Díaz, la nueva referencia
Alioli

Es periodista y analista de datos. Ha colaborado en medios como Reforma, Chilango y Tec Review. Fue coautor del libro Ayotzinapa, la travesía de las tortugas, publicado por la editorial Proceso. También es hincha incondicional de los Leones Negros. Twitter: @ridderstrom

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Foto: Arbitraje FMF

Karen Díaz fue escogida por el comité de la FIFA como una de los cuatro árbitros que representarán a México en el próximo mundial de Qatar 2022. Será, también, una de las seis mujeres silbantes de todo el mundo que participarán de la mayor fiesta del futbol. Con un nutrido recorrido en canchas nacionales e internacionales, Díaz se desempeñará como jueza de línea y utilizará su aguda visión para marcar los fueras de juego.

¿Pero cómo es que una mujer mexicana llega a participar como árbitro en una Copa del Mundo? Nacida en Aguascalientes hace 38 años, Díaz quiso dedicarse al futbol desde que tenía ocho. Por entonces, México aún ni siquiera pensaba en una liga profesional para mujeres y la joven se dio cuenta de que el deporte de sus amores no daba espacio al género femenino. Para mantener viva la ilusión, jugó en equipos mixtos, como delantera, hasta los 19 años. Hija de un padre muy futbolero que le heredó la pasión, se dio cuenta que debía buscar otra manera de vincularse a su deporte favorito, y lo hizo, casi por casualidad, desde el silbato.

Alguna vez, en alguno de los partidos amateur de futbol 7 que solía jugar, el árbitro no se presentó y ella se ofreció a reemplazarlo. Asumió, sin chistar, todo la responsabilidad que lleva el silbato, con tal de seguir viviendo el ambiente de la cancha. Después, comenzó a cobrar 55 pesos por partido. Después, con lo ganado, se pagaba la carrera de ingeniero agroindustrial. Después, dejó la carrera y a los 25 años se enlistó en la Comisión de Árbitros de México. En 2016 participó en su primer partido en Primera División de México. En 2018, con 34 años, obtuvo el gafete FIFA, que le permite pitar encuentros internacionales. Y en medio de todos los hitos de su carrera, se topó con un gremio repleto de hombres que intentaban hacerla tropezar. Pero Karen porfió hasta convertirse en un referente.

Si ya es difícil como árbitro masculino enfrentarse a todo los ánimos que revisten un partido de futbol, debe serlo aún más como mujer. La trayectoria de Karen Díaz denota un carácter fuerte, con decisión, que no ignora a sus detractores, sino que se nutre de ellos para seguir avanzando y demostrar que el futbol femenil, en todas sus facetas, se está consolidando, es viable y ya está influyendo en las mentes de muchas niñas y jóvenes.

El gremio arbitral mexicano le ha dado la enhorabuena y ha destacado su calidad. Lo que sigue es ver qué tan bien la recibe el Mundial más atípico de la historia reciente, en un país que mira a la mujer como un objeto. Aún está muy fresco el incidente de Paola Schietekat, la mexicana que sufrió violencia sexual en su departamento de Qatar y que al denunciar fue condenada a 100 latigazos y siete años de prisión por sostener una relación extramarital, según la ley local. Quizá Karen no podrá expresar públicamente su apoyo a su compatriota, pero el simple hecho de estar presente en una justa mundialista, con todo lo que conlleva, es un triunfo. Las jóvenes de la próxima generación podrán decir: “Yo vi a la primera árbitro mexicana que pitó en un Mundial”.

Orgullo total.

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