La Casa Blanca revela la estrategia para iniciar la nueva normalidad a medida que la pandemia disminuye
Jeff Zients, coordinador de la respuesta al Covid-19 de la Casa Blanca, dijo: "Estamos avanzando con seguridad… la mayoría de los estadounidenses en la mayor parte del país ya pueden prescindir de los cubrebocas". Foto: Patrick Semansky/AP

La Casa Blanca dio a conocer el miércoles un plan de 96 páginas para cambiar la lucha contra el Covid-19 y “ayudar a que Estados Unidos avance con seguridad”, pasando de una situación de crisis a una nueva “normalidad”.

El anuncio del plan llega después de las promesas hechas por el presidente Joe Biden en su discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado en la noche del martes, en el que hizo hincapié en el rápido despliegue de un nuevo modelo llamado “test to treat” (prueba y tratamiento) con pastillas antivirales gratuitas tras una prueba positiva.

Esto ocurre justo una semana después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) relajaron las normas sobre el uso de cubrebocas a nivel nacional, al tiempo que un número cada vez mayor de líderes demócratas levantan las restricciones de la época de la pandemia y con el presidente instando a los trabajadores a regresar a las oficinas de forma presencial.

“Estamos avanzando de forma segura, regresando a nuestras rutinas más normales, y conforme a las últimas recomendaciones de los CDC la mayoría de los estadounidenses en la mayor parte del país ya pueden estar libres de cubrebocas”, dijo el coordinador de la respuesta al Covid-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients. Los estadounidenses vacunados, señaló, “tienen un nivel extremadamente alto de protección contra el Covid-19, y es muy poco probable que terminen en el hospital si se contagian del virus”.

El plan del gobierno tiene cuatro pilares principales: proteger y tratar los casos de Covid-19, prepararse para la aparición de nuevas variantes, evitar el cierre de empresas y escuelas y seguir distribuyendo vacunas en todo el mundo. Dentro de estos pilares se encuentra una combinación de objetivos a corto y largo plazo, que en su mayoría requerirán financiamiento de parte del Congreso.

A corto plazo, se espera que este mes se implemente el modelo “test to treat”. Este modelo permitirá que las personas se realicen la prueba de Covid-19 y reciban medicamentos antivirales en “un solo paso” en farmacias, centros de servicios para los veteranos y centros de atención a largo plazo en todo el país. La Casa Blanca también indicó que intentará comprar más vacunas, tratamientos como anticuerpos monoclonales y pastillas antivirales, y pruebas y cubrebocas.

Además de los objetivos a corto plazo, los funcionarios de la administración propusieron una serie de inversiones a largo plazo, que incluyen la investigación de una vacuna para erradicar el Covid-19, “centros de excelencia” nacionales para tratar el denominado covid prolongado, y la capacidad de desarrollar, fabricar y aprobar una vacuna en un plazo de 100 días en caso de que surja una nueva variante.

“Tendremos que lidiar con el Covid-19 hasta cierto punto durante algún tiempo“, dijo el Dr. Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente. “Esta inversión en investigación continua no solo nos ayuda a superar el Covid-19, sino que es vital para ayudarnos a prepararnos para futuras pandemias“.

Sin embargo, la cantidad de fondos que pide la administración sigue siendo poco clara. Zients comentó que la Casa Blanca “comunicará esa cifra al Congreso” a medida que se vaya concretando. La administración ya informó a los líderes del Congreso sobre la necesidad de compras a corto plazo.

El anuncio de la Casa Blanca y el discurso del Estado de la Unión también presentaron un nuevo aspecto. En el Estado de la Unión, Biden, la vicepresidenta Kamala Harris y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, no usaron cubrebocas. Lo mismo ocurrió con los funcionarios de la Casa Blanca cuando anunciaron el nuevo plan contra el Covid-19, sobre todo en persona y no a través de una videoconferencia grupal.

La Casa Blanca ha dicho en repetidas ocasiones que no se trata de un plan para “vivir con el Covid-19”, como tampoco los estadounidenses “aceptan “vivir con” el cáncer, el Alzheimer o el sida”.

La nueva estrategia de la administración recibió una respuesta mixta. Algunos líderes de la salud pública reaccionaron con entusiasmo al plan “test to treat”, pero la guía revisada de los CDC obtuvo una respuesta más tenue.

Los críticos argumentaron que el fin generalizado del uso de cubrebocas desplaza la carga de la prevención de Covid-19 a los “individuos vulnerables”, y que podría ser prematuro considerando los anteriores repuntes de la pandemia. Sin embargo, es posible que el sentir del país ya haya cambiado, puesto que los estadounidenses de todas las tendencias políticas indican tener un alto grado de frustración y agotamiento respecto a la pandemia, según encuestas recientes.

Los avances en la vacunación global han sido lentos, lo cual pone al mundo en riesgo de nuevas variantes. Hasta la fecha, el 64.4% del mundo ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el Covid-19, no obstante, existe un abismo entre los países de altos y bajos ingresos. Solo el 13% de los habitantes de los países de bajos ingresos han recibido la vacuna, en comparación con el 79% de los países de ingresos altos y medianos.

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