Cri Cri, el grillito que sabía escuchar a las infancias

Viernes 21 de febrero de 2025

Arturo Ordaz
Arturo Ordaz

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

Cri Cri, el grillito que sabía escuchar a las infancias

Gabilondo Soler nos dejó una tarea: aprender a escuchar a las infancias para así comprender sus necesidades, y qué mejor que a través de la música.

Monumento a Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri

El primer recuerdo que tengo de Cri Cri es en el kínder, cuando me tocó ser el “Negrito bailarín” para el festival del Día de las Madres. Después, a los 6 años me compraron un disco del Grillito Cantor, donde la portada era color verde y aparecía un señor muy anciano con unas patillas muy pobladas y blancas. Dicho CD quedó rayado y la carátula rota de tantas veces que lo reproduje en el estéreo de la casa, mi canción favorita era “La patita”.

Las canciones de Francisco Gabilondo Soler no eran de mis tiempos, cuando yo nací, el músico veracruzano ya tenía 6 años de haber muerto a la edad de 87 años. Aunque el estreno de esas canciones infantiles en la radio fue en 1934, para mi infancia en los años 2000 era una oportunidad para imaginar como una mamá pato iba caminaba triste con una canasta y nulas provisiones para sus hijos. El embrujo de la música era tan fuerte, que rompía generaciones.

En octubre de este año se cumplirán 90 años del surgimiento de Cri Cri, un personaje que creó Gabilondo Soler para narrar las historias que se contaban en cada una de sus canciones. Por ello, es imprescindible revisar todo el legado que dejó el autor, así como su repercusión en muchísimas generaciones.

Cuando las melodías del Grillito Cantor se estrenaron, también estaban en su apogeo diversos géneros musicales, tales como el danzón, el bolero, el foxtrot y muchos otros. En lugar de generar un ritmo propio para las infancias, como en la actualidad se estila, Francisco supo modelar la música popular de la época para contar historias de la vida real de los niños que lo escuchaban. Ese podría ser uno de los atributos más grandes del autor, escribir canciones que realmente representarán la vida cotidiana de los infantes, para que así se pudieran identificar.

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¿Quién no inundó de preguntas a sus abuelos o cuidadores de niños? Así lo retrata la canción “Di por qué”, dónde el infante está lleno de curiosidad e intriga. “El ropero” es otra entrega similar, donde muestra la necesidad por conocer y describir el mundo a través de lo que tenemos a nuestro alcance cuando éramos niños, en este caso, el guardián de madera resguarda muchos secretos de la familia. Por otra parte, que fuerte mensaje de empatía mandaba “La patita” cuando llegaba a su casa y no tenía qué darle de comer a sus hijos; o incluso, el dolor de muelas que también sufría el perrito por una mala salud bucal.

Gabilondo Soler supo combinar esas extraordinarias historias con ritmos fabulosos de la época, ya que escribió tango, danzón, vals y muchos más. Aunque también es cierto que varias de sus canciones serían cuestionables ante la nueva agenda progresista, como “Métete Teté”, dónde habla sobre una puberta a la que se le prohíbe salir y tener novio. De igual manera, está “La negrita cucurumbé”, quien busca cambiar su color de piel aunque un pez con bombín la quiere convencer de los contrario. Pero hay que tomar en cuenta el diferente contexto y los objetivos que buscaban 90 años atrás.

Cri Cri también ha sido interpretado por diversos artistas como Plácido Domingo, Emmanuel, Timbiriche, Chabelo, Alejandra Guzmán, Enrique Bunbury, Eugenia León, entre otros. Sin embargo, me fascina el arreglo que hizo la Danzonera Alfil Negro que lleva por título “Danzones de Gabilondo Soler”. Cuando estrenó dicha pieza musical en la Plaza de la Ciudadela hace unos 5 años, diversos bailarines de todas las edades comenzaron a reír y reaccionar al escuchar el “Negrito sandía” a ritmo de danzón.

A nueve décadas de estreno del Grillito Cantor, nos ha dejado una importante tarea a la generación actual: aprender a escuchar a las infancias. Más allá de criticar y juzgar a las nuevas generaciones, es trascendental sentarse con ellos para tratar de comprender sus necesidades y su sentir. No podemos comparar, ni decir que los tiempos de antes eran mejor, ya que las circunstancias han cambiado demasiado, pero sí podemos ser un poco más empáticos para tratar de forjar seres humanos más sensibles.

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