La Corte no se toca
En contraste

Es senadora de la República, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y vicecoordinadora del Grupo Parlamentario de Acción Nacional; es la primera mujer que ocupa ese cargo.

X: @kenialopezr

La Corte no se toca
Foto: Cortesía @Moonlight_Blue4

Día tras día, el Presidente López Obrador genera violencia y división desde Palacio Nacional, porque no quiere gobernar para todos los mexicanos. Por medio de arbitrariedades quiere hacer su voluntad y cuando no le sale, porque la Corte hace valer la ley, se molesta, echa a andar a sus seguidores y todo se vuelve un caos generado desde el gobierno federal.

Este domingo, miles de mexicanos salieron a las calles en la capital del país y en distintas ciudades, en una hermosa marea blanca para defender la división de poderes, para reclamarle a López Obrador que respete la Constitución y exigirle que cese esta guerra contra las instituciones.

Las imágenes y las consignas claramente demuestran la exigencia de los ciudadanos para que López Obrador detenga los ataques contra la Corte. Son mensajes claros del hartazgo que hay por la agresión sistemática a las instituciones. Es una muestra de cómo López Obrador y Morena han perdido el cariño de los capitalinos. En la Ciudad de México, la ciudadanía ya no cree en las mentiras de Palacio Nacional. 

Y como en Morena no les gusta escuchar, mandaron a los granaderos a proteger los carteles y las lonas en donde ofendían a los ministros. Claudia Sheinbaum para eso ocupa el poder, no para proteger a los capitalinos, sino para proteger las lonas ofensivas que agreden a los ministros valientes.

A los miles de manifestantes de oposición, la Jefa de Gobierno les pone vallas y granaderos, en cambio, al Gobernador de Veracruz, le da todas las facilidades para ofender y violentar a los ministros. Así es Morena, gobierna para unos cuantos y lastima a los demás. Un gobierno que divide como el de Claudia Sheinbaum y el de López Obrador no le sirve a México. No cabe duda, la Jefa de Gobierno mide con dos varas distintas a los mexicanos. Y así ambiciona a gobernar al país, que tristeza da su papel en la historia.

Lamentablemente, López Obrador abusa de las palabras y acusó a la Corte de dar un “golpe de Estado técnico”, pero una vez más miente. Ésto no es un golpe de Estado, lo que hizo la Corte fue hacer valer la Constitución. La Corte detuvo un decretazo porque el gobierno federal no quiere que haya transparencia, quiere encubrir la corrupción y no quieren cumplir con los requisitos legales para hacer una obra, esa es la realidad.

Ahora resulta que para López Obrador decirle a los mexicanos cuánto cuestan las obras, en qué se están gastando los impuestos, quiénes son los proveedores a los que se les están asignando los contratos, es un golpe de Estado. Qué manera de querer cambiar la realidad, cuánto daño hace este gobierno populista a los mexicanos y a las instituciones.

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