A 250 días del fin del sexenio
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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A 250 días del fin del sexenio
El sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador culmina en septiembre. Foto: Twitter / @lopezobrador_

Indefectiblemente, el martes uno de octubre Andrés Manuel López Obrador entregará la banda presidencial a la triunfadora en las elecciones del 2 de junio. Ha sido uno de los sexenios más destructivos de la historia moderna en un México sometido por la inseguridad incontrolable, el debilitamiento de la democracia y la vulneración del Estado de derecho.

El país no es mejor que hace 6 años en la coyuntura del enorme hartazgo generado durante la administración Peña Nieto, que negoció una entrega a la medida de las exigencias del sucesor a cambio de impunidad, quizá el único compromiso cumplido cabalmente hasta ahora por el tabasqueño desde que asumió la presidencia en diciembre de 2018.

Difícilmente alguien que no se beneficia del sistema impuesto por la llamada transformación podría, en su cabal juicio, respaldar en las urnas a un régimen que con ineptitud ha dejado saldos de muerte y destrucción. Bastaría recordar las cifras oficiales de vidas perdidas que pudieron salvarse durante la pandemia con vacunas oportunas, decisiones sin sesgos ideológicos en la Secretaría de Salud y reconociendo la magnitud de una pandemia mal manejada de principio a fin que cobró la vida de casi 780 mil personas, según datos aportados por la Organización Mundial de la Salud. ¿Cuántas vidas se pudieron haber salvado con menos demagogia y más sensibilidad?

La estela de muerte también es evidente al recapitular sobre la violencia generada por conocidos grupos criminales que dominan a placer vastos territorios del país. La desvergüenza presidencial es tan elocuente que sin justificación creíble don Andrés Manuel ha visitado en 6 ocasiones durante su mandato un municipio poco relevante en términos comparativos con otras poblaciones, pero sumamente revelador en su contexto como la tierra que vio nacer a legendarios criminales como el Chapo Guzmán y sus operadores.

Badiraguato, Sinaloa es un municipio de difícil acceso entre montañas, con clima y tierras ideales para el cultivo de goma de opio o marihuana, cuya ubicación estratégica entre Chihuahua y Durango conforma el llamado “triángulo dorado” del narcotráfico. Nadie entra o sale de esa región sin permiso de los que ahí mandan con plomo, tiene una población de aproximadamente 30 mil habitantes y es uno de los lugares preferidos AMLO, porque dice que le gusta y para los efectos de la seguridad presidencial nadie podría negar que el tabasqueño se siente cómodo en sus frecuentes visitas. ¿Es más importante Badiraguato qué municipios con necesidades más apremiantes y situaciones de violencia extrema como Fresnillo, Matamoros, Apatzingán, Iguala, Suchiate, Salvatierra o Acapulco, que además sufrió uno de las catástrofes naturales más significativas que se recuerden? ¿A qué va y qué reuniones privadas se operan para el presidente en la tierra natal de Joaquín Guzmán Loera y sus herederos? Son preguntas con respuestas evidentes, porque además ya ha sido anticipado el séptimo convite en esa zona antes de que concluya el sexenio, todo un mensaje sobre sus prioridades antes de dejar el cargo.

¿Quiénes en su sano juicio podrían defender tantas aberraciones en la víspera de una campaña presidencial morenista que pinta un México irreal, basado en la simulación y dominado por los acuerdos inconfesables?

Sólo explotando la ignorancia con dádivas que se ofrecen como generosidad personal a cargo del presupuesto público, se sostiene el voto duro del régimen que aún en el escenario de una eventual derrota electoral desconocerá un resultado adverso que ponga en riesgo su continuidad.

En otros temas igualmente trascendentes, el primer mandatario engaña a quien se deja envolver en la ingenuidad con su narrativa calumniosa sobre el Poder Judicial.

Aquí una breve reseña de las principales mentiras cotidianas dichas por el presidente:

“Las decisiones de la Suprema Corte tienen como objetivo liberar delincuentes y desprestigiar al gobierno federal, los ministros ganan 600 mil pesos mensuales”. “En la Corte se retrasan asuntos para privilegiar a grupos de poder, a los ministros no les interesa el pueblo, la Corte bloquea iniciativas para la transformación, la ministra Norma Piña es adversaria de AMLO y su presidencia en el máximo tribunal es nociva para el cambio que busca el Ejecutivo”. Tergiversando con generalidades el obradorato trepa a los juzgadores federales al debate de las campañas políticas para difamarlos y dirigir su inquisición contra las instituciones que representan.

El tabasqueño es más condescendiente y generoso con los capos del narcotráfico, los expriistas corruptos conversos a Morena, los asesinos de periodistas, el tráfico de influencias de sus hijos, las políticas criminales de Hugo López Gatell y los feminicidas, que con los ministros que se han rehusado a ponerse de rodillas ante él. Así de claras están las cosas en el escenario nacional a 250 días de que concluya su administración.

Los escándalos de los ladrones en Segalmex, el enriquecimiento inexplicable y meteórico de sus hijos mayores, el desvío de dinero público a las campaña de Claudia Sheinbaum, la tragedia sufrida en Acapulco por Otis manejada con indiferencia, los más de 175 mil homicidios dolosos durante su gobierno y la carencia de medicinas para enfermos abandonados a su suerte son hechos inexistentes en el discurso de un mandatario apto para glorificar el desastre que endosará una nación severamente lastimada.

A eso le llaman cuarta transformación, un engaño magnífico que pasará a la historia como el mito que insulta la inteligencia cada mañana desde Palacio Nacional.

Datos al calce:

Según la Clasificación Mundial de Competitividad 2023 realizada por el Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD por sus siglas en inglés) con sede en Suiza, México se ubica en el lugar 56 de las 64 economías evaluadas a nivel global. En este ejercicio se miden entre otros factores la eficiencia gubernamental, el marco social, la política fiscal, inversión extranjera, empleo y la confianza que generan las instituciones.

De acuerdo con el Índice global de Corrupción (IGC) 2023 levantado por el Global Risk Profile, nuestro país se coloca en el puesto 118 de 196 analizados. En el indicador se valora la incidencia de delitos y la opacidad y el potencial riesgo de corrupción, entre otros aspectos.

Con base en el Índice de Estado de Derecho 2023 del World Justice Project (WJP) México mostró un profundo retroceso para situarse en el lugar 116 de 142 naciones estudiadas. Esto significa que tenemos niveles de gobernanza similares a los de Angola que se ubica en la posición 115.

En cuanto a Estado de derecho, el mismo WJP al referirse al tema de ausencia de corrupción coloca a México en el peldaño 136 de 142 países revisados. Los temas valorados por el estudio identifican el debilitamiento de contrapesos respecto al gobierno, la prevalencia de pago de sobornos y la adjudicación de contratos públicos sin licitación.

Y a propósito de este contexto basado en datos duros, consistentes y medibles ¿por quién van a votar?

Darle continuidad a la destrucción sería un acto masivo de masoquismo similar a los ocurridos en Venezuela o Nicaragua.

EDICTOS

Si Lenia Batres en su afán por denostar a la Corte exhibió los documentos que muestran la devolución de 82 mil 963 pesos de su primer sueldo mensual que, según ella, es el remanente de los montos fijados como límite por la Constitución, entonces queda claro que AMLO miente cuando afirma que los ministros ganan 600 mil pesos mensuales. La señora Batres dio tremenda exhibida a su benefactor político; es lo que la ciencia ha podido comprobar que sucede cuando se escupe hacia arriba.

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