Macri vs. Riquelme: cuando el futbol trasciende del futbol

“No me importa donde vayas, solo quiero… ver a Boca”

Muchas cosas nos separan de la Gloriosa No. 12.

Como parte de la vida cotidiana de la Argentina, el futbol es una actividad vital para prácticamente la totalidad de ese pueblo que lo vive con la mayor pasión que me ha tocado presenciar en mi vida. En una visita hace algunos años, mi hermano Alejandro y yo, motivados por nuestro gran gusto por los deportes y en particular por el futbol, hicimos una visita a “La Bombonera”, el mítico estadio del Club Atlético Boca Juniors en el que pudimos presenciar aquel partido a un costado de la zona donde se ubica “La 12” (quizá la barra brava más importante del club), momento en que nos percatamos de la trascendencia que este deporte tiene para la nación argentina.

Han sido diversas las escenas que a lo largo de la historia han pintado de cuerpo completo lo que significa este deporte en un país que desde hace muchos años vive una permanente crisis política, económica y social, pero que, sin duda, tiene en el futbol una de las principales razones para mantener su esperanza a flote y en cuya liga nacional el Club Atlético Boca Juniors es quizá, junto con el River Plate, el club más importante.

Es tal la relevancia que este deporte tiene en aquel país y que este club tiene en su liga, que por sus filas y desde diferentes roles han pasado personas desempeñando roles muy importantes en la vida de Argentina: Diego Armando Maradona como el máximo ídolo que han tenido en el deporte, Juan Román Riquelme que es el futbolista más admirado en la historia de ese club y, Mauricio Macri, que antes de ser presidente de aquel país tuvo una escala como presidente de los también conocidos como “Xeneizes”.

Por supuesto, la trascendencia que este equipo de futbol tiene genera que la renovación de sus autoridades sea seguida de manera puntual y en muchos momentos se convierta en un asunto de interés público. Y es que, aunado a contar con más de 315 mil socios, el estatuto del club establece que cargos como el de presidente y vicepresidente 1º se eligen en comicios de forma directa por parte de sus socios vitalicios y activos, lo que desde sus orígenes ha generado colisiones entre al menos dos visiones que se tienen del equipo y de su futuro.

Los días actuales no son la excepción, pues se espera que en la batalla que se libre por el control del club se presente entre un Mauricio Macri como parte del equipo encabezado por Andrés Ibarra y un Juan Román Riquelme en su calidad de ídolo absoluto en su etapa como jugador y de administrador con claroscuros en su etapa como dirigente que está por decidir en qué calidad se presentará a las elecciones. El primero catapultado desde la presidencia del club a la presidencia del país hace algunos años y, el segundo, el jugador más querido en la historia del club. Un enfrentamiento de pesos completos.

Además de ser dos de los personajes más importantes del Club Atlético Boca Juniors en las recientes décadas, a Macri y a Riquelme los une una relación difícil cuyas primeras fricciones se dieron desde finales del siglo pasado, en que como ha sucedido en muchos otros clubes, los dirigentes de los clubes y las grandes estrellas de los mismos tienen una complicada convivencia.

Como puede verse, la polarización de la que el mundo está siendo víctima no es exclusiva del poder público, pues incluso en entidades privadas como lo es este club, ésta se encuentra presente y promete que se intensificará. Nada menos un expresidente de la Nación Argentina y el que tal vez fue el último 10 en el futbol protagonizarán un enfrentamiento de resultados imprevisibles cuyos efectos en el ánimo argentino estarán por verse.