Xóchitl, la salud y el debate. Segunda llamada
Diagnóstico Reservado

Médico cirujano con más de 30 años en el medio y estudios en Farmacología Clínica, Mercadotecnia y Dirección de Empresas. Es experto en comunicación y analista en políticas de salud, consultor, conferencista, columnista y fuente de salud de diferentes medios en México y el mundo. Es autor del libro La Tragedia del Desabasto.

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Xóchitl, la salud y el debate. Segunda llamada
Desde mi punto de vista personal y mi área de experiencia, siento que, en salud, el desempeño de Xóchitl no fue el más afortunado. Arte: La-Lista

Ha pasado una semana desde el primer debate presidencial y, con ello, una semana de que sesudos analistas, periodistas, seguidores, fans y hasta “groupies” emitieron sendos diagnósticos de quién habría “ganado el debate”.

Como lo expresé en “X” (antes Twitter), no quise escribir algo hasta no haber analizado a profundidad las circunstancias, comentarios y opiniones, además de ver cuál sería la conducta post-debate de Xóchitl. El martes publiqué un hilo y seis días después y con más detalles puedo ofrecer una opinión integral y detallada.

Mucho se ha comentado y criticado sobre el desempeño de Xóchitl, al no haber atacado de manera contundente y machacado sobre las fallas de su oponente. Desde mi punto de vista personal y mi área de experiencia, siento que, en salud, el desempeño de Xóchitl no fue el más afortunado.

Si algo ha hecho mal esta administración, ha sido su manejo de la salud. México se encuentra en medio de la peor crisis de salud de su historia; no lo digo yo, lo dijeron los reclamos de los ciudadanos que, a través de sus preguntas, expresaron sus inconformidades a las candidatas durante el debate. La salud era el primer tema en el debate y, en mi opinión, Xóchitl debió haber salido como una locomotora a embestir con datos demoledores y -prácticamente- a matar desde el primer golpe.

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La salud es la falla más grave del gobierno de López Obrador, de la mano de la seguridad (la educación es el tercer foco rojo, pero no cobra vidas humanas a corto y mediano plazo) y es obvio que, durante el debate, Xóchitl no conocía el tema; y es claro que nadie se tomó la molestia de enseñarle los datos, entrenarla en salud y dotarla de las cifras duras y gráficas que, repetidas constantemente a una candidata fría y notoriamente despectiva del sufrimiento humano como Claudia, hubieran tenido un efecto diametralmente opuesto al que vimos.

Lo más serio es que los datos allí están. Los tiene a la mano. Conozco personalmente a quienes manejan el equipo de salud en la campaña de Xóchitl y cuentan con el mejor análisis de esta crisis: gráficas, tabulaciones, comparativos y cada pieza de evidencia de cómo ha existido un subejercicio presupuestal en salud y un sinnúmero de malas decisiones.

Estos datos no se usaron. ¿Por qué? No lo sabemos, pero a este punto es claro que alguien decidió que no se le dieran, no los usara o simplemente pasarlos por alto en el entrenamiento de la candidata. Alguien, en su equipo de campaña, decidió que la salud, no era importante para el debate.

Durante el evento del domingo, en los escasos minutos que se le dieron a la salud y el resto del (aburridísimo) tiempo, Xóchitl hizo un par de provocaciones que, con los datos duros y cuestionándoselos a Claudia ad nauseam, hubieran tenido un efecto demoledor.

El tema de salud hubiera sido tratado de forma fácil: Qué está mal. Por qué está mal. Como lo vamos a componer.

Algunos ejemplos: Xóchitl pudo haber tirado inmediatamente el argumento de Sheinbaum de más del 80% de satisfacción, con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2022) elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública y dada a conocer el año pasado en donde se observa cómo más del 40% de los pacientes del IMSS y más del 50% de los del ISSSTE no están satisfechos con la distancia, calidad y tiempos de espera de sus servicios de salud, y por ello están migrando a la medicina privada; casi el 20% de éstos al consultorio de la farmacia de la esquina.

De la misma forma, Xóchitl desaprovechó la oportunidad de señalar problemas específicos que la gente conoce, padece y de los que se queja todos los días: El desabasto de medicamentos, la falta de vacunas y el subejercicio presupuestal. Con estos puntos, -insisto- machacados continuamente, hubiera obligado a Claudia a responder con una mentira o a confirmar que la salud y la vida de los mexicanos no le importan.

En su lugar, Xóchitl optó por una propuesta realmente vaga de su tarjeta de salud que, debo decirlo, no convence ni a quienes la necesitan, debido a una mala comunicación.

