Hay que ser como los búfalos
Entre la libertad y la locura

Comenzó hace siete años con un blog llamado My Vintage Armoire. Ha colaborado en Elle México, Quién, Instyle, Life&Style, Reforma y Finding Ferdinand. Licenciada en mercadotecnia y comunicación por el Tec de Monterrey, escribe sobre la felicidad y la tristeza, el amor y el desamor, la duda, los reproches, el amor propio, el existencialismo, la introspección y el crecimiento personal. Lanzó el podcast Libre&Loca, uno de los 50 más escuchados en México y Latinoamérica. Twitter: @rowoodworth

Hay que ser como los búfalos
Foto: Sasin Tipchai / Pixabay.

Hay temporadas para todo y momentos para que las cosas cumplan su propósito

Es una frase que tengo colgada en mi cuarto en un cuadro bordado por mi madre, que recordé recientemente en un viaje a Londres donde me enfrenté a cambios abruptos de temperatura que me han hecho pensar mucho respecto a las estaciones. 

Y es que es un hecho que el clima no puede ser el mismo siempre. No puede llover todos los días todo el día porque nos inundaríamos, así como calor eterno sería sequía, en la vida igual nos pasa a todos: tenemos temporadas. 

¿Cómo aceptamos lo que está sucediendo aunque no sea precisamente lo que queremos que suceda? 

Yo no voy a empezar por decirles: AMA EL PROCESO. Porque no, a veces el proceso es una mentada y duele mucho. No lo ames, pero libérate de la carga de no aceptarlo. Si no lo aceptas, si no aceptas la realidad que estás viviendo, te tensas, te estresa, te frustras  y te da ansiedad. Date la cortesía y ten la humildad de entender que no todo está en tu control y enfócate en lo que sí. 

No puedes aprender a esquiar en el verano pero si en el invierno. De la misma forma, puedes entender tus necesidades dependiendo el clima y el lugar físico y emocional en el que estés y dar pasos en dirección a cambiar un poco el entorno ajustando la perspectiva, nuestra cercanía y límites. 

No te pierdas:Mentalidad de viajero

A veces en la vida como en Londres llueve. Si esperamos ver sol y usar shorts nos vamos a decepcionar, pero si apreciamos los matices del gris que sirven de fondo al Big Ben, los paseos matutinos por café inundados del petricor que desprende el pasto repleto de gotitas de la tormenta de la noche anterior. Las opciones que representan la espectacular ropa de invierno guantes, abrigos y cuellos de tortuga que resultan tan elegantes; entonces ese clima que te obliga a permanecer en interiores y hacer planes en tiendas, teatros, cines y museos no suena tan mal ¿No?

Si no lloviera no crecerían las plantas, así que no te tiene que gustar, pero igual y puedes encontrar la forma de disfrutar tu momento bajo la lluvia. 

Mi beso más romántico ha sido así. 

Hace 3 cuadras en un cruce peatonal, pasó una camioneta por un charco y me empapó los zapatos. 

A veces se gana y a veces se pierde, pero en el inter deberíamos de aprender a ser más como los búfalos.

¿De qué me estás hablando Roberta?

Bueno los búfalos, por si no lo saben, odian el agua así que han aprendido como especie que si ven nubes deben correr hacia ellas porque así estarán en la tormenta la menor cantidad posible de tiempo, porque eventualmente llegarán al otro lado. 

Los búfalos saben que si huyen, si caminan en dirección opuesta, la tormenta siempre les alcanzará y caminarán con ella permaneciendo más tiempo del necesario.

Lo que les quiero decir con esto es que hay que ATACAR lo que incomoda, de otra forma no podemos solucionarlo y huir de ello no va a hacer que se vaya, eventualmente nos va a alcanzar.

Como dice el cuadro que bordó mi mamá, hay temporadas para todo y momentos para que las cosas cumplan su propósito. 

A veces queremos una vida nueva y nos asustamos cuando la vida libera lugares en nuestra mesa y nuestros sueños para que esa pueda florecer. 

Así que demos pasos sin miedo hacia la tormenta, del otro lado SIEMPRE veremos fijamente al sol. 

Nos leemos en la siguiente.

Un beso, 

Roberta Woodworth  

Síguenos en

Google News
Flipboard