50 años de Avándaro: donde surgió el amor de El Tri y Chela… y el rock mexicano
Chela y Alex Lora se flecharon en el festival de Avándaro. Este año cumplen 50 años de conocerse. Foto: Néstor Ramírez Vega / La-Lista

“El tiempo se pasa en chinga”, dijo Alex Lora cuando se refiere al tiempo que conoce a Chela, pero también lo que lleva de carrera y cuando subió al escenario de Avándaro.

Chela tenía entre 14 y 15 años cuando por primera vez vio a El Tri. Desde que en una tocada se encontró a ese flaquito con una greñota quedó flechada, por lo que cuando vio que Three souls in my mind tocaría en el festival decidió que iría con todo. Este 11 de septiembre cumplen 50 años de conocerse y de ser novios.

Chela recordó hace unos días a pregunta de La-Lista que fue en un concierto para la construcción del templo de San Judas Tadeo donde conoció a quien ha sido su pareja desde hace medio siglo. Sin embargo, al ver los pósters de Avándaro, ella y su hermana se fueron a la fiesta pese a tener a un niño de brazos.

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“Vemos el anuncio y dijimos chinas libres, vámonos. ¡Y nos fuimos con todo y bebé! Tenía dos meses y nos fuimos a Avándaro. Ahí fue cuando dije justo ‘Voy sobres'”.

El amor que surgió entre los rockeros es una de las historias alrededor del festival que se inspiró en Woostock, pero que debido a la inquietud por lo ocurrido en 1968 y el 10 de junio de 1971, mejor conocido como El Halconazo, fue que se creó una leyenda negra y comenzó una represión contra este género musical.

Justino Compeán, exdirectivo de la Federación Mexicana de Fútbol, fue uno de los jóvenes que estuvo detrás de la organización de ese festival mexicano. A 50 años de distancia comenta para La-Lista que ve las cosas con más detenimiento y las recuerda como una travesura juvenil.

Él y otro compañero acababan de salir de la universidad y querían ser empresarios, por lo que tras el gran concierto en Estados Unidos fue que quiso hacer su versión mexicana, pero no se le hizo. No por un error, sino porque Avándaro tuvo tanto éxito que sobrepasó las expectativas.

“Fue un festival limpio en donde nunca nos imaginamos la fuerza del rock en la juventud. Íbamos a tener un festival con 25 mil personas, vendimos 25 mil boletos y llegaron más de 200 mil. El producto principal de ese fin de semana, eran las carreras de coches y el aderezo o aperitivo era el rock y se convirtió, dominó totalmente durante toda la noche”, recuerda el exfuncionario deportivo.

Tal fue el caso de un periódico que en un pie de foto escribió: “Musiquetes ridículamente vestidos y drogados incitaban a la juventud a cometer desmadres” y como encabezado: “No hubo carrera coches, fue de motos”, burlándose de los asistentes y acusándolos de usar drogas.

A raíz del éxito y las persecuciones del gobierno, Compeán dijo que tomó la decisión de alejarse de México. Durante cuatro años estuvo en Brasil y cuando regresó no volvió a tocar el tema y mantuvo un bajo perfil.

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Chela y Alex Lora se flecharon en el festival de Avándaro. Este año cumplen 50 años de conocerse. Foto: Néstor Ramírez Vega / La-Lista

“La vida me llevó por destinos futbolísticos, desde el mundial del 86, el Necaxa, la Federación Mexicana de Fútbol y ahí no podía hablar de mi pasado o travesura de juventud. Ahora que ya estoy retirado puedo platicar de todo esto”, justifica respecto a por qué ya no se hizo una conmemoración u otra edición de Avándaro.

“El Tri, Three Souls in my Mind, se convirtió en la bandera del rock and roll, la voz de un pueblo, el grito de los reprimidos y donde la gente y todo mundo ha tenido un desahogo con las composiciones que Alex ha creado”, comenta Chela Lora, quien se volvió la mánager de la banda conocida por canciones como Las piedras rodantes y ADO.

De Avándaro al Día del rockanrolero mexicano

Luego de Avándaro por aproximadamente una década hubo una opresión contra el rock and roll. Sin embargo, a decir de Ricardo Antonio Macías González, integrante del comité organizador del festival por el 50 aniversario de Avándaro, fue muy distinta a la de los 60, en las que mediáticamente se les quitaron las voces a Enrique Guzmán o César Costa, pues fue una completa prohibición.

