‘¿Cuánto es lo menos, maestro?’: La precariedad laboral en la música
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

‘¿Cuánto es lo menos, maestro?’: La precariedad laboral en la música
Foto: EFE / Esteban Biba

Al organizar el primer foro de Revista Danzoneros tuve un acercamiento mayor al mundo de los músicos. Pude observar todo el desgaste que implica montar un show, así como lo castigado económicamente que es esta labor. Construir desde cero un evento me mostró la punta del iceberg de los vicios y modelos económicos tan precarios que hay en este negocio.

El sector artístico ha sido de los más castigados en los últimos dos años debido a la pandemia de Covid-19. Fueron los primeros en cerrar y los últimos en abrir. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi apuntó que en el cuarto trimestre de 2019 había 478 mil 916 personas laborando en servicios de esparcimiento, culturales y deportivos. Esta cifra disminuyó 34% para el año siguiente. En el mismo periodo pero de 2021 incrementó el 45%, sin embargo, todavía está por debajo del número prepandémico.

“Nosotros no contamos con seguridad social”, me confesó en los primeros meses de la pandemia Felipe Urbán, director de la danzonera que lleva su nombre. Ante la difícil situación, esta orquesta y muchas otras se vieron obligadas a realizar conciertos virtuales durante 2020 para conseguir donaciones de su público.

De acuerdo con “Demian Revart”, músico y productor de Titanio TV, los precios aproximados para músicos no comerciales pero bien posicionados oscilan entre los cinco y 40 mil pesos para las orquestas tropicales, y de cinco a 20 mil pesos para las bandas del regional mexicano. Sin embargo, también hay que considerar que este tipo de agrupaciones están integradas por entre siete y 15 personas.

Didier Machillot, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, relacionó la precariedad laboral de los músicos con la multiactividad que realizan. El clásico “hueso”, asistir a varias tocadas con diferentes agrupaciones, estaría detrás de la inestabilidad del empleo.

“Se ha convertido en una de las estrategias desplegadas por ellos (los músicos) para intentar sobrevivir. De hecho, esta precariedad que viven numerosos músicos parece inscribirse en una transformación más general de las condiciones de trabajo en México e, incluso, en el resto del mundo”, apunta en su investigación La profesión del músico, entre la precariedad y la redefinición.

Por ello, Machillot sugiere políticas públicas encaminadas a mejorar las condiciones de trabajo de los músicos, así como una regulación de las condiciones de contratación. Sin embargo, en este problema sistémico no solo están involucrados los organizadores de eventos y los dueños de los espacios, sino también la población en general que disfruta de la música.

Desde el momento en que no se toma a la música como una profesión y solo como un hobby se menosprecia esta labor. Las condiciones económicas tan castigadas para los músicos no comerciales puede evitar que se profesionalicen todavía más. Al tomar un instrumento como segundo empleo o una entrada extra limitaría que se exploten todas las habilidades.

El gremio musical y de organización de eventos es un ambiente muy difícil. Muy amañado y con vicios difíciles de erradicar: acuerdos de palabra y regateos, entre otras cosas. Nuestra primera misión como público es reconocer la importancia que tiene el músico y ser justos con el pago de sus servicios. No hay que ser malagradecidos con quienes nos ayudaron a mantener la cordura durante el encierro. También se debería poder vivir del arte.

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