Imagina un futuro para la elefanta Ely fuera del cautiverio
Ely se encuentra en el Zoológico de San Juan de Aragón, donde es el único ejemplar de su especie. Foto: Alexa Herrera / La-Lista

Diana Valencia es una mujer frente una elefanta haciéndole una promesa: a Ely, la elefanta africana del Zoológico de San Juan de Aragón, no le pasaría lo mismo que a Maggie, una elefanta asiática a la que le practicaron la eutanasia en 2016 después de estar 200 días de pie sin poder echarse y padecer osteoartritis crónica. Diana, llorando, le dijo: “A ti no te van a hacer lo mismo porque aquí voy a estar para evitarlo”. Así comenzó esta historia.

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Diana compuso una pequeña melodía a Ely asimismo cuando la visita le pone canciones de The Beatles. Foto: Alexa Herrera / La-Lista

Diana es una mujer animalista y activista de 68 años. Es una experta en el Zoológico de San Juan de Aragón, lo conoce a la perfección. Es una observadora de todo lo que ahí sucede. Se concentra en los animales, sus comportamientos, sus condiciones. Les habla por sus nombres porque ella no sólo ve un animal en cautiverio, ella tiene un vínculo con los chimpancés Congo y Tamba; los búfalos cafre Camaria y Coffe; Afrodita, Luney y Danna, las lobas marinas, sólo por mencionar algunos.

También mira a los visitantes. Sabe que buscan elefantes y jirafas como el mejor atractivo. Reconoce también que las personas miran la magnificencia de un elefante pero se pregunta si reconocen la mirada triste de un animal, la piel que se les pega a las costillas por su mala alimentación o el agua pestilente de la que beben y también usan para “jugar”.

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Otros animales, como los leones, se les puede observar delgados. Foto: Alexa Herrera / La-Lista

A Diana no le gustan los zoológicos, sin embargo, ella debe ser una de los visitantes más frecuentes porque ha decidido no dejar de ver por los animales. Por algún tiempo, acudió al zoológico como una visitante frecuente, pero encubierta.

A la vista del personal del zoológico era “una viejita que iba a ver a la elefanta”, pero también es la presidenta de la organización civil Abriendo jaulas, abriendo mentes. Ahora saben que es animalista y que tiene años en la lucha por Ely. La reconocen y no se salva de sufrir el acoso en sus visitas. Tiene marcaje personal, le toman fotos e incluso han dicho que sólo puede ver a Ely por 10 minutos, mientras que había días que visitaba a la paquiderma desde que abrían el zoológico hasta que cerraban la puerta detrás de ella.

Diana quiere mucho a Ely. La ama profundamente. La cuida con la mirada. Le habla y le canta. También le pone música clásica y de los Beatles. Recuerda que le puso Imagine de John Lennon, tal vez como un himno y porque es bonito imaginar que otra realidad es posible para ella.

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Ely es una elefanta africana de casi 40 años. Foto: Alexa Herrera / La-Lista

Pero hablemos de Ely. Es una elefanta africana loxodonta que fue atracción del Circo Hermanos Vázquez y con una esperanza de vida de 70 años. La Secretaria del Medio Ambiente (Sedema) indicó que fue rescatada, pero en realidad fue comprada por 3 millones 474 mil 400 pesos, así se indica en la Lista de Adquisición de Animales 2011 de la Dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre.

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Ely tiene entre 35 y 40 años aunque se desconoce su edad real. Si bien su vida en el circo debió ser la de una estrella, tiene una de sus patas delanteras lastimadas por una fractura mal cuidada por estar amarrada, posee una lesión en la espalda por la silla que utilizaban para montarla, tiene una perforación en su colmillo izquierdo, además de una fístula en el maxilar inferior que pudo ser una herida con un bullhook –un arma utilizada para castigar y controlar a los elefantes, es un mango largo que culmina con un gancho afilado– que no ha sanado.

Diana registra en fotografía y video sus visitas con Ely. Comienza a grabar, anuncia la fecha y la hora y narra las cosas que pasan, no sólo con Ely, también con otros animales.

El movimiento por la liberación de los animales en cautiverio es global, los videos que subía Diana a las redes sociales fueron vistos por activistas animalistas en 2018, como Diana Muñoz, de Gentle Giants Elephants, que empezó a compartir los registros con Scott Blais, un experto en elefantes y creador de dos santuarios certificados para elefantes en América, uno en Estados Unidos y el otro en Brasil.

