El colapso de Acapulco es fiel reflejo del estilo de AMLO
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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El colapso de Acapulco es fiel reflejo del estilo de AMLO
Foto: EFE

Martes 24 de octubre por la tarde, Acapulco tenía la guardia baja ante lo que venía, las alertas fueron débiles e insuficientes y aunque el huracán se fortaleció con enorme rapidez hasta llegar a categoría 5 en sólo 11 horas, el gobierno federal y con mayor notoriedad el estatal fueron negligentes en su capacidad de reacción sobre el impacto catastrófico en el puerto. Esas horas fueron oportunidades perdidas para muchas personas que no dimensionaron la fiereza del fenómeno, 11 horas aprovechables para salvar vidas, anticipar la intervención de las fuerzas armadas en calidad y cantidad ante lo que se sabía esa noche con la precisión de los datos meteorológicos en tiempo real.

El presidente creyó que con un mensaje desde su cuenta en X advirtiendo sobre Otis y su impacto en las costas guerrerenses con un dato mal calculado sobre la hora en que tocaría tierra (entre 4 y 6 de la mañana) su gobierno cumpliría ente las ráfagas salvajes que desnudaron su displicencia.

Sabiendo desde las 5 de la mañana con información del Ejército y la Marina sobre la devastación, tuvo la desfachatez de privilegiar sus acostumbradas andanadas de calumnias hacia el Poder Judicial y darle mayor importancia al espectáculo circense de la señora Vilchis para arremeter contra medios y periodistas como cada miércoles. López Obrador fue escueto sobre el huracán, reconociendo sin decir la verdad que no había mucha información. Sin embargo, mientras decenas de cadáveres yacían flotando en diversas zonas de la costa y el puerto prefirió mostrar gráficas y videos sobre lo que llamó la “cargada” a favor del Poder Judicial en la discusión sobre la extinción de sus fideicomisos. De los 95 minutos que duró esa mañanera, sólo 10 se refirieron a la crisis en Guerrero. El presidente no estaba bien informado o simplemente mintió como es habitual ante una crisis que lo rebasa.

El tabasqueño faltó al máximo ofrecimiento de su vida política, el “primero los pobres” en los hechos no es prioridad en los días posteriores a la tragedia en una de las entidades con mayores índices de marginación. Desde ese momento las circunstancias exigían un plan de acción inmediato y despachar desde el lugar de la emergencia con el gabinete de seguridad el tiempo que fuese necesario, así lo hizo Ernesto Zedillo en octubre de 1997 ante Paulina, un huracán que transformó el inicio de un sexenio titubeante en una segunda mitad de buenos resultados. La capacidad de reacción ante aquella catástrofe mejoró la percepción sobre el gobierno, Acapulco se convirtió en prioridad nacional y concentró la solidaridad de los mexicanos, así lo merecía la situación.

El protocolo de la polarización es tan miserable que hasta las tragedias que antes nos unían ahora también dividen, esa es la otra calamidad de nuestro país en el presente. El presidente dice que no hará un espectáculo sobre Acapulco, también afirma que “si es necesario” viajará al puerto nuevamente. ¿En verdad considera que su presencia allí no es necesaria? López Obrador sabe que ya tiene una crisis de mediano plazo en la víspera del arranque de las campañas políticas para su relevo, el desdén de la 4T tendrá un costo político entre los más pobres que han sido olvidados en medio de la indiferencia, la opacidad y la tolerancia al crimen que organizó a la mayoría de las hordas saqueadoras.

Un comportamiento a la altura de las circunstancias debería mostrar un cuarto de guerra encabezado por el primer mandatario desde Acapulco para solventar la agenda de auxilio de la población, entre los más afectados siempre los que menos tienen. Un programa de vivienda y empleo temporal, la instalación de suficientes comedores provisionales y plantas de agua potable, un cerco eficaz de las fuerzas armadas para dar seguridad ante una rapiña orquestada por delincuentes que dominan ese territorio a placer desde el arranque del gobierno de Evelyn Salgado, cuyo desempeño es vergonzoso y se ha convertido en parte del problema.

La navidad que viene será amarga para los afectados y los deudos de los fallecidos que reclaman atención en medio de una crisis que apenas comienza. En las zonas más dañadas la población ha sido abandonada a su suerte, hay más presencia de ladrones que de funcionarios atendiendo directamente la emergencia, el vacío de autoridad es evidente, la opacidad ni siquiera ha permitido saber una cifra real de damnificados o incluso de fallecidos.  A 16 días del golpazo, decenas de familias han recuperado por sus medios los cadáveres de vecinos y conocidos, sin que esos decesos se reflejen en las estadísticas oficiales. Si nos referimos al gobierno municipal, es necesario decir que la torpeza e incapacidad de Abelina López han quedado exhibidas a nivel nacional.  

