¿Preparando una elección de Estado? 

Periodista y escritora.

¿Preparando una elección de Estado? 

Sergio Salomón es el personaje de la semana, pues no solo está traicionando a su mentor político, sino que, al parecer, por no quedarse fuera del erario con su pupilo está dispuesto a ser el protagonista de una elección de Estado. La primera tarjeta roja ya le sacaron las autoridades electorales.

-Café con piquete-

El actual góber de Puebla llegó a esa posición gracias a la muerte de Luis Miguel Barbosa en diciembre de 2022, quien ganó las elecciones extraordinarias del estado, después del también fallecimiento de la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, en condiciones poco claras. Tras esos dos infortunios, Sergio Salomón, entonces líder del Congreso local, se antojaba como el perfil más “idóneo”, para convertirse en el gobernador sustituto ante una Puebla convulsa e inestable. Digamos que, estuvo en el lugar indicado, en el momento indicado; por eso fue gobernador. Pero ¿cómo fue que llegó a ese lugar que lo volvió candidateable? He ahí lo interesante. Veamos.

-Siéntese cómodo-

Oriundo de Tepeaca, Sergio Salomón incursionó en política en el año 2012, de la mano de su mentor y amigo, Alejandro Armenta Mier, hoy candidato de Morena a la gubernatura de Puebla.

Armenta, priista de toda la vida y marinista de cepa, fue coordinador de promoción al voto estatal, en la campaña de Enrique Peña Nieto. Fue Armenta quien invita al joven empresario restaurantero a involucrarse en la campaña y lo hace presidente del PRI municipal en Tepeaca. Un año más tarde, nuestro personaje se convierte en candidato a diputado local y llega al Congreso del estado (por primera vez).

Ese periodo es intrascendente en la vida política de Salomón. Pues, fue un diputado más que pasó sin pena ni gloria. Quizá lo más destacable es que, gracias a su personalidad tibia (hasta ese momento), no se metía en problemas con nadie, no se peleaba con el poder, no confrontaba, no cuestionaba, todo lo aprobaba. Cualquiera diría que era un diputado de Moreno Valle, y no un diputado de oposición a él, como en teoría lo era. Así se ganó la confianza de los Moreno Valle… ¡tal cual, lo están leyendo!

-Un fuerte doble-

Ya para la elección de 2018, la dupla: Alonso-Moreno Valle necesitaba de todos sus aliados. Había muchas cosas en juego. Así pues, buscaron los mejores perfiles, los más competitivos en cada región. Ganarle a la ola de López Obrador no era cosa fácil, pero lo hicieron. Así, Sergio Salomón, a quien todavía no le entraba el amor por la 4T, renunció al PRI y fue postulado por Movimiento Ciudadano como candidato a presidente municipal por Tepeaca. La fórmula dio resultado: con buenos candidatos y una buena operación política, Puebla fue de las pocas entidades que resistió el tsunami de López Obrador. Martha Erika fue electa gobernadora de Puebla; Rafael Moreno Valle, senador, y Salomón, presidente municipal.

Sin embargo, un extraño accidente cambió la suerte de varios actores políticos poblanos, entre ellos, la de Sergio Salomón, quien paradójicamente, resultó beneficiado con esa trágica coyuntura. 

Léase, cayó parado.

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Nuevamente, su perfil acomodaticio le ayudó a ganarse la confianza del nuevo gobernador Barbosa, al grado de que se convirtió en uno de sus presidentes consentidos.

Tres años pasaron rápidamente. Llegó la elección intermedia del presidente López Obrador. El desgaste político empezaba a cobrar factura. Los gobernadores morenistas recibieron la encomienda de “sacar adelante” la elección en sus estados. En el caso de Puebla, Barbosa tenía el compromiso de entregar buenas cuentas al Presidente, pero también de ir preparando su sucesión. No tenía cartas para jugar y necesitaba ir habilitando algunos perfiles. Pensó que Salomón había demostrado lealtad y decidió ponerlo a prueba.

Es así como nuestro personaje nuevamente va a las urnas, ya no por el PRI, ya no por MC, sino ahora por Morena. Gana la elección en 2021 y regresa al Congreso local. Como Barbosa no tenía ahijados con experiencia, le da la confianza a Salomón, y lo hace “Líder del Congreso”. Ya en su segunda faceta como legislador, Salomón se ve más seguro. Tenía todo el respaldo del gobernador, lo cual le permitía desenvolverse con autoridad y poder. Sin embargo, Salomón NO hacía mal uso de ese poder. Por el contrario, se mostraba franco, sereno, conciliador. Llegaba a acuerdos con diálogo, justo la otra cara del autoritarismo que mostraba Barbosa. Con el tiempo, se fue consolidando como la carta más fuerte del barbosismo para su sucesión, y seguramente hubiera sido su abanderado para la elección de 2024, de no haber sido por el destino que puso fin a la vida del mandatario en diciembre del 2022 (otra vez diciembre, otra vez inestabilidad).

La Constitución local NO permitía convocar nuevamente a elecciones, así que, el Congreso tenía que designar a un gobernador sustituto que terminara el período de gobierno. Fueron horas de tensión. Desde Bucareli se echó a andar una operación para imponer a Nacho Mier como nuevo titular. Sin embargo, la “operación teléfono apagado”, orquestada por el también diputado Jorge Estefan Chidiac (sí, el mismo de las tarjetas Monex de Peña Nieto) y quien ahora es secretario de Educación Pública (precisamente del gobierno de Salomón), consiguió que el barbosismo lograra su propio albazo para nombrar a uno de los suyos, antes que permitir una imposición desde el centro del país. A la oposición, quien también le entró al juego de los celulares apagados, les pareció buena idea que un compañero suyo fuera el próximo gobernador, sobre todo por su perfil conciliador que había mostrado (al menos hasta ese momento). Así llegó Salomón a ser Ejecutivo de Puebla. Ver para creer.

Sin embargo, bien dice el dicho: “¿Quieres conocer realmente a una persona? Dale poder”. Y eso fue lo que pasó con nuestro personaje. Ya como gobernador, el rostro amigable, reconciliador, y hasta dócil (mostrado en sus primeros años de política) quedó atrás. A los primeros que traicionó fue precisamente a los brazos políticos de su expadrino: Rosario Orozco, viuda de Barbosa, y a Julio Huerta, operador político y primo del exmandatario. Y quien traiciona una vez traiciona SIEMPRE 

Por lo que, liberado de la atadura barbosista, Salomón sabía que su principal adversario, era el tiempo. 

Intentó imponer a su sucesor. 

Les digo quién traiciona una vez, traiciona SIEMPRE

Fue así que, le devolvió el favor a su mentor político, a quien le dio su primera oportunidad, e hizo todo lo posible por incidir en la nominación de Alejandro Armenta como candidato al gobierno del estado. Pero no sólo eso, Salomón, el nuevo Salomón, pretende ir por todas las canicas. No conforme con haber derrotado a su oposición interna en Morena para la candidatura estatal, también logró imponer a su delfín, Pepe Chedraui, para la alcaldía de Puebla. Esto, aún a pesar de la gran inconformidad que ha causado entre los grupos internos de Morena, principalmente entre los fundadores, quienes ven al delfín del gobernador como un oportunista y chapulín del PRI.

Y como el fin, dicen, justifica los medios…

Para lograr su cometido, el gobernador se ha metido de lleno a la campaña: Opera políticamente. Usa recursos públicos para favorecer a Morena, principalmente, a sus candidatos. Le llama personalmente a líderes opositores para inhibirlos, cooptarlos o incluso amenazarlos; para ello, incluso sacó de la cárcel al oscuro personaje Eukid Castañón, a quien en Puebla todo mundo lo conoce por sus métodos mafiosos para operar elecciones y los medios locales los identifican cercano a Pepe Chedraui.

Y no es por ponerle más limón a la herida, pero…

Este activismo del gobernador ya fue objeto de una sanción incluso por parte del TEPJF, que recientemente resolvió una queja del PAN en contra del gobernador por su clara intromisión en el proceso.

Al hoy góber se le nota desesperado, molesto. Por lo que resta preguntarle. ¿Cómo quiere ser recordado Sergio Salomón: como conciliador o como autócrata? Parece más lo segundo…

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