Scott Blais empezó a darle indicaciones a Diana para que registrara cosas muy específicas. Durante una semana, ella acudió a registrar lo que él le pedía: el trasero, las patas, la planta de los pies, la pompa, la cadera y otras más. A través de ese material, Scott diagnosticó la situación de Ely. “Sugiere (Scott) que es urgente enviar a Ely a un santuario y da las razones médicas”, retoma Diana.

Scott es un experto, pero a simple vista, en el desplazamiento de Ely cuando camina, se puede percibir que no le es fácil y que tal vez sienta dolor.

Diana estuvo buscando santuarios para elefantes entre 2017 y 2018 y aunque tuvo una respuesta, no había espacio para Ely. Con la intervención de Scott Blais, desde noviembre de 2018 Diana tiene una carta de aceptación al Santuario de Elefantes Brasil, en Chapada dos Guimarães, Mato Grosso. La carta fue renovada en 2022 y las puertas siguen abiertas al santuario para la elefanta Ely.

Para su traslado, Ely debería ser preparada para el viaje. Se necesitaría un contenedor que fuera cómodo para el viaje y los costos de traslado podrían generarse desde las donaciones.

El portal Agrofy reportó que el 2021 que el traslado de Pocha y Guillermina, dos elefantas, madre e hija, que fueron trasladadas por tierra del Ecoparque de Mendoza, Argentina, al Santuario de Elefantes Brasil, tuvo un costo de 74 mil dólares, como un millón 400 mil pesos aproximadamente.  

En el santuario, además de Guillermina, viven Bambi, Lady, Maia, Rana y Mara, elefantas que han sido rescatadas de circos y zoológicos.

Diana calcula que sería un viaje de nueve horas en avión. Cuenta de la gran experiencia de Scott y que ha trasladado elefantes en muy malas condiciones de salud y dice que “nunca se ha muerto ningún elefante en ningún traslado”.

Diana también se ha acercado a las autoridades.

Acudió a las Audiencias públicas del Gobierno de la Ciudad de México en enero de 2020. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, la atendió personalmente. La intención de Diana era mostrarle las fotos de los santuarios para que viera a dónde podría ir Ely. Claudia le respondió que ella no era experta y que Ely no estaba en condiciones para viajar por su estado de salud, pero que la gente de Sedema la llamaría para una reunión. Después, Diana recibió una carta que se traspapeló y no atendió a tiempo.

Scott Blais habló en un foro internacional sobre los elefantes que han trasladado y habló sobre la posible adaptación de Ely en un santuario.

El tiempo de pandemia fue difícil para Diana porque no pudo ver a Ely, cuando solía visitarla hasta tres veces por semana.

El 9 de abril de 2021 después de la pandemia abrieron de nuevo los zoológicos con restricciones. El 16 de enero de 2022, Diana y los compañeros que también dan seguimiento de Ely llevaron a cabo una acción por los elefantes. Ese mismo día Claudia Sheinbaum visitó el zoológico para la reinauguración de la sección de lobos marinos.

Diana se apresuró a alcanzarla y le pidió la intervención de especialistas extranjeros en equipo con los especialistas del zoológico para llegar a una evaluación conjunta para considerar la situación de Ely.

La activista por los animales piensa que la mejor opción para Ely es el santuario; sin embargo ella aceptaría si los especialistas internacionales y los del zoológico concluyeran que es mejor que se quede en el zoológico.

¿Ely es una elefanta triste?

Ely no puede hablar por ella. Sin embargo en un video con Joyce Poole, cofundadora y codirectora de Elephant Voices, expresa: “Personalmente no creo que sea posible para un elefante ser feliz en cautiverio”.

El medio AJ+ envió imágenes a Joyce Poole en 2017 para que analizara el comportamiento de Ely y dijo: “Cuando los elefantes están tristes, quiero decir, cuando las personas están tristes, lo puedes ver en su piel frecuentemente. Su piel se ve en muy mala condición. Para mí es una elefanta muy triste, tiene una mirada dolorosa”.

