En nuestro país se llevó a cabo la Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN), misma que ha tenido como objetivo crear un agenda de trabajo enfocada en lograr acuerdos y prioridades para alentar y facilitar las dinámicas positivas que están en marcha entre Estados Unidos, Canadá y México. Dentro de los acuerdos alcanzados fueron diversidad, equidad e inclusión; cambio climático y medio ambiente; competitividad; migración y desarrollo; salud y seguridad nacional. Es interesante cómo estos acuerdos generan un impacto diferente en las acciones de México, principalmente porque no todas son prioridad en las políticas.
Hablando sobre diversidad, equidad e inclusión:
En el año 2022, se logró consolidar la agenda de matrimonio igualitario, así como la aprobación de las leyes de cambio de identidad de género. Sin embargo, la violencia e impunidad sobre asesinatos a personas trans perduran.
Cambio climático y medio ambiente:
El ingreso a constructoras mineras canadienses y extractoras de recursos naturales no se han regulado y los gobiernos aliados han fallado en prevenir y reparar los despojos que han sufrido los territorios de pueblos, naciones y comunidades indígenas.
Competitividad:
Este acuerdo promueve la inversión extranjera y el crecimiento económico, un punto de partida para crear oportunidades laborales, sin embargo es importante reconocer la deficiencia de derechos laborales de las personas en corporativos transnacionales y la promoción de nómadas digitales en México.
Migración y desarrollo:
Aquí lo que es importante pensar es cómo las políticas migratorias que Estados Unidos y Canadá establecen en sus países tienen una repercusión dentro de las acciones en nuestro país.
No es novedad que los acuerdos siempre apuntan a que México tiene la mayor responsabilidad sobre estas acciones, principalmente porque somos un país de tránsito, recepción y “devolución”.
Los paises del norte compartimos procesos de colonización similares, donde hubo acciones de esclavitud, despojo territorial, cultural, así como invisibilización de poblaciones indígenas, negras y morenas.
Las políticas y acuerdos para eliminar el racismo en los países casi siempre se piensan desde una mirada individual, más que como algo colectivo. La idea es derribar las fronteras políticas y generar diálogos sobre los temas de racismo en los países y en vez de cargar responsabilidades a organizaciones de la sociedad civil y colectivos, quienes en su mayoría llevan y atienden temas de migración, racismo y discriminación. Es importante fortalecerlas y crear instituciones especializadas y enfocadas en atender estas necesidades.
Salud y seguridad nacional:
Estados Unidos y Canadá han atendido la pandemia del Covid-19, a lo cual México hizo una respuesta tardía, sin embargo el brote de la viruela símica, la cual afecta principalmente a población LGBT. Ha tenido caso omiso por parte del gobierno de México, donde no destina recursos para una vacuna y atención a personas afectadas. En cuanto a seguridad, en los últimos meses México está pagando las consecuencias de la guerra contra el narco de las cuales Estados Unidos pone énfasis y carga de responsabilidad a México.
No tomamos en cuenta cómo cada una de estas acciones afectan a sectores en situación de vulnerabilidad como personas racializadas (morenas, indígenas y afrodescendientes), LGBTIQ+ y migrantes. Debemos considerar que los puntos establecidos deben traducirse en una garantía de derechos y la responsabilidad que cada país tiene en la aplicación de los acuerdos y su viabilidad, conforme a las complejidades de Estados Unidos, Canadá y México.