De reporteros e influencers
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

De reporteros e influencers
Película Duna Parte Dos. Foto: Warner Bros. Pictures

En la novela publicada en 1992, Hijos de los hombres, la escritora británica P.D. James narra un futuro distópico en el que la raza humana se ha vuelto infértil y enfrenta la extinción. Los últimos en nacer, los humanos más jóvenes, rondan los 20 años y son conocidos como “Omegas”. Se les describe como bellos pero malcriados, egocéntricos y arrogantes, por llevar un estilo de vida lujoso. Digamos que, algo muy parecido a lo que vemos hoy en Instagram y TikTok.

Se les considera una raza aparte pues por ley gozan de varios privilegios, son distantes e inestables y desprecian a sus mayores, sin embargo, todo se les perdona por ser jóvenes. En su adaptación al cine de 2006, Alfonso Cuarón minimizó este y otros detalles, como que la sociedad del futuro empezaría a tratar a sus mascotas como hijos, a vestirlos como niños y llevarlos en carriolas, ante la imposibilidad de procrear.

¿Cuándo era ese futuro? 2021, ni más ni menos. Pero Cuarón eligió enfocarse en otros temas igualmente visionarios de la novela, como la caída de la tasa de natalidad o la xenofobia a partir de la migración, y nunca entendí por qué en entrevistas siempre se jactó de no haber leído el libro y, en cierta forma, minimizaba el trabajo de la autora.

Sin embargo, el tema de los “Omegas” hoy parece ser el elemento más visionario de la novela de P.D. James, cuando ya hemos hablado de Millennials, Centennials y ahora empezamos a hablar de la generación Alpha, la primera que ha vivido enteramente dentro del siglo XXI (curiosamente, la novela de James usa los conceptos de alfa y omega). En medio de todo esto también surgieron los “influencers”, esos personajes de las redes sociales que, precisamente, utilizan su juventud como principal valor y presumen un estilo de vida aparentemente privilegiado.

La visita de jóvenes celebridades como Zendaya y Timothée Chalamet a la Ciudad de México para el evento de Duna: Parte Dos, puso sobre la mesa una discusión inesperada, pero muy necesaria, sobre la ética de los comunicadores y periodistas que cubren la fuente de cine, pero también la responsabilidad que le toca a las compañías distribuidoras que se encargan de promover estos estrenos.

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El llamado “fan event” (evento para fans) que se realizó el 6 de febrero convocó a medios de comunicación e influencers, y también a invitados especiales, pero sobre todo a fanáticos de este elenco juvenil que incluye a famosos como Florence Pugh (Oppenheimer) y Austin Butler (Elvis), que también desfilaron por la alfombra roja del Auditorio Nacional.

Empecemos por aclarar que los fans de este “evento de fans” no son seguidores de la película en sí misma, sino fanáticos de estos jóvenes actores sumamente famosos en la actualidad, cada uno por sus propios méritos. Desde ahí, los promotores están manipulando los hechos. El