¿Pensamos en la condición mental de los animales en cautiverio? Ely debió vivir en manada como viven las elefantas hembra, son animales sociales que viven en comunidad. Los de su especie caminan por grandes distancias y ella sólo tiene el espacio de unos cuantos metros en su exhibidor. El piso de cemento sobre el que pisan sus patas no le hace bien, necesita tierra y pasto. Si bien no podemos preguntarle si tiene depresión, los registros indican que puede tener zoocosis.

El término fue acuñado por Bill Travers en 1992 para describir un daño mental por cautiverio. Es una estereotipia, una conducta obsesiva, anormal y repetitiva provocada por el cautiverio.

“Mucha gente piensa que está bailando, desgraciadamente no está bailando. Está sufriendo y mucho porque debido a ese estrés por la soledad por el encierro, al no poder ser ellos, buscan ese escape, huyen de su entorno real y se escapan en ese movimiento para evadir lo que están viviendo”, piensa Diana sobre el comportamiento de Ely.

Diana habla de la zoocosis y de cómo que se puede ver a “primates despelucados, aves desplumadas, jirafas, lamiendo barrotes” o a “los grandes felinos que se llegan a mutilar la cola”.

Llevar a Ely a un santuario significaría tener una libertad controlada pero podría hacer lo que ella quiere y “ser por primera vez elefante, convivir con las de su especie, formar parte de una manada, vincularse con sus hermanos pares y, a la vez, seguir recibiendo la ayuda del humano”, explica Diana mientras resalta que las características de los elefantes son ser seres sumamente sensibles, inteligentes, sociales y colaboradores en familia.

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Foto: Alexa Herrera / La-Lista

Diana llevó a conocer a Ely a la abogada Susana Ramírez, de la asociación civil Va por sus derechos, quien solicitó un amparo indirecto tratando de conseguir que Ely fuera considerada persona no humana y le fuera aplicado el Hábeas corpus, para “quienes se encuentren ilegalmente presos, detenidos o cohibidos en cualquier otro modo en el goce de la libertad individual”, explica sobre el término un documento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

El juzgado le regresó el amparo diciendo “que los amparos son para seres humanos, los animales no aplican”, cuenta Diana y explica que la abogada presentó un recurso de revisión en una segunda instancia.

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El recurso fue aceptado pero con una variante, en la que declarara que a la abogada le perjudicaba la situación de Ely. El proceso finalmente se vino abajo.

El 5 de marzo de 2023, la Sedema compartió información sobre la resolución del amparo donde un juez dio por satisfechos los cuidados para Ely y afirmó que recibe la atención necesaria y adecuada para atender sus problemas de salud crónicos, también indica que “trasladar al ejemplar de elefante africano ‘Ely’ no necesariamente constituye una mejora a sus condiciones de vida”.

La-Lista buscó entablar conversación con las autoridades de Sedema por varios días, pero hasta el cierre de esta edición, no tuvo respuesta para una entrevista.

Diana expresa que los zoológicos normalizan el encierro. Cuando está cerca de Ely, les dice a los visitantes: “Yo no soy quien para decirles que no vengan al zoológico, solo les pido que conecten su mente y su corazón con ese individuo. No con una cebra, conéctense con Caro, deténganse un momento y hagan esa conexión. Obsérvenla y entiéndanla, porque ellos nos hablan. Los activistas dicen mucho que no tienen voz y sí la tienen, pero se las estamos silenciando”.

Diana está triste y siempre que puede comparte toda la información de Ely y piensa: “a lo mejor hay alguien que va a lograr lo que yo no he logrado”.

A la lucha por que Ely sea trasladada a un zoológico se han sumado 172 mil 527 personas que han firmado una petición en la plataforma Change.org y en la última marcha del 8M, las contingentes antiespecistas gritaron por la elefanta porque ella también es una hembra.

El 3 de marzo de 2023, el diputado federal Jorge Álvarez Maynez, del partido Movimiento Ciudadano, presentó una proposición con un punto de acuerdo para exhortar a las autoridades de la CDMX y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a realizar las investigaciones correspondientes y verificar las condiciones de Ely.

Mientras tanto, Diana no se rinde y seguirá luchando por que la elefanta sea trasladada a un santuario.

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Aunque Ely cuenta con un lugar para un santuario en Brasil, las autoridades mexicanas no autorizan el traslado. Foto: Alexa Herrera / La-Lista

Nota del editor: Esta nota fue modificada de la original a petición de una de las fuentes por protección a su integridad.

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