Formas de hacer historia
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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Formas de hacer historia
Foto:Especial

Los cambios no necesariamente mejoran las cosas, los hay para evolucionar y para retroceder, en muchas ocasiones son vueltas en “u” que empeoran la situación. Cambiar también puede significar degradación, olvido, destrucción de instituciones, encubrimiento de delincuentes, maquillaje de cifras oficiales, mayor opacidad, simulación de una transformación, endeudamiento público sin precedentes, normalización de la violencia, exterminio de derechos laborales y hasta reuniones festivas con dictadores.

El eslogan en 2018 del partido en el poder convocaba a los ciudadanos a “hacer historia” y nadie puede negar que lo cumplieron. Se trata de una cronología ominosa que pone a México al borde de un colapso irreversible que materializa esa frase cantinflesca que nos define “Antes estábamos bien, pero era mentira, no como ahora, que estamos mal pero es verdad”.

Hay formas de hacer historia, todo depende del cristal con que se mire la realidad en la que inciden diversos personajes que construyen la narrativa de la vida nacional. Cito varios ejemplos:

Juan Luis González Alcántara, jurista ungido por el obradorato, acompañó a miles de trabajadores del Poder Judicial que salieron a las calles para visibilizar el atropello de que son objeto con la eliminación de los fideicomisos que sustentan gran parte de sus derechos laborales. Con sobriedad el ministro hizo posible un hecho inédito al manifestarse como uno más en la defensa de la impartición de justicia autónoma e independiente. No recuerdo a otro togado en activo participar en algún evento similar en años recientes, su presencia mostró la congruencia de un hombre que no debe sumisión a quién lo propuso para ocupar el cargo. Optó por la dignidad y asumió los costos de ser blanco de los insultos entre los antagonistas que glorifican la zalamería. González Alcántara Carrancá dio la cara en la coyuntura de las definiciones que construyen el prestigio de una persona.

Por otro lado, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea se encuentra agazapado en sus trivialidades en medio de la crisis más aguda que ha enfrentado la impartición de justicia en México. El ex presidente del Máximo Tribunal vuelca sus redes sociales para exhibir que es un ferviente fanático de Taylor Swift, viralizó sus videos festejando durante el reciente concierto ofrecido por la cantante en la capital. Sus gustos y agenda personal forman parte de la esfera privada, sin embargo, en su categoría de personaje público ha sido incapaz de mostrar empatía con miles de trabajadores angustiados durante la embestida del Ejecutivo que compromete la viabilidad del tribunal en el que se desempeña como juez constitucional. Sin haber sido propuesto por AMLO para llegar a la Corte, Zaldívar hipotecó su dignidad para agradar al poder. Ha evitado cualquier signo de solidaridad para respaldar a la ministra Norma Piña.

Cada quien se ubica en el sitio que definirá su biografía en el futuro, insisto, son distintas formas de hacer historia.

Mientras la Presidenta de la Corte enfrenta el vendaval que compromete al poder que representa, Andrés Manuel López Obrador aplica su acostumbrada dosis de odio para vulnerar a los jueces federales e instruye a sus peones en el Senado los pasos a seguir. La togada preparaba su mensaje centrado en la defensa de la Constitución y el respeto a la división de poderes, mientras en Palenque el tabasqueño posaba orgulloso junto a Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel, profesionales en el oprobio de violar derechos humanos.

Piña Hernández reaccionó positivamente a la posibilidad de entablar un diálogo respetuoso en la Cámara Alta para contestar a las invitaciones de algunos legisladores antes de la aprobación del golpe para eliminar los fideicomisos del Poder Judicial, al tiempo llegaba la instrucción del jefe máximo para sabotear cualquier acercamiento que implicara darle reflectores a la ministra para exponer sus reflexiones sobre un tema de trascendencia nacional.

En el frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, su desaparecida presidenta Rosario Piedra Ibarra, respaldó por omisión el atentado al derecho fundamental de acceso a la justicia, mientras su Consejo Consultivo renunciaba en pleno para exhibir la cloaca en que se ha convertido ese organismo.