Andrés Manuel López Obrador es sacudido por la realidad y ni así pone pausa a sus insultos sobre el trabajo periodístico de decenas de medios y reporteros que narran desde allá los estragos de la indolencia. A los periodistas que cubren sin complacer se les califica desde Palacio Nacional como buitres, mientras la situación sigue fuera de control.

La reactivación del turismo es importante, pero ahora la mayor prioridad son las personas sin techo, alimento o agua potable para satisfacer necesidades primarias. La COPARMEX ha calculado que la reconstrucción podría representar 5 años, lo que significaría la aniquilación de Acapulco como atractivo turístico internacional. 

Miles de los más pobres de Guerrero que dieron la victoria electoral a Morena en las pasadas elecciones cobrarán con votos el abandono que sufren, los reclamos de los afectados han llegado en caravana a la capital y de inmediato recibieron la etiqueta de alfiles de la politiquería.  El único que monopoliza para sí la calidad de víctima es el propio López Obrador que vive las horas más desgastantes de su gobierno en medio de reproches que se ha ganado a pulso.

De este lado estamos listos para que nos desmienta señor presidente, para que les demuestre a los reporteros que trabajan como enviados especiales que sus narraciones faltan a la verdad o inventan una situación que usted ha manejado con irresponsabilidad.

Denos a conocer un censo real de damnificados y programas emergentes para auxiliarlos. Díganos cuántos muertos realmente provocó el huracán, explique cuál es el plan de reconstrucción y los recursos que su gobierno destinará de forma emergente en los próximos meses y cómo se invertirá ese dinero.    

Déjenos claro de qué tamaño es su solidaridad con los afectados y cómo podría ser empático con el sufrimiento de los que menos tienen, informe qué ideas tiene para reactivar el puerto antes de que sus candidatos se atrevan a hacer proselitismo en Guerrero en medio del justificado enojo de sus habitantes. ¿Es usted capaz de reconocer que se ha equivocado, que puede rectificar para darle al final de su sexenio un poco de dignidad? Explique a la nación si su decisión de dar más respaldo presupuestal al Tren Maya, los guardaditos electoreros y una refinería innecesaria es ética ante la emergencia que sufren tantos mexicanos. ¿Puede dormir tranquilo con esa incongruencia? ¿Sería mucho pedir que dedique más tiempo de su agenda para sacar adelante una crisis que está obligado a resolver antes de irse a Palenque? ¿No considera que podría ser solidario, aunque sea para la foto, ensuciarse las suelas de los zapatos en el fango de Acapulco una vez por semana hasta el fin de su administración?

Sería oportuno que de un manotazo de autoridad para dejar de ser complaciente con los grupos delictivos que controlan el puerto. ¿Le queda vergüenza señor presidente o también fue arrasada por Otis?

Estoy seguro que el puerto más bello del mundo resurgirá a través del esfuerzo de mexicanos de bien, esos cuya férrea voluntad saca adelante contra viento y marea a un país gobernado desde el odio.

EDICTOS

Desde hace varios meses he seguido los litigios de la empresa mexicana TRESE. Una naviera que enfrenta la complicidad de PEMEX con Coastal Contracts de Malasia y los bribones de Nuvoil que por más de 7 años han desviado dinero que no les pertenecía al tratar por las malas de prefabricar una quiebra para desplazar a los mexicanos  que a pesar de todo van acumulando importantes logros en diversas resoluciones del Poder Judicial de la Federación que tienen preocupados a los malayos que enfrentan minuciosas revisiones sobre sus tácticas irregulares operadas por despachos mexicanos de alta gama y poca ética.

Sin duda un tema digno de revisión desde el Consejo de la Judicatura Federal que preside la ministra Norma Piña y para muestra varias perlas: Uno de los apoderados legales de Coastal en México está vinculado a proceso penal, otros 2 ya están cerca de enfrentar cargos similares y CI Banco fue declarado contumaz y embargado por más de 33 millones dólares. En la misma trama PEMEX sigue en desacato y con enorme impunidad tiran a la basura resoluciones firmes de jueces federales para devolver los recursos a la empresa despojada que en este caso es TRESE.

Una cadena de flagrantes irregularidades que sólo una revisión a fondo en la oficina de la ministra Piña Hernández podría acotar y revertir. Para ahorrar tiempo es importante decir que en el IFECOM tienen todos los detalles sobre esta novela de terror.     

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