Elvis, Marilyn y la creación de nuevos mitos
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Elvis, Marilyn y la creación de nuevos mitos
Foto: Película 'Elvis'.

Alguna vez, platicando con Cecilia Suárez muy al inicio de su carrera como actriz, comentábamos sobre la fascinación que el público mexicano sigue sintiendo por figuras como María Félix y Pedro Infante. A Cecilia, como parte de un renacimiento del cine mexicano, se le comparaba con las actrices de la época de oro del cine nacional, pero ella se resistía a tales comparaciones.

El renombrado escritor y profesor de literatura Joseph Campbell, experto en temas de mitología, explicaba que los mitos son vehículos de comunicación y que esta se ha roto en el mundo moderno porque los viejos mitos ya no funcionan y aún no surgen mitos nuevos para sustituirlos. De acuerdo con su pensamiento, la mitología puede informarnos de la condición humana, de nuestros miedos, penas, alegrías y esperanzas.

Las hazañas de los dioses y las historias de antiguas figuras mitológicas como Edipo, Ulises, Helena de Troya o Cleopatra aún resuenan en nuestra conciencia por lo que representan para nosotros: valentía, heroísmo, fortaleza, poder, belleza, justicia, honor. Pero durante la era de la Ilustración, la sociedad abrazó la ciencia y se alejó de los mitos. “Hemos visto cómo el hombre blanco desestabiliza a las comunidades primitivas”, explicó Campbell. “Al desacreditar sus viejos tabúes, se desintegran y caen a pedazos”.

¿Quién es Elvis Presley para la cultura popular? ¿Qué significa Marilyn Monroe en el inconsciente colectivo? ¿Por qué seguimos hablando de ellos? O quizá las preguntas correctas sean: ¿a qué fines sirve que sigamos hablando de ellos?, ¿quién se beneficia de su leyenda? Si hacemos caso de lo que nos dicen los mitógrafos, los que nos beneficiamos somos nosotros como sociedad, pues ante una realidad poco esperanzadora necesitamos valores y modelos a seguir. ¿Les creemos?

Esta semana estrenó en México Elvis, la nueva producción de Baz Luhrmann que trajo al director australiano de regreso a los reflectores convertido en un experto en nostalgia: Romeo y Julieta de Shakespeare (1996), la música retro de Moulin Rouge (2001), los locos años 20 de El gran Gatsby (2013) y ahora el mito de Elvis Presley.

Pero no está solo. En algunos países ya se puede ver Pistol, la miniserie que cuenta cómo se formó en Inglaterra la banda Sex Pistols que propulsó el movimiento punk en todo el mundo y encapsuló el sentimiento de rebeldía de una generación. Por otro lado, Netflix anunció la fecha de estreno de Blonde para septiembre, el intento más reciente por capturar la esencia de la mítica Marilyn Monroe, tomando como fuente la reconocida novela histórica de la escritora Joyce Carol Oates. Y todavía vienen más biopics, como las de Madonna y Amy Winehouse.

Mientras en el imaginario colectivo algunas de estas celebridades son percibidas como héroes, otras sirven como ejemplo de lo que no hay que hacer si no queremos ser castigados por la sociedad y sufrir un fatídico desenlace. Al igual que Marilyn, otras rubias que han seguido sus pasos como Madonna y Britney Spears aún se debaten entre asumir su destino como semidiosas o acabar como simples moralejas.

Y es por esto que la reciente batalla por la taquilla entre Elvis y Top Gun tuvo una lectura mucho más profunda. No se trataba únicamente de una competencia entre la película de Baz Luhrrman y la secuela del personaje de Maverick, sino también de un enfrentamiento entre Elvis Presley y Tom Cruise, entre el viejo mito y el nuevo mito, para decidir quién es “El Rey” hoy en día. Al contar historias, el cine también ayuda a la construcción de mitos.

Por lo menos en su fin de semana de estreno Presley mantuvo la corona, rebasando a Cruise por un millón de dólares y acabando con el empate que los medios de comunicación anunciaron inicialmente. Al parecer fue el arte y el sentimiento patriótico que Elvis despierta en los estadounidenses lo que se impuso a la disciplina que Tom Cruise predica para alcanzar el éxito. Tal vez porque los autonombrados americanos prefieren pensarse a sí mismos como sensibles y artísticos, aunque el resto del mundo los veamos como al otro individuo, hambriento de poder y en continua competencia con el resto del mundo.

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Esto es un ejemplo de la manera en que funciona la mitología en la psique de las personas y cómo la cultura puede moldear la identidad de los miembros de una comunidad o de un determinado país. Por lo menos aquel fin de semana, Estados Unidos le gritó al mundo: “somos Elvis”. Pero así como Cruise no puede sustituir a Presley, Madonna nunca lograría reemplazar a Marilyn. ¿Esto quiere decir que seguimos en busca de nuevas figuras mitológicas que en verdad nos inspiren?

La creación del mito moderno, como aseguran múltiples académicos, ha probado ser difícil porque enfrenta resistencia y prejuicios culturales. “Para discernir lo que hoy son los mitos debemos mirar en los cómics y en las películas de serie B, tanto como en la poesía romántica y en el cine expresionista”, explica el divulgador científico Philip Ball. “Debemos examinar detenidamente la literatura científica, los libros de psicoanálisis y los melodramas hechos para la televisión. Los mitos no son quisquillosos para escoger dónde habitan”.

¿Será que el mito moderno está entre nosotros? Tal vez no lo encontremos en los libros de historia ni en la farándula, y ahora se esconda detrás de casos de la vida real y en las historias de true crime. Podemos aprender sobre el hombre común y su redención en el cruel mundo contemporáneo con personajes como Michael Peterson (The Staircase), Michelle Carter (The Girl From Plainville), Candy Montgomery (Candy), Anna Sorokin (Inventing Anna), Pam Hupp (The Thing About Pam) o los habitantes de Allende, Coahuila (Somos). 

¿Pero para qué necesitamos nuevos mitos? “Si un mito no nos aporta una nueva visión sobre el significado más profundo de la vida, entonces ha fallado”, explica la escritora Karen Armstrong en su libro A Short History of Myth. “Cuando funciona es porque nos obliga a cambiar nuestras mentes y corazones, nos da nuevas esperanzas y nos incita a vivir la vida plenamente. Como la poesía y la música, la mitología debe despertarnos al éxtasis, aún frente a la desesperación que podemos sentir ante la posibilidad de nuestro exterminio”.

BREVES

Ya llegó a los cines la nueva película de David Cronenberg, Crimes of the Future, que le mereció aplausos y rechiflas en el Festival de Cannes, algo a lo que el director ya está acostumbrado cuando se trata de sus historias que combinan ciencia ficción y body horror.

La que anda muy activa es Dakota Johnson y podemos verla en estrenos recientes como Cha Cha Real Smooth (Apple TV Plus) y desde este viernes en Persuasion (Netflix), un romance de época basado en una historia de Jane Austen.

Desde el 15 de julio se puede ver en HBO Max una serie documental del comediante Nathan Fielder, The Rehearsal, que llama la atención porque no está claro si es real o actuada, pero donde él le permite a personas comunes ensayar situaciones de su vida diaria antes de que sucedan. 

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