Mientras auténticos periodistas son señalados, perseguidos y asesinados por denunciar atrocidades cometidas por narcotraficantes y funcionarios corruptos en diversas regiones del país, un grupo de bufones adiestrados por el vocero presidencial queman incienso al presidente en Palacio Nacional con sus preguntas a modo para celebrar la incapacidad.

Cuando se nos dice que los criminales también son pueblo y serán acusados con sus mamás para ofrecerles abrazos, cientos de regiones sufren la violencia despiadada ante el desdén para enfrentarlos y procesarlos. El ejecutivo falta al respeto a las víctimas y normaliza la impunidad, justo cuando decenas de asociaciones ciudadanas se solidarizan con madres buscadoras que no encuentran a sus desaparecidos.

La procuración de justicia falla sistemáticamente para perseguir y procesar a personajes que se ufanan de sus tropelías, mientras el Fiscal General de la República utiliza el cargo para ejecutar sus venganzas personales. Alejandro Gertz mata la esperanza de una fiscalía independiente y es solapado en su irrefrenable concentración de poder.

Mientras los sistemas nacionales e internacionales de monitoreo de huracanes permitían anticipar la devastación que sufriría Acapulco por la llegada de “Otis” con categoría 5, durante la mañana del miércoles el presidente López Obrador exhibió su desconocimiento sobre las consecuencias reales de la tragedia para miles de familias guerrerenses a pesar de disponer de los sistemas emergentes con que cuentan las fuerzas armadas para establecer un centro de mando federal ante una fenómeno de esa magnitud. De los 100 minutos que duró la mañanera de ayer, AMLO dedicó sólo 5 minutos para concluir que no había suficiente información, en vez de disponerse a viajar al puerto se limitó a balbucear un breve reporte de generalidades aderezado con lugares comunes.

¿De quién es la derrota moral, señor presidente? 

Hay distintas formas de hacer historia, todo depende de la honestidad intelectual y la autoridad moral de cada quien.      

EDICTOS

1) Nuevamente el caso de la naviera mexicana TRESE llama la atención y anticipa un escándalo de proporciones internacionales. La empresa de Malasia Coastal Contracts y Nuvoil desviaron recursos que nos les pertenecían apropiándose indebidamente del patrimonio del consorcio mexicano en contubernio con PEMEX Exploración y Producción durante 7 años. Hay consecuencias que exhiben una red de corruptelas probada en diversos litigios, ¿los efectos? Coastal tiene un apoderado legal vinculado a proceso penal, Novoil se encuentra en una situación similar, Ci Banco en su rol de fiduciario fue embargado hasta por 33 millones de dólares y Petróleos Mexicanos es señalado en diversas resoluciones del Poder Judicial de la Federación por desacato a resoluciones firmes de jueces y magistrados que han revisado el asunto en el que se pretende despojar a TRESE. En la trama ya se involucra también al United Overseas Bank, el más importante de Singapur que permitió el desvío de fondos e irremediablemente será investigado por autoridades anticorrupción de aquel país en dónde sí se aplican mecanismos eficaces para combatir la impunidad.

2) Hablando de irregularidades, si alguien se interesa por detectar abusos en el sector salud hay mucha tela de donde cortar en el hospital regional “Ignacio Zaragoza” del ISSSTE dirigido por Carlos de Jesús López Morales que en contubernio con el Subdirector Médico, Juan de Dios Victoria Zúñiga encabezan una red de maltratos contra los empleados y ex empleados que han denunciado además una serie de irregularidades administrativas que ameritarían indagatorias administrativas y hasta penales contra quienes resulten responsables. Las autoridades hospitalarias presumen ser intocables ante la dirección general del ISSSTE donde despacha Pedro Zenteno que se hace de la vista gorda con los pillos de ese hospital donde una auditoría rigurosa daría nota a nivel nacional en los tiempos de la autodenominada transformación.      

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