Esta semana se hizo polémico el caso de Roro Bueno, una influencer española con más de 3.7 millones de seguidores en TikTok, cuya fama se debe a la forma en que trata a su novio Pablo. En sus redes sociales, la chica comparte cómo consciente a su pareja: desde prepararle una elaborada botana para que el chico vea el futbol con sus amigos, hasta imprimir y empastarle un libro que pueda leer él en la noche.
El contenido de Roro ha provocado críticas entre varias mujeres al calificarla como antifeminista, mientras que otros hombres la han defendido con el argumento de que se una mujer tradicional (tradwife) que respeta los roles de género. A pesar de todo este embrollo, Bueno ha aclarado en diversas entrevistas que se declara feminista y pide respeto para la forma en que lleva su relación.
“Pablo resuelve y Roro atiende, así es como debe funcionar una relación”, este comentario lo encontré repetidas ocasiones en los videos relativos a la influencer. Una referencia directa a los roles tradicionales de género donde el hombre sale a trabajar y se convierte en proveedor, mientras que la mujer se queda en casa para atender a los hijos y las labores del hogar. Esta visión no sólo es sesgada, machista y limitante, también está poco actualizada con las necesidades de las nuevas generaciones y la agenda progresista.
En el caso de México, esta visión está centrada en que una “buena esposa” debe atender a su marido: plancharle, cocinarle, lavarle y atenderlo como se merece. Esta escuela es una herencia de casa, porque la mejor referencia que hay para una buena pareja es la madre. Cuando hay una separación o muere la mujer en el matrimonio, ¿cuántos hombres son autosuficientes? ¿Quiénes sí serían capaces de ser adultos funcionales?
Dicho concepto patriarcal de las relaciones amorosas deslinda de muchas responsabilidades al hombre: desde la crianza de los hijos, la atención a las labores del hogar, e incluso algunas veces, el sostén económico de la familia. Esta propuesta de vida no sólo somete y vulnera a las mujeres, también exime a los masculinos de su propia responsabilidad. ¿Cuántas esposas no se han convertido en la segunda madre de su marido?
Aunque hay otros influencer como el Temach que han dicho que Roro representa al esquema tradicional, la TikTokera ha aclaro que no es así, y muy por el contrario a lo que se piensa, lleva una relación diferente con su novio. “¿Qué hace Pablo por ti?”, le preguntaron a ella en una entrevista de Antena 3 Noticias, a lo que Bueno contestó: “él limpia, él recoge todo lo que ensucio en la cocina porque yo cocino con pasión. La cocina necesita limpiarse extensivamente. (…) Es todo mutuo, nos repartimos todo que son responsabilidades y tareas, él me cuida muchísimo y yo le cuido a él”.
Roro nos ha dejado una lección: mandó al carajo los roles de género en una relación. No hay una fórmula única para que una pareja funcione, ya que ha dejado en claro que mantienen acuerdos y discusiones como todo noviazgo. Pero la clave está en “nos repartimos tareas”, además ha quitado el estigma de que cuando una mujer cocina lo hace por obligación y devoción a su pareja, muy por el contrario, lo realiza porque le apasiona y es algo que quiere compartir con Pablo. Asimismo, dejó muy en claro que si ella prepara algo rico de comer, a él le toca levantar y lavar.
Tal vez haya a quien le funcione la fórmula de la pareja tradicional, con todo y las repercusiones negativas que puede tener. Sin embargo, está claro que no hay una receta única para llevar a cabo una relación de manera sana, sin machismo ni violencia. Lo único que yo resaltaría, es que independientemente de las funciones que cada quien realice en la pareja según los acuerdos, todos deberíamos de ser adultos funcionales y responsables de nosotros mismos.