa zona. Es uno de los grupos con mayor capacidad para generar violencia a través de múltiples células que extienden su operación en las colonias Juárez, Roma, Condesa y Polanco de la capital, así como en el aeropuerto internacional “Benito Juárez”, sólo por citar algunas zonas bajo su dominio.

Los estudios especializados más serios sobre este fenómeno reflejan el grotesco fracaso del gobierno federal en la batalla contra este tipo de asociaciones criminales para frenar su crecimiento en la Ciudad de México. Mientras tanto, los integrantes del gabinete federal y los funcionarios del gobierno que formó Claudia Sheinbaum se regodean en autoelogios que olvidan la tragedia de oportunidades fallidas entre el sector de la población con mayor vigor y productividad. Si esto es en el corazón del país, imaginemos la situación en Guerrero, Michoacán, Veracruz, Chiapas, Jalisco, Zacatecas, Guanajuato, Sinaloa y más de la mitad del territorio nacional.

Han sido años perdidos de complacencia demagógica por parte del presidente López Obrador para lanzar mensajes caricaturescos apelando al buen comportamiento: “los voy a acusar con sus mamás y abuelos” o el “también son seres humanos” que ofende a las víctimas de la violencia irrefrenable.

Una impactante investigación publicada por la revista Science refleja que el crimen organizado ha enganchado a más de 175,000 personas en nuestro país. Esto convierte al narco en el quinto empleador en México como se puede consultar en el estudio del Complexity Science Hub de Viena, significa que hay más ocupación en la delincuencia que en empresas como Oxxo, Bimbo, Pemex o Coppel.

De los reclutados 2 de cada 10 pertenecen al Cartel Jalisco Nueva Generación. El estudio basado en modelos matemáticos reveló que 17 de cada 100 personas enganchadas mueren en enfrentamientos, venganzas o ejecuciones, sin dejar de mencionar que la mayoría de los jóvenes que se suman a estas malvadas corporaciones lo hacen a la fuerza.

Uno de los especialistas que realizó el estudio fue el Dr. Rafael Prieto Curiel, experto matemático egresado del ITAM que trabajó también como Director de Análisis Estratégico en el Centro de Atención de Emergencias y Protección Ciudadana de la Ciudad de México (C5). Una de sus conclusiones es que la única forma de debilitar esta imparable maquinaria consistirá en atacar el crecimiento de la incorporación de jóvenes a estos grupos para minar su avance sostenido en los próximos años, perspectiva que ni por asomo está en la agenda de quienes todavía toman las decisiones.

Una conclusión inmediata tras conocer esta información es el estruendoso fracaso del rimbombante programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” con el que se intenta tapar el sol con un dedo para difuminar la aguda carencia de oportunidades y la disposición discrecional de recursos públicos destinados al asistencialismo que no ha dado mejores perspectivas a este sector de la población.

Los datos del Complexity Science Hub exhiben el colapso de las ocurrencias de AMLO respecto a la delincuencia y sus efectos devastadores. El ofrecimiento de abrazos y no balazos es una burla dramática sobre la mayor vulnerabilidad a la seguridad nacional de las últimas décadas. Ningún operativo, policía militarizada o plan reactivo de las fuerzas armadas logrará detener el tétrico destino de millones de marginados que son carne de cañón para los grupos del narcotráfico que se regodean en la incapacidad de una “Cuarta Transformación” cómplice del desperdicio de vidas más indignante desde la Revolución Mexicana. No hay estrategia y la prevención es un buen deseo que sólo adornará los discursos que vendrán en las campañas políticas. 

EDICTOS

A pesar de las intenciones truculentas que involucran a 2 despachos de litigantes ligados a Julio Scherer Ibarra, exconsejero jurídico de la presidencia, es importante dejar claro que la empresa naviera mexicana Trese no está en quiebra, tal y como se estableció en una importante resolución del Poder Judicial de la Federación. El Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil con sede en la capital aclaró hace unos días que la etapa procesal en que se encuentra el consorcio es de conciliación, lo que desmiente a los representantes de la empresa malaya Coastal Contracts Bhd que pretende desplazar y dejar en estado indefensión a los acreedores de la mexicana Trese. Los derechos de esta empresa están firmes tal y como lo resolvieron las magistradas Yazmín Eréndira Ruiz Ruiz, María Amparo Hernández Chong Cuy y Mónica Cacho Maldonado en la sentencia que consta de 205 fojas en poder de esta columna. Queda claro que la táctica para forzar un proceso de quiebra en este asunto ha fracasado. 

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