Di María, Messi y el crimen organizado en Argentina
Zona de silencio

Periodista especializado en crimen organizado y seguridad pública. Ganador del Premio Periodismo Judicial y el Premio Género y Justicia. Guionista del documental "Una Jauría Llamada Ernesto" y convencido de que la paz de las calles se consigue pacificando las prisiones.

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Di María, Messi y el crimen organizado en Argentina
Las víctimas son elegidas al azar para causar terror entre los rosarinos. Foto: Envato Elements

Una cámara de seguridad graba el asesinato con el que inicia esta historia. En la orilla de la pantalla está asentado el día y la hora: sábado 9 de marzo de 2024 a las 23:42 horas. Un sicario camina hacia la cabina de cobro de una gasolinera en Rosario, Argentina, y sin mediar palabra le dispara tres veces a un empleado de 25 años que silba una canción.

El crimen, de inmediato, sacude a la ciudad portuaria. Es el cuarto ataque de narcotraficantes contra personas inocentes en cinco días. Las víctimas son elegidas al azar para causar terror entre los rosarinos y presionar al mandatario provincial para que relaje la seguridad en calles y prisiones y el crimen organizado pueda operar a sus anchas.

El chico asesinado se llama Bruno Bussanich. “Señor Risa”, le decían de cariño por su buen humor. Recién casado y papá de un niño de un año. Aunque muchos lo ubicaban más como un hincha entregado al equipo de futbol local Rosario Central, de quien era el orgulloso socio 181.023.

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El homicidio cala hondo de uno de los héroes del futbol argentino: Ángel Di María, campeón del mundo con la selección albiceleste y rosarino de nacimiento. Además de ídolo deportivo, en Argentina es identificado como un deportista que ha usado su fama para pedir a las autoridades que actúen contra el crimen organizado. Y en los últimos días ha expresado sus intenciones de dejar Europa para vestir los colores del Rosario Central para ahí jubilarse como señal de amor por su cuna y el equipo que lo vio crecer.

Así que Di María, conmovido, usa su cuenta oficial de Instagram para expresar su dolor por la violencia que vive Rosario y publica una imagen del Monumento a la Bandera en blanco y negro. La acompañaba con las palabras “Pedimos paz” y un emoji de manos juntas en señal de oración. Y aquello desata la furia del crimen organizado argentino.

El lunes 25 de marzo un comando llega hasta la casa del padre del futbolista y deja una carta con una orden clara: “Dile a tu hijo Ángel que a Rosario no vuelva más porque si no le cagamos matando un familiar (…) Nosotros no tiramos papelitos. Plomo y muertos tiramos”.

Los narcos argentinos están hartos del activismo de Di María. Saben que es admirado por millones y que su presencia en la ciudad obligaría al gobierno de Javier Milei a reforzar la seguridad pública en Rosario. Su regreso es una molestia para el crimen organizado y no lo quieren cerca. Según su amigo y también seleccionado nacional Di Paul, Di María recibe la noticia de su amenaza de muerte con llanto y desesperación.

Di María siente en las piernas esa angustia que sufrió hace un año el mejor futbolista del mundo, y su mejor amigo, Leonel Messi, también rosarino e ídolo de millones. En marzo de 2023, el supermercado de los padres de su pareja fue atacado con 14 balazos. Una nota explicaba el crimen: “Messi, te estamos esperando”.

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Meses antes, los narcos rosarinos habían enviado un mensaje al delantero estrella del Inter Miami CF: tenía prohibido volver en vacaciones a su casa familiar por el despliegue de seguridad que causaba y que molestaba al crimen organizado. Y como “La Pulga” había desoído la advertencia, la próxima vez lo recibirían con plomo.

La historia comprueba que, en Argentina, México y el mundo, desde ciudadanos de a pie hasta los más famosos y poderosos que viven en el extranjero están en riesgo cuando se le deja crecer al crimen organizado.

GRITO. En la historia reciente del crimen organizado en Argentina no hay que olvidar los nexos con cárteles mexicanos en la ruta de la efedrina.

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