Conozco el proyecto de la tarjeta de salud y detrás de este, existe toda una planeación presupuestaria, acuerdos específicos y contratos que deben realizarse para cambiar, de raíz, la proveeduría de servicios de salud y la dispensación de medicamentos. En vez de explicar esto, Xóchitl se enfocó exclusivamente en la existencia de una tarjeta plástica y de su tecnología. La tarjeta de salud, al final, no pasa de ser un gimmick si no se conocen los fundamentos y el sustento de usarla.

Una adecuada colaboración público-privada, como la que existe en los sistemas de salud de casi todo el mundo, es fundamental para salvar a nuestro sistema de salud, sobre todo como medida de emergencia en los primeros años del nuevo gobierno; sin embargo, el no explicar adecuadamente en qué consiste, hace que se desacredite la idea al ser comparada con los antiguos esquemas de subrogación o que se piense que la dispensación de medicamentos en farmacias se hará a través de “vales” o “cupones”. No informar “con manzanitas” este esquema, en un país donde lo no estatizado es “privatización”, hace que surjan comentarios de botepronto de gente que no conoce de salud (y algunas que dicen conocer).

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Un aspecto duro y difícil y que debo mencionar claramente, es que muchos (si muchos) colegas y amigos, algunos de ellos especialistas y profesores de muy alto nivel en los Institutos Nacionales de Salud, no se sienten representados por las propuestas en salud de Xóchitl. Eso es muy grave. Nadie se ha tomado el tiempo de sentarse con ellos a hablar de médico a médico y conocer sus puntos de vista, necesidades u opiniones. Hablando precisamente de la tarjeta de salud, que personalmente me parece una excelente idea porque conozco los detalles, para ellos es una chorrada sin fundamentos.

Escuchar a Xóchitl transmitir verbatim las inquietudes y comentarios de los médicos de México, hubiera desarmado a Claudia.

-Médicos de alto nivel que quieren garantizar la mejor atención a sus pacientes y hoy se pelean con el IMSS Bienestar (y antes con el INSABI), para garantizar el acceso a medicamentos de alto nivel.

-Médicos empleados que quieren seguridad laboral y mejores sueldos.

El caso más doloroso es el de los muchos médicos desempleados y subempleados, que se manifestaron las semanas pasadas (antes del debate) y tras haber sido engañados por esta administración o que simplemente fueron remplazados por médicos cubanos.

Como resultado, varios médicos me han expresado sus inconformidades. Reclaman “la ausencia de Julio Frenk” en el equipo (alguien lo anunció hace meses) y lo contrastan con el lugar tan relevante que Claudia dio al Dr. David Kershenovich en su primera línea de expertos. Personalmente debo decir que -mi amigo- el Dr. Éctor Jaime Ramírez, coordinador de salud de Xóchitl, es un experto con los mejores datos, argumentos, análisis y gráficas a la mano. Su equipo de asesores tiene bien tomado el pulso de la salud y escucha las necesidades de los pacientes; sin embargo, comenzando por el organigrama de la campaña, es notorio que la crisis en salud no está siendo vendida a la candidata como una prioridad.

Quiero acabar esta columna con dos ejemplos terribles de incongruencia, ambos de la semana misma del post-debate.

El desabasto de medicamentos es la crisis más grande en la salud de México. Es la crisis dentro de la crisis. El que Xóchitl mencionara, aunque fuera de broma, que llamaría a Raquel Buenrostro, la primera responsable del desabasto de medicamentos e insumos a su gabinete es una clara bofetada (no exagero) a los pacientes que han sufrido y fallecido por esta monstruosidad.

El jueves pasado, el Dr. Éctor Jaime Ramírez anunció que el gobierno de Xóchitl proporcionaría glucómetros y consumibles a los pacientes con diabetes. Esta es una propuesta brutal. Quizá el proyecto más ambicioso en salud en muchas décadas. Yo lo he mencionado desde hace varios años: los pacientes con diabetes en México no reciben un glucómetro por parte del sistema de salud y no tienen la capacidad de checar sus niveles de glucosa, ni siquiera, para administrar su insulina o medicamentos. ¿Por qué algo tan importante, un “game changer” de esta magnitud no se anunció con todos sus detalles en el debate?

El primer debate pasó y los resultados, en salud, no fueron los que se hubieran esperado. Es urgente corregir con una campaña activa y de propuestas concretas y claras y que vayan más allá de anuncios aislados en las redes sociales.

La salud es de vida o muerte y en el equipo de Xóchitl lo saben.

No sabemos qué pasa a su interior, pero es claro que urge corregir.

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