¿Has respirado hoy?

De todos los sistemas autónomos de nuestro cuerpo, la respiración es lo único que podemos manejar. Yoguis y maestros avanzados son capaces de controlar su temperatura interior, el proceso digestivo o circulatorio, pero la gran mayoría de los humanos en este mundo no tenemos acceso a esos niveles altos de presencia.

Desconocemos lo que sucede dentro nuestro y nos limitamos a funcionar automáticamente, a merced de los pensamientos, tomados por nuestras emociones, limitados por el medio ambiente, pendientes de las opiniones de los demás, influenciados por las redes sociales, tantas veces dudosos de ser un milagro que respira.

Es hora de amigarse con este poder que siempre está presente pero que tenemos que abrazar y honrar.

Respirar.

Inhalar y exhalar.

Por eso te pregunto: ¿has respirado hoy? ¿Lo has hecho conscientemente?

Para comenzar

Ya sea que tengas gran práctica en técnicas de respiración o si recién comienzas siempre es bueno volver a la fuente, a los pasos fundamentales de la conciencia de conexión con inhalar y exhalar.

Respiración, unida intrínsecamente a inspiración, a ese aliento divino que ocurre todo el tiempo y que si traemos a la atención plena se convierte en nuestra musa, en nuestro sistema de navegación, en una oración permanente de agradecimiento por estar aquí y ahora.

Hay cientos de escuelas y técnicas para respirar, pero aquí te comparto la vuelta a la punta del ovillo, lo más básico que se convierte en lo más poderoso para instalar un nuevo hábito, un ritual de calma que baja niveles de drama y sube vibración de alegría y bienestar.

Respiración en acción

Inhala y exhala, respira suavemente, sigue el ritmo del aire entrando y saliendo sin interferir en su proceso natural. Mientras respiras focaliza en la punta de tu nariz, en la sensación física que se produce ahí y comienza una cuenta regresiva de 10 hasta cero de la siguiente manera: inhalas y repites mentalmente 10, exhalas y repites mentalmente nueve y así sucesivamente hasta cero.

Si pierdes la cuenta, vuelve a empezar desde el 10 hacia abajo mientras combinas la respiración, el conteo y la atención plena en toda su extensión dando a tu mente un tema de concentración y a tu cuerpo un punto de encaje en la nariz.

Esta respiración simple es extremadamente poderosa y aun los meditadores entrenados vuelven a ella para retomar el hilo de la práctica ancestral de la meditación y la respiración.

Observar sin interferencias este proceso natural que nos permite calmar la mente, tomar perspectiva, silenciar el ruido constante que hace la cabeza y capacitarnos para ver los pensamientos pasar como nubes, sin identificarnos con ellos.

La invitación es bajar la respiración al abdomen que se infla y desinfla igual que un globo activando el diafragma y al mismo tiempo comenzar a tomar conciencia de la postura, de cómo está la espalda, de qué manera se coloca mi cuerpo y fundamentalmente de la columna vertebral.

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