La pandemia y el futuro que nos arrebató
Decidencias

Escritora y periodista independiente. Feminista. Ha publicado en medios como Chilango, Animal Político, Emeequis, Quién, Cambio, Esquire, entre otros. Coautora de Amar a madrazos, Los Nadie, A mí no me va a pasar y Siempre estuve en riesgo. Twitter: @baronesarampant

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Foto: Pixabay

Pensar en futuro. Ahora resulta muy complejo pensar en futuro. El fin de semana de los descuentos me compré unos lentes, pasa el tiempo, la edad no perdona y las dioptrías tampoco. 

Eran solo unos lentes, pero me costó mucho trabajo decidirme en hacer la compra porque compramos lentes para ver, por los libros que vendrán, por las películas que veremos, porque los lentes –cuando una no ve de lejos– te acercan a los demás. Me descubrí pensando a futuro y el sin sentido me hizo dudar.

El confinamiento nos ha arrebatado la posibilidad de pensar en futuro, en la forma en que antes pensábamos en el futuro. Sé que la vida sigue y que la vida en las calles han retomado su camino, la vida arrastra.

Sé que mi pensamiento es fatalista y lleno de ansiedad, pero han sido casi dos años de entrenar al cuerpo y a la mente de vivir en un estado donde había malas noticias, donde el panorama no se aclaraba, donde ansiábamos la vida como la conocíamos.

Pensar en futuro se ha vuelto una cosa complicada pero estamos en el momento de tomar decisiones. Los lentes son una cosa menor pero llena de simbolismo. 

Cuesta trabajo pensar en futuro y hacer planes, pero ¿qué hacemos? ¿sujetarnos al dicho del aquí y el ahora para conectar con el presente?

No sé a ustedes pero creo que la percepción de cómo vives el presente también ha sido alterada por la pandemia. Estamos en modo de supervivencia. La supervivencia se ha convertido en una larga espera a que termine una pandemia que no anuncia su fin, pero sí la variante ómicron a la vuelta de la esquina.

Debo decir que se vive de muchas formas. Los que han superado contagiarse del coronavirus probablemente tengan una perspectiva y los que no nos hemos contagiado, además de ser privilegiados, llevamos el miedo al contagio como una piedra en el zapato. 

Pensar en el presente o en el futuro me resulta igual de complicado. ¿Hay futuro? ¿Esta forma de vivir en el confinamiento, la distancia y el miedo al contagio terminará algún día? ¿Qué significa eso de tener que aprender a vivir con el virus? ¿Eso último es resignación o condena?

Pensar en presente me obliga a contemplar un futuro en el que podremos estar sanos y para eso hay que cuidarse.

No sé si estamos a tiempo y sea repetitivo, pero cuidarse hoy es planear el futuro. Pensar en todas las medidas que debemos tomar para estar sanos nos hace constructores del mañana, por uno mismo y por todos los que amamos.

Quiero pensar en futuro, quiero que este virus deje de golpearnos, quiero pensar que despertaremos y esta pesadilla habrá terminado.

Tomemos medidas, todas las posibles. No bajemos la guardia. Quiero que mis lentes puedan ver el futuro.

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