En 1981 se diagnosticaron los primeros casos de una neumonía atípica en hombres homosexuales de San Francisco, Estados Unidos. Tres años después, se localizó el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) como agente causal del sida. Una enfermedad que conmocionó al mundo y marcó a la comunidad gay de la época.
Para 1989 se estrenó el álbum “Top Secrets” de Willie Colón, donde destacó la canción “El gran varón”. Esta composición de Omar Alfanno cuenta la historia de un joven homosexual que tiene que huir de su hogar por la falta de aceptación de su familia, principalmente de su papá. Sin embargo, años después muere sólo y se sugiere que fue por sida.
Recomendamos: La Chomba, el grupo que supo escuchar al barrio
En diversas entrevistas, Alfanno ha relatado que esta canción está inspirada en un compañero de su juventud, que después de varios años de no verlo, se enteró por terceras personas sobre su salida del closet. A partir de ahí generó una historia ficticia con base en lo que él se imagino que había vivido ese conocido.
Hablar de diversidad sexual en los años 80 era un tabú, de tal suerte que en esa década la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideraba a la homosexualidad como una enfermedad mental. Fue hasta 1990 que dicha institución mundial dejó de considerarlo así.
Tal vez en aquella época escribir y grabar una canción que hablaba sobre un tema prohibido fue revolucionario, el darle visibilidad a la existencia de personas no heterosexuales y a una enfermedad nueva que se relacionaba con el sexo. Sin embargo, tres décadas después su función ha cambiado demasiado.
“El gran varón” fue un éxito en México desde entonces, tan sólo hasta hoy en Spotify tiene con más de 219 millones de reproducciones. Independientemente de las intenciones del autor cuando la escribió en los 80, ha fungido como una herramienta para relacionar a la comunidad LGBTQ+ directamente con el VIH, así como discriminar a las personas que padecen esta enfermedad.
Esta canción no es la culpable directa de los casos de discriminación o agresión a las personas de la comunidad LGBT y de quienes portan este virus, sino la ignorancia, la mala información y falta de empatía en el resto de la población.
No te pierdas: ¿La musica que escucho define mi identidad sexual?
¿Qué aprendimos del Gran Varón?
A 36 años del lanzamiento de esta canción, en pleno mes de junio dedicado al Orgullo de la comunidad LGBTQ+, es importante señalar tres principales aspectos.
Primero, hay que reconocer que no ser heterosexual no es un crimen ni una desviación de lo que consideramos en un mundo heteronormado. Lo anterior para desacreditar la estrofa que dice: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. No se puede corregir a la naturaleza. Palo que nace doblado, jamás su tronco endereza”.
Segundo. Aunque pareciera que hay mayor apertura para hablar sobre la diversidad sexual, todavía es un tema muy pendiente, sobre todo en la familia. En la canción, Simón huyó al extranjero por la falta de aceptación de su padre, lo cual lo llevo a vivir (y morir) muy lejos de quienes lo criaron.
Esto aún es una realidad, desgraciadamente. Tan solo la Encuesta sobre Diversidad Sexual y de Género del INEGI de 2021 dice que, del total de personas de la comunidad LGBTQ+ que pensó o intento suicidarse, el motivo principal fue por problemas familiares y de pareja.
No te pierdas: La guerra del gobierno mexicano vs los narcocorridos
Aunque más 80% de quienes se encuestaron dijeron que sus familias saben sobre su orientación sexual y les respaldaron, el 16% dijo que les rechazaron y el 9.8% les llevó a algún tipo de terapia de reconversión (religiosa o psicológica). Estas últimas dos cifras se elevaron al 22.2% y 13.9%, respectivamente, para la población con identidad de género trans+.
En tercer punto, es importante dejar de lado la revictimización de las personas con VIH al relacionarlas con causas o prejuicios. Hoy en día hay tratamiento que permite continuar con la vida diaria aún con este diagnóstico.
La próxima vez que bailes “Simón, el gran varón” en una fiesta, ojalá sea con una perspectiva diferente sin prejuicios ni revictimizaciones.