Descubren el circuito cerebral que provoca la liberación de leche materna ante el llanto del bebé
El estudio es el primero en identificar los mecanismos cerebrales que subyacen a la “cadena del llanto a la leche”. Foto: Cultura Creative (RF)/Alamy

Los científicos han descubierto el circuito cerebral que hace que el sonido del llanto de un recién nacido desencadene la liberación de leche en las madres.

El estudio, realizado en ratones, aporta nuevos conocimientos sobre los sofisticados cambios que se producen en el cerebro durante el embarazo y la maternidad. Se descubrió que 30 segundos de llanto continuo de las crías de ratón desencadenaban la liberación de oxitocina, la sustancia química cerebral que controla la respuesta de liberación de leche materna.

“Nuestros hallazgos revelan cómo el llanto de un bebé prepara el cerebro de su madre para amamantar”, explica Habon Issa, estudiante de postgrado de Langone Health de la Universidad de Nueva York y coautor del estudio. “Sin esa preparación, puede haber un retraso de varios minutos entre la succión y el flujo de leche, lo que puede llevar a un bebé frustrado y a un padre estresado”.

El estudio demostró que, una vez provocada, la oleada de hormonas continuaba durante unos cinco minutos antes de disminuir, lo que permitía a las madres ratón alimentar a sus crías hasta que se saciaban o empezaban a llorar de nuevo.

La observación de que los pechos de una madre pueden secretar leche cuando oyen llorar a un bebé no es nueva. Pero el último estudio es el primero en identificar los mecanismos cerebrales que subyacen a lo que los científicos describen como la “vía del llanto a la leche”, y podría allanar el camino hacia una mejor comprensión de los retos que plantea la lactancia para muchas mujeres.

Los resultados, publicados en Nature, muestran que cuando una cría de ratón empieza a llorar, la información sonora viaja a una zona del cerebro de su madre llamada núcleo intralaminar posterior del tálamo (NIP). Entonces, este núcleo sensorial envía señales a las células cerebrales (neuronas) que liberan oxitocina en otra región llamada hipotálamo.

La mayor parte del tiempo, estas neuronas del hipotálamo están “bloqueadas” para evitar falsas alarmas y el desperdicio de leche. Sin embargo, tras 30 segundos de llanto continuo, las señales del NIP se acumularon y superaron el mecanismo inhibidor incorporado, desencadenando la liberación de oxitocina.

“Es como si el cerebro quisiera asegurarse de que el bebé está realmente ahí, de que realmente necesita alimentarse y no es solo un llanto de un pájaro al azar”, explica el profesor Robert Froemke, de la Langone y coautor del estudio. “Hay circuitos cerebrales específicos que frenan este proceso. En cuanto se convence de que realmente hay un bebé, se libera el freno”.

Froemke afirma que los hallazgos ofrecen a los científicos una hoja de ruta sobre cómo podría funcionar el proceso en humanos. “Una madre ratón es diferente de una madre humana, pero a grandes rasgos cabría esperar que fuera similar”, afirma. “Es desconcertante. Podemos poner un robot en Marte y no entendemos lo básico de cómo alimentamos a nuestros hijos y los amamantamos”.

Traducción: Ligia M. Oliver

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