Las fábricas de pobres
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

Las fábricas de pobres
Foto: AmarADestiempo/Pixabay.

Las “fábricas de pobres” son la causa de que más de 35 millones de personas no tengan un salario suficiente. ¿Cuáles son esas fábricas? Las empresas y unidades económicas que no remuneran con un sueldo digno, alerta la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.  

En México, el salario base es de 5 mil 258.1 pesos. La organización sugiere elevarlo por arriba de los 8 mil 500 pesos.

Actualmente, los sectores restaurantero y hotelero son los que tienen mayor porcentaje de personas con salario insuficiente con un 87% de los trabajadores. De ahí le sigue el sector agropecuario con un 78% y el comercio ocupa el tercer lugar con 76%, según el informe de la organización con base en datos del Inegi.

El reporte alerta sobre un estancamiento, desde el 2005, que provoca que alrededor del 40% de la población no tenga un sueldo digno, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Por ello es preciso establecer líneas de acción que presionen no solo a las empresas sino también al gobierno para vigilar que todo trabajo tenga una remuneración justa, apegada a los derechos laborales y los parámetros internacionales. 

El salario mínimo en México es el más bajo entre los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Está por debajo de Brasil y Rusia, mientras que los primeros lugares los ocupan Luxemburgo, Países Bajos y Australia, donde el ingreso base es de 2 mil dólares.

¿Qué hace falta en este país para llegar al nivel de estas naciones? ¿Hasta dónde podría llegar el potencial de la fuerza laboral mexicana si tuviéramos las condiciones correctas? Urge fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores con acciones que vengan desde las autoridades federales y el sector privado. 

No solo basta con ofrecerle un sueldo suficiente a las personas para mejorar su calidad de vida, también es necesario que su jornada no sobrepase las ocho horas al día y tengan condiciones para el desarrollo de un patrimonio. El salario solo es la punta del iceberg, el inicio para toda la serie de cambios que se requieren. Aprovechemos este punto de inflexión, debido a la pandemia, para generar nuevos modelos de negocios que respeten los derechos laborales.

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