Alex Lora recuerda que en aquellos años el rock tuvo que esconderse y hacer sus actividades de forma sigilosa. Ejemplo de ello fue que Chela y otras personas pegaban pósters de los conciertos en lugares peligrosos durante la medianoche y la madrugada.

Como en las esferas del gobierno seguía fresco el recuerdo de 1971, fue que cuando El Tri y su Domadora celebraron el 10 o el 15 aniversario de Avándaro omitieron el nombre del festival en el cartel y mejor lo cambiaron por Día del rockanrolero mexicano.

“Se hizo como tres veces y un de esas se canceló. Para seguirlo haciendo cada año o dos, se decía en el cartel, en vez de Aniversario de Avándaro, el Día del rockanrolero mexicano y quedó instituida como tal”, señala el cantante de “Triste canción de amor”.

En esa época también fue cuando, junto al boom de la literatura de la onda, los conciertos comenzaron a realizarse en los hoyos fonky, nombre que les dio el escritor Parménides García Saldaña.

En ese momento, en la opinión de Chela, fue cuando el verdadero rock and roll nació debido a la represión de las autoridades hacia la música, que se escondió en esos lugares ubicados a las orillas de la ciudad. Hasta que en los 80 llegó la ola del rock en tu idioma, lo que les permitió volver a salir a escena.

Una nueva generación del rock mexicano

Aún quedan músicos de la generación que tocó en 1971 en Avándaro. Además de El Tri están Los Dug Dugs, quienes estarán en el 50 aniversario del festival en el que uno de sus organizadores es Ricardo Ochoa, de la banda Peace & Love, que también estuvo en esa ocasión.

En su opinión, retomada por Ricardo Antonio Macías González, de lo que menos se habló fue de la música, por lo que la importancia en esta ocasión debe fijarse en las canciones, su peso cultural y la dignificación del rock.

Desde hace dos años fue que comenzaron los preparativos para el 50 aniversario, pero la pandemia canceló la tocada presencial en Avándaro por la incapacidad de algunos músicos para desplazarse por su edad y para evitar contagios de coronavirus.

Macías González asegura que más de 2 mil bandas querían participar, pero al final quedaron alrededor de 50, quienes desde distintos puntos ofrecerán conversatorios y alguno que otro cantará alguna canción.

Desde el Faro Cosmos, estarán Los Dug Dugs, Etel, Esteban Gómez-González, Heavy Nopal, La Matatena, La Tremenda Korte, Leslie Grun, Los Blenders, Los de Abajo, Mackonde, Riesgo de Contagio, Umbrales, URSS Bajo el Árbol y Jessy Bulbo.

La cantante de Maldito y La cruda moral tiene 46 años, por lo que como otras generaciones más jóvenes la única forma como conoció al festival fue a través de las historias de sus familiares.

En entrevista para La-Lista recuerda que la leyenda en torno a ese día le llegó gracias a que sus padres pertenecían a la generación del 68, por lo que esos movimientos y manifestaciones eran importantes en su familia.

“En el 68 mi mamá estaba panzona de mi hermano mayor, entonces no fueron a Avándaro porque nadie les cuidaba a los niños; no podían, tenían obligaciones, ya eran adultos. No fueron, pero para ellos representa más el momento histórico y social que el musical“, relata Jessy Bulbo.

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Jessy Bulbo y URSS Bajo el Árbol serán algunos de los participantes en los 50 años del festival de Avándaro. Foto: Néstor Ramírez Vega / La-Lista

Para ella el festival tiene un significado especial en su mundo, pues aparte de lo que representó para la música, da el mensaje de que las personas sean libres de hacer lo que quieran con su vida y que intentar controlar y someter a la sociedad nunca sale bien.

Esteban Gómez-González es el exvocalista de Odisseo. A sus 30 años también conoció Avándaro a través de sus papás, pero también de sus abuelos, sobre todo el paterno, a quien le gustaban las aventuras e irse de mochilazo.

“Era gente que no tenía una educación musical y con Avándaro se empezaron a emocionar y a tomar instrumentos sin saber tocarlos. Era padre que iban con amigos, se sumaban otras personas, encendían una fogata y les enseñaban a tocar, mientras en casa sus padres los buscaban por todos lados”, contó.

Los músicos de distintas generaciones coinciden en que hay un antes y un después del festival, pues aparte de significar un logro de la juventud, también marcó el inicio del verdadero rock mexicano. Aunque para algunos, aún parece una ficción que a partir de un festival se escriba una historia musical que llega a sus primeros 50 años.

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