Cómo dejaron a Taxco sin transporte en 7 tiempos

1 de enero, 2024. Choferes de taxis, mototaxis y combis de Taxco reciben vía WhatsApp un mismo mensaje cerca de las 7 de la mañana: “Reciban un cordial saludo y nuestros mejores deseos para que este 2024 sea un año en compañía de sus seres queridos. Atentamente: La Empresa”. El texto va acompañado de una fotografía del amanecer en Taxco, Guerrero. Quien lo lea, sin contexto, pensará que se trata de un mensaje bondadoso de alguna empresa transportista. Pero los receptores sienten repulsión al leerlo porque “La Empresa” es La Nueva Familia Michoacana y esa falsa felicitación es la manera de anunciar que el cártel siguen mandando en el año que inicia dentro del municipio platero ubicado a sólo 170 kilómetros de Ciudad de México.

11 de enero. Los teléfonos de los choferes timbran casi al unísono. Los jefes de plaza de “La Empresa” confirman el rumor que comenzó a circular desde diciembre: habrá un aumento en el cobro del derecho de piso. De 50 centavos por pasajero crece a un peso. Además, 50 tablazos a quien que no reporte movimientos extraños, foráneos sospechosos, policías, militares o Guardia Nacional. Algunos choferes, como Max —fuente de esta cronología— se juntan en una casa y con la luz apagada acuerdan rebelarse. “Ya no trabajamos para nuestras familias sino para La Familia”, se quejan. Un peso por pasajero exprime sus ya de por sí exiguas ganancias.

19 de enero. Una revolución toma tiempo. Al menos, si se intenta que sea exitosa. Por ocho días los choferes de Taxco susurran sus planes de rebelión y cuando sienten que tienen a suficientes colegas de su lado hacen un anuncio en un grupo de Facebook llamado “La Pulga Biónica de Taxco”.

“En estos momentos las organizaciones de taxistas y de combis de Taxco ya nos estamos deslindando de LFM. Estamos hartos y cansados de ser sus guaridas. Que Diositos nos ayude y oren por nosotros porque ahora nos toca esperar las represalias de esos mugrosos. De momento ya guardamos nuestros taxis (…) Quienes quedan en circulación es porque están de acuerdo con ellos o tienen miedo (…) Hay que unirnos, no pueden matarnos a todos. Que Diosito nos ayude porque tienen documentos de quiénes somos y dónde vivimos”.

20 de enero. Una combi tipo Urvan de la ruta 90 local transita por la avenida Juárez en pleno centro de la ciudad y zona turística. Va llena porque sólo unos cuantos choferes han salido a trabajar. Creen que los protegerá La Empresa, pero no es así: atrás del exconvento de San Bernardino de Siena, hombres armados interceptan al chofer y le disparan. Él muere instantáneamente; una pasajera es herida. La noticia corre por WhatsApp y todos los conductores se esconden. La noche cae y no hay transporte público en Taxco.

21 de enero. Tampoco abren tiendas ni escuelas en el municipio. Los vendedores de tours están tan ausentes como los vendedores de joyas. Los pocos policías que no se reportaron enfermos ven asustados a la gente caminar, caminar, caminar como quien marcha hacia la derrota.

22 de enero. Taxco está aislado. A la falta de transporte público se suma la declaratoria de empresas de transporte foráneo de no pararse en el municipio. Nadie entra, nadie sale. Bueno, alguien sí sale: en medio de la crisis de seguridad, el alcalde Mario Figueroa se ausenta de su oficina para acudir a la Feria Internacional de Turismo… en Madrid, España. El viaje va con cargo al erario.

24 de enero. Choferes de taxis, mototaxis y combis de Taxco reciben vía WhatsApp los saludos de sus colegas de Acapulco y Zihuatanejo: “Aguanten, compas, acá tampoco estamos trabajando. La maña nos tiene con la bota en el pescuezo. Dios nos cuide porque el gobierno no”.

GRITO. El 27 de diciembre, 12 trabajadores de limpia en Taxco fueron privados ilegalmente de la libertad por un grupo armado. Cuatro ya aparecieron, ocho siguen desaparecidos ¡Los queremos vivos!