Jugar con fuego
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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Jugar con fuego
La figura de la ministra presidenta de la SCJN fue incendiada durante el mitin de este domingo. Foto: Especial.

Nunca el Poder Judicial de la Federación había estado sometido a una campaña negra tan intensa como la que se vive en la actualidad. Las amenazas y la violencia se propician desde la narrativa del Ejecutivo que alienta el odio para colocar blancos en las espaldas de quienes considera sus adversarios.

Hoy se cumplen 81 días del histórico momento en que Norma Piña Hernández fue electa presidenta de la Suprema Corte de Justicia. En este contexto los ataques son inversamente proporcionales al grado de autonomía que ha mostrado en 11 semanas la primera mujer en representar al sistema nacional de impartición de justicia. La ministra Piña es repudiada desde el Ejecutivo porque pone distancia respecto a la cercanía de su antecesor con el mandatario más autoritario que se recuerde en la era moderna.

Los artífices del proyecto transexenal harán lo que sea necesario para dinamitar una eventual alternancia. El mayor riesgo para el país es la notoria intención de no ceder el poder bajo ninguna circunstancia y pasarle por encima a las instituciones que tienen las facultades constitucionales para evitarlo.

Andrés Manuel López Obrador ha logrado que los niveles de confianza hacia la Corte repunten, también ha propiciado la unidad en torno a su presidenta, cuya convicción de independencia para defender la división de poderes se alza como estandarte de esperanza en el que millones de ciudadanos se ven representados para poner límites a la autocracia. Ninguna estrategia mediática o proyecto de posicionamiento de imagen había logrado para la Corte y la Judicatura Federal un resultado tan eficaz en su repunte ante la sociedad y esa es una gran oportunidad que no debe ser desaprovechada.

AMLO pone el combustible de la hoguera contra el Poder Judicial, la  quema de la imagen de Norma Piña en el mitin del gobierno el sábado 18 de marzo en el Zócalo tiene una lectura interesante que lleva al extremo el impulso primitivo de la amenaza. Lo superficial es la condena natural frente a un hecho tan lamentable, lo esencial es la desesperación de quienes no son capaces de asimilar razones y demuestran que la estrategia de la ministra ha sido adecuada para reforzar la confianza en los juzgadores federales, cuya jerarquía les permite la aplicación del derecho para frenar arbitrariedades.

Me atrevo a adelantar que la Corte revertirá la destrucción del Instituto Nacional Electoral, que a pesar de su vulnerabilidad tiene como instancia superior de revisión en sus decisiones a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El clamor orgánico de millones de personas que colorearon de rosa las principales plazas públicas de más de 100 ciudades, significa un mensaje poderoso para el principal tribunal de justicia de la nación, de ahí la respuesta violenta para linchar al estilo de los fascistas.

La ministra ha creado en poco tiempo un valioso capital de dignidad que despierta solidaridad desde diversos sectores del país. El apoyo es abrumador por parte de la academia, asociaciones de juzgadores, la Barra Mexicana Colegio de Abogados, la gran mayoría del círculo rojo, el empresariado, las asociaciones defensoras de los derechos humanos, líderes de oposición y diversos organismos internacionales.

Cada ataque, amenaza o descalificación incrementa el apoyo en torno a la impartición de justicia autónoma e independiente y radicaliza el enclave retórico del régimen que ha iniciado su cuenta regresiva de 18 meses. El sexenio de Andrés Manuel López Obrador tiene fecha de caducidad y la Suprema Corte como salvaguarda de la Constitución no. 

El libertinaje de la 4T ha sido costoso porque el presidente y su esposa han tenido que recular ante la condena social para guardar las apariencias ante el claro doble discurso que pregona el odio para dividir al país. Conmigo o contra mí, es el mecanismo del rudimentario tabasqueño para enfrentar los retos del país.

