El danzón conquista Bellas Artes
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Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

El danzón conquista Bellas Artes
Durante décadas, la comunidad danzonera se ha esforzado por mantener viva esta tradición, buscando apoyo en los gobiernos locales e institucionales. Por eso, la llegada del danzón a Bellas Artes en este 2024 es tan significativa, es un logro más en esta lucha permanente por promover, preservar y documentar este bello género musical. Foto: Arturo Ordaz

El lunes 22 de abril se escribió un nuevo capítulo en la historia del danzón, ya que conquistó el escenario del Palacio de Bellas Artes. La Escuela Nacional de Danza Folclórica del INBAL incluyó a este ritmo afroantillano para festejar el 45 aniversario de la institución. Este género musical, creado hace 145 años, se ha convertido en parte de la cultura musical de México, así como de la idiosincrasia del mexicano y su baile.

Tuvieron que pasar 25 años para que Acerina y su danzonera regresara al Palacio de Mármol, la última vez que esto pasó, sin contar el espectáculo de esta semana, tuvo que ser en las escalinatas del recinto. Según me cuentan testimonios de la orquesta, en aquel tiempo las autoridades consideraron que el danzón no era digno de dicho escenario. “Nos pelusearon porque decían que era música arrabalera, de cabaret”. Este lunes el paradigma cambió y la cultura popular reclamó un espacio que era suyo.

El montaje que se presentó esta semana tiene nombre y apellido: Zayra Rentería, una bailarina egresada de la ENDF y danzonera desde hace 15 años. Su pasión por el baile logro gestionar un espacio para que este ritmo fuera tomando en cuenta para contar la historia de la danza en México y de la misma institución. Este es el resultado de un cúmulo de esfuerzo de generaciones que luchamos por promover, difundir y preservar este bello ritmo musical.

De los cinco temas que tocó Acerina, el penúltimo fue Serenata de Schubert, dicho número fue demasiado emotivo porque fue dedicado a todos los músicos, bailarines y ancestros que ya no están, pero que forjaron el camino para que el danzón llegara de nuevo a Bellas Artes. Con el violín de Alejandro Sánchez de fondo, los artistas principales de la escena tomaron una flor blanca entre sus manos y la besaron con una reverencia en señal de respeto, como un tesoro que se hereda generación con generación; una ofrenda que se deja para iniciar un nuevo capítulo en la historia.

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El lunes 22 de abril se escribió un nuevo capítulo en la historia del danzón, ya que conquistó el escenario del Palacio de Bellas Artes. La Escuela Nacional de Danza Folclórica del INBAL incluyó a este ritmo afroantillano para festejar el 45 aniversario de la institución. Foto: Arturo Ordaz

La lucha por dignificar el danzón tiene al menos más de 4 décadas. Desde que se instauró el danzón en México a principios del siglo XX se le relacionó con burdeles y espacios poco morales de la época, para muestra está la obra de “Santa”, donde aparece esta música para ambientar el prostíbulo de la historia. Esta línea continuó durante el cine mexicano, ejemplos de ello son las películas Salón México y el Rey del Barrio, donde el danzón también aparece como elemento de referencial de congales y lugares de bajos escrúpulos.

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Incluso, cuando funcionaba el Salón México había tres espacios: mantequilla, manteca y cebo, estos tres nombres eran una referencia sobre la “categoría” de música y asistentes que iban. Evidentemente, el danzón era partícipe del cebo donde acudía la clase trabajadora. Tras todo este estigma, desde la década de los años 80 inició un movimiento por parte de los danzoneros por sacar a este ritmo de los salones de baile y vincularlo con la cultura, darle una nueva cara.

Dichos esfuerzos se vieron traducidos cuando los bailarines de la época le dotaron de una academización con pasos y reglas establecidas, esto ayudó a llevar este ritmo a plazas públicas y teatros. A su vez, una de las mayores repercusiones fue cuando se estrenó la película Danzón en 1991, donde la narrativa ya no era como la del cine de oro, sino la historia de cómo una mujer se encuentra a si misma a través de este ritmo. Durante décadas, la comunidad danzonera se ha esforzado por mantener viva esta tradición, buscando apoyo en los gobiernos locales e institucionales. Por eso, la llegada del danzón a Bellas Artes en este 2024 es tan significativa, es un logro más en esta lucha permanente por promover, preservar y documentar este bello género musical.

Esa noche de abril los alumnos de la ENDF bailaron el clásico cubano Almendra y el himno para los mexicanos, Nereidas. El sincretismo cultural se vio plasmado en el escenario, porque ahí se vio el resultado de la herencia afrocaribeña que hay en México, así como el legado de los pueblos originarios, los cuales compartieron escena con la muestra de danzón.

Este logro es de todos y para todos, hay que disfrutarlo, pero no significa un cese a esta lucha tan importante, sólo es un aliento para seguir trabajando en pro de su majestad el danzón.

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