Los XV del MUAC

“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas cambiantes, 

ese montón de espejos rotos”. Jorge Luis Borges

Antes del 25 de noviembre del 2008, la experiencia de ir a dar la vuelta a “CultiSur”, más allá de un concierto en la Sala Nezahualcóyotl, obras de teatro en el Juan Ruiz de Alarcón, el Foro Sor Juana, danza en la Covarrubias o una película en la Filmoteca, era tumbarse en el pasto, comprar una sincronizada más fría que el corazón de tu ex y dejarse llevar por la aventura…

En algunos casos, si el presupuesto lo permitía, una visita a la librería y de ahí a una mesa en el Azul y Oro, restaurante del Chef Muñoz Zurita que abrió en el 2000; las enchiladas de flor de jamaica siguen igual de espectaculares, por cierto. Pero bueno, la dinámica de vida era, sin duda, otra.

En una charla con el curador Cuauhtémoc Medina, me reforzó ese recuerdo de un paraje dispuesto en una generosa área natural que se empecinó en echar raíz a pesar de la lava volcánica que conforma su terreno, una gozada a los sentidos que requirió de la agudeza de un grupo de jóvenes arquitectos que canalizaron su ímpetus creativos y dieron forma a un orgánico Centro Cultural Universitario (MUAC) al que parecía no ser necesario meterle más mano.

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Fue en 2004 cuando el consejo de la UNAM lanzó un concurso para aventarse el diseño y construcción de un nuevo museo en esa zona que parecía no tener espacio para más edificios (el MUAC), de aquella convocatoria el ganador fue el arquitecto Teodoro González de León y un equipo multidisciplinario. Comenzaron a trabajar en 2006, los esbozos de la construcción levantaron varias cejas, no cabía en la mente un proyecto de arte contemporáneo con una fachada de ventana inclinada y costados poco uniformes que dialogarían por un lado con la sala Nezahualcóyotl y por los otros dos costados, en alturas distintas, con paredes blancas, todo se percibía como una verdadera ocurrencia.

Mencionaba al inició de este #Archipiélago el 25 de noviembre porque ese día me tocó conocerlo desde adentro, fue el evento inaugural y representó mi primera cobertura con enlace en vivo para los noticieros. Al llegar, la sensación resultaba de un orgullo particular, no sé si ya les había contado, pero soy egresada de la UNAM y ver ese nuevo museo universitario me hacía sentirlo un poco como mío, para donde miraba percibía un lugar pensado a detalle con los avances arquitectónicos del momento, estábamos ante un museo de grandes ligas con el MUAC.

De aquella experiencia como reportera les diré que fue un poco desastrosa: la señal no salía, nos habían tumbado los trabajadores del sindicato nuestros cables para transmitir vía unidad móvil, no me había percatado del famoso delay y que yo misma me escucharía dos segundos después de hablar. Reconozco que las conductoras fueron muy pacientes y generosas conmigo, al igual que el director de noticias de aquel año, salvo cuando cambió de colores al escucharme decir que estaba en la máxima casa de estudios y me dijo: “¿sí te das cuenta de que pertenecemos al Politécnico?”, afortunadamente no pasó a más y de ahí pa´l real, seguí haciendo transmisiones en vivo.

Bueno, después de este recuerdo profesional, sigo con todo lo que ha representado el Museo Universitario Arte Contemporáneo, MUAC.

Desde el 2008 se han presentado 200 exposiciones, muchas de ellas impensables en nuestro país, tanto las exposiciones, charlas, talleres y centros de documentación han convocado a 6 millones de visitantes, a la par de la obra de artistas como Anish Kapoor, Ai Weiwei, Yves Klein, Carlos Cruz-Diez o Francis Alys, el MUAC ha procurado una importante colección de arte contemporáneo que refuerza su visión más allá de lo efímero de una muestra, el mismo Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del MUAC, comentó que esa idea ha sido un acierto y en la actualidad el museo cuenta con 2185 piezas en su acervo, obras que dan cuenta de la creatividad de 300 artistas internacionales que literal han rebasado sus expectativas y en un futuro muy cercano requería de otra intervención en el paisaje del Centro Cultural Universitario para construir bodegas que mantengan en perfecto estado la colección, un bien cultural de la UNAM (y del país) que resulta necesario para la historia actual… ustedes dirán, ¿en serio, porqué son tan importantes las obras de arte? La razón es sencilla: a través de ellas es posible trazar identidad, medir el progreso y reflexionar en los estancos que como sociedad hemos caído.

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Los 15 años del MUAC son una hazaña que nos coloca en perspectiva a quienes estamos vinculados a los medios, el arte y la academia, los XV del MUAC, también son un reconocimiento a los públicos que decidieron tomar un transporte público o propio, llegar con el ánimo de dejarse sorprender o mirar con sus propios ojos esas obras que tiempo atrás les habían cautivado a través de páginas de internet o sitios de otros museos en el mundo.

Los 15 del MUAC son, como dice Cuauhtémoc, un soplo de esperanza por las apuestas culturales y artísticas que se transforman en mensajes de resistencia.

¡Felices XV, MUAC!