Fuera máscaras con algunos de los más cercanos ex colaboradores de Zaldívar, como Carlos Alpizar (despedido en enero de la Secretaría General de la Presidencia de la Judicatura Federal) que ha trepado a una posición en la Secretaría de Gobernación con sus cómplices, que han sido capaces de unificar a un sector maltratado y dividido que ahora cierra filas en torno a una mujer que adhiere simpatías para enfrentar las agresiones del obradorato.

Norma Piña ha logrado en 12 semanas lo que Arturo Zaldívar no alcanzó en 4 años, inclusive con la estrategia del TikTok.  

Toda crisis representa oportunidades y la presidenta de la Corte tiene a su alcance aprovecharlas.     

¿Cómo capitalizar la unidad en torno a su liderazgo, sin que esto provoque más violencia? Me cuestionaba un gran jurista que conoce perfectamente las entrañas del Poder Judicial de la Federación, trato de acercarme a la respuesta para reflexionar que el camino ha sido trazado. No claudicar en la defensa de los juzgadores federales y sus resoluciones, fijar postura con prudencia ante las calumnias, garantizar y propiciar decisiones impecables en el Máximo Tribunal que acoten el abuso del poder. El impulso favorable para reposicionar a la impartición de justicia federal significa una inmejorable coyuntura para consolidar a la Corte como salvaguarda constitucional.

En un ambiente tan polarizado, rumbo a campañas políticas y elecciones presidenciales sólo queda la convicción clara de lo que se pretende defender sin vacilaciones. El papel de la sociedad civil es crucial para tomar las calles de forma pacífica y mandar un mensaje eficaz que causa inquietudes hasta en los más radicales.   

AMLO llena el Zócalo sólo mediante el acarreo que le permite el uso discrecional del presupuesto para manipular a su movimiento. No es lo mismo caminar desde la oposición para buscar el poder y criticarlo todo, que ejercerlo y desgastarse hacia la recta final de un mandato marcado por los inexistentes resultados para justificarlo todo.

En la defensa un Poder Judicial autónomo e independiente que no está exento de errores por corregir, la dignidad o es absoluta o no fue, porque no admite medias tintas ante la intolerancia de una clase gobernante abusiva que encuentra tierra fértil en la ignorancia.

Decía Winston Churchill “Algunos hombres cambian de partido por el bien de sus principios; otros cambian de principios por el bien de sus partidos”.

En ambas hipótesis se encuadra López Obrador, el del pasado y el del presente. Combativo e incansable opositor, pervertido por el poder para convertirse en un mal gobernante dominado por la soberbia que promueve el populismo más nocivo que se recuerde en los últimos tiempos.

Sus fanáticos prenden las hogueras, él les pone el combustible que destruye su oportunidad de liderazgo positivo ante la historia. 

EDICTOS

Una reveladora nota publicada por el periodico Reforma, exhibe la maniobra de Arturo Zaldívar y Alejandra Spitalier, ex secretaria general de la presidencia del Alto Tribunal para contratar durante cinco meses por honorarios al tiktoker Cristian Magazo, con un sueldo de más de 93 mil pesos mensuales, salario similar al de un Juez de Distrito, para asesorar al ex presidente de la Corte en su aventura de “actuar” videos que lo viralizan en redes sociales.

El joven fue rescatado en la nómina de la ponencia de Zaldívar como “asistente de gestión y seguimiento” con un sueldo de más de 36 mil pesos mensuales más prestaciones que incluyen aguinaldo y tres bonos al año.

En la cuenta de TikTok de Cristian Magazo se pueden ver videos en los que tiene acceso a distintas áreas de la Corte, incluso al pleno para hacer contenido con la toga de gala del ministro. El queretano está en su derecho de subir a sus redes este tipo de contenidos, finalmente es su gusto y su trivial forma de comunicar, lo que no es correcto es pagarle contra el presupuesto de la institución para fines personales que no tienen que ver con la función jurisdiccional, cuando debió hacerlo de su bolsa. 

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