Top 10 de promesas incumplidas que revientan a Morena en la campaña

Partiendo de la premisa de que Sheinbaum ha ofrecido al arranque de su campaña cuidar el legado de AMLO, esto bastaría para que, al contrastarse el discurso del tabasqueño con la realidad, se prendan las alertas de los ciudadanos que razonarán su voto.

Estamos en la etapa de las promesas, los ofrecimientos y la promoción de proyectos políticos en un contexto de hartazgo sobre la forma de hacer política. Asqueados del acarreo, la manipulación, las rancias prácticas de proselitismo y de una casta que sólo busca preservar privilegios, los electores se ven obligados a diferenciar propuestas para definir qué proyecto de nación les produce más simpatía o menos aversión. Un contexto ciertamente contradictorio porque el desencanto produce abstencionismo, ese factor calculado por los partidos y sus alianzas para ganar elecciones con escasa participación en comicios que son definidos por minorías que sí votan.

La ecuación necesaria para poner la vara alta a quienes buscan el poder es razonar las decisiones y participar para que ninguna estrategia beneficiada por la abstención imponga triunfos que posteriormente provocarán arrepentimientos tardíos. México necesita vencer el perverso ciclo de la explotación de la ignorancia y la necesidad, un reto titánico en el colofón de un gobierno profundamente demagogo y populista.

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Hay datos duros basados en cifras oficiales para meditar con responsabilidad la decisión que se habrá de tomar frente a las boletas electorales. Ahora toca soportar la estridencia, las promesas que no empobrecen, el suplicio de millones de spots y la competencia de las ocurrencias para ver a candidatos de todos los colores hacerse los chistosos, ponerse a bailar o cantar, asumir la pose de ciudadanos ejemplares que se autodeterminan como la mejor opción para resolver los problemas que siempre han estado ahí y nadie ha resuelto con miras de largo plazo.

Somos un país que se desbarata y construye cada 6 años, uno que tropieza cíclicamente con las mismas piedras. Quizá sea un flaco consuelo saber que así es en la gran mayoría de las naciones y para muestra basta mirar hacia al norte con las enormes posibilidades de Donald Trump para volver a gobernar en los Estados Unidos, que ya padeció un gobierno de locuras, desplantes y provocaciones inéditas en la que se considera una de las democracias más emblemáticas del orbe.

¿Bajo qué premisa coherente se podría deducir que, si la candidata del régimen ofrece continuidad de una irreal transformación, tendría que cumplir las promesas que lanza durante su campaña política? ¿Cuál sería la duda razonable sobre su capacidad de mentir para seguir el protocolo de su mentor?

¿Acaso se hizo un buen gobierno que cumplió su palabra? ¿México quiere realmente seguir por el camino de un proyecto basado en la imposición de una sola visión que aniquila contrapesos determinados en nuestra Constitución?

Las promesas incumplidas de Andrés Manuel López Obrador en la campaña de 2018 y los solemnes juramentos violados ya como presidente, revientan a Morena en 2024.

Hagamos un sintético recuento de sólo 10 ofrecimientos fallidos basados en hechos evidentes y datos duros cotejables.

• Hacer efectivo el derecho a la salud y darnos un sistema similar a Dinamarca. REALIDAD: El abandono de millones de enfermos a su suerte que muestra el porcentaje de población con carencias en el sistema público de atención médica pasó de un 16% en 2018 a un 40% en 2022 tras una pandemia mal manejada que cobró la vida de más de 700 mil personas.

• Se prometió respetar la libertad de expresión y el trabajo de los medios de comunicación. REALIDAD: Durante todo el sexenio el tabasqueño usó el poder de su investidura para lanzar ataques contra periodistas y medios críticos. Inventó un grupo de paleros en la mañanera para hacerle el juego del autoelogio, hostiga y pone en riesgo con señalamientos irresponsables a muchos periodistas que exhiben actos de corrupción y complicidades de en sus familiares cercanos y colaboradores, además de crear una sección de difamaciones denominada “quién es quién en las mentiras” que desinforma y transmite versiones sesgadas sobre hechos que muestran su lado más autoritario.

• Ofreció acabar con la corrupción y el arraigado influyentismo de los servidores públicos del gobierno federal. REALIDAD: Lejos de lograrlo, propició y acrecentó la opacidad para que su administración realice adquisiciones sin procesos de licitación abusando de las adjudicaciones directas y discrecionales que profundizaron malas prácticas. Fueron mostrados y probados diversos conflictos de interés e irregularidades que involucran a sus propios hijos y parientes cercanos como su hermano Pío, que fue grabado recibiendo sobres de efectivo, práctica generalizada que salpicó a cientos de personeros de su gobierno.

• Prometió que en la primera mitad del sexenio las refinerías nacionales serían autosuficientes para producir toda la gasolina que requiere el país y así disminuir la importación de hidrocarburos. REALIDAD: Pemex está muy cerca de la quiebra, el sistema doméstico de refinación lejos de mejorar tuvo un declive importante a pesar de la construcción de la refinería de Dos Bocas que no produce todavía un sólo barril de petróleo. El litro de magna a 10 pesos que se ofreció cuando Morena no era gobierno, es parte de los absurdos demagógicos más burdos que se hayan registrado en su crónica incontinencia verbal.

• Dijo que en la construcción del Tren Maya no se tiraría un sólo árbol y se preservaría la riqueza ecológica de esa región en la península de Yucatán. REALIDAD: La devastación de selvas, manglares y reservas de flora y fauna ha sido documentada en todas las rutas del tren del capricho que ya es el escándalo ecológico más grande de las últimas décadas con el daño irreversible que significa la tala de más 10 millones de árboles y la invasión de concreto en cenotes invaluables en ese bello paraíso.

• Prometió ser respetuoso de la independencia judicial y la separación de poderes, incluso al asumir el cargo juró acatar la Constitución y las leyes que de ella emanan. REALIDAD: Quizá este sea su incumplimiento más grotesco al agredir sin reservas, descalificar, amenazar y perseguir a ministros y juzgadores federales. AMLO es el presidente que más ataques ha lanzado al Poder Judicial de la Federación. Actualmente impulsa una iniciativa para eliminar la independencia de ese poder, elegir a través del voto popular a juzgadores y revertir la categoría y funciones que la Carta Magna le atribuye a la Suprema Corte como Tribunal Constitucional. Además, confesó haber intervenido durante la presidencia de Arturo Zaldívar en diversos asuntos de su interés, lo que también es un escándalo que somete a riesgos inéditos a nuestra democracia.

• Ofreció no usar el presupuesto público para favorecer a candidatos de su partido. REALIDAD: Además de pisotear cotidianamente esta obligación de imparcialidad, utiliza toda la fuerza del Estado, para favorecer y promover a los candidatos de Morena, descalificar a la oposición, al extremo de ser sancionado por las autoridades electorales por su intromisión rumbo a la sucesión.

• Dijo en la campaña de 2018 que la Fiscalía General de la República gozaría de plena autonomía y que no intervendría en ningún proceso de investigación para incidir en la procuración de justicia. REALIDAD: Otro evidente incumplimiento se ha materializado en sus tácticas para cazar adversarios, perseguir sin pruebas, fabricar culpables y violentar las garantías de quien se le antoje bajo la complicidad de un fiscal que utiliza el poder para consolidar venganzas, amagar detractores y acomodar procedimientos al gusto político del Ejecutivo.

• Prometió no aumentar la deuda. REALIDAD: En 2024 tenemos un nivel récord de endeudamiento que en total suma 16.8 billones de pesos, el más elevado en los últimos 23 años (4 sexenios) y un preocupante déficit fiscal del 5.4% del PIB que constituye un riesgo potencial que pudo evitarse con una mejor estrategia.

• Ofreció una política de abrazos y no balazos que desde su perspectiva pacificaría a México. REALIDAD: Ninguna promesa insatisfecha ha exhibido más la incapacidad del obradorato como esta. No sólo ha sido el fracaso más elocuente de su gobierno, sino que en el ocaso del sexenio crecen las sospechas, versiones e investigaciones sobre las complicidades o negociaciones de autoridades federales y gobernadores de su partido con los principales grupos criminales que tienen asolado al país. La impunidad prácticamente ha hecho desaparecer el Estado de derecho, peor imposible en los últimos 5 años para generar una situación crítica que tardará muchos lustros en ser revertida. A marzo de este año ya se contabilizan oficialmente más de 180 mil homicidios dolosos, un legado que pondrá en jaque a quien gane en junio. Cabe mencionar que los más poderosos carteles del narcotráfico se muestran cómodos con la presente administración y detonarán el plomo que consideren necesario para preservar sus pactos e imponer candidatos a modo en las regiones más violentas del territorio nacional.

¿A qué legado se refiere Claudia Sheinbaum cuando habla de darle continuidad a la supuesta transformación que encabeza López Obrador? Las promesas incumplidas del tabasqueño estallan en la cara de funcionarios y aspirantes incapaces que sólo están para validar a ciegas el mayor engaño de nuestra historia política contemporánea.

Eso significa Morena en términos reales, una farsa de viejas prácticas con lo peor del “nuevo PRI” rediseñado de guinda que se desmorona ante la revisión más elemental basada en datos medibles y ciertos.

Los electores están hartos de ocurrencias, trivialidades, bailes, cánticos ridículos y ficciones en campañas que no se comprometen realmente con la verdad y los vigentes apremios del país. El peor escenario es la continuidad de la incapacidad de un falso mesías que mintió sin pudor para convencer con pura saliva. En este proceso electoral la palabra del presidente vale menos que un litro de la gasolina que iba a costar 10 pesos.

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EDICTOS

Y hablando de ocurrencias, en un México con la educación pública destrozada, con un sistema de salud obsoleto y una crisis hídrica sin precedente, la “ideota” de una cárcel estilo Bukele es algo que debería evitar Xóchitl, en cuyo cuarto de guerra los “genios” refritean modelos espectaculares que no suman en nada a la causa de contrastar proyectos para convencer electores ¡Por ahí no es señora Gálvez!

¿Será mucho pedir que los candidatos suban el nivel de sus proyectos y mejoren la calidad del debate? No es necesario firmar con sangre, ya que se ha derramado demasiada. Basta con tener palabra y honestidad para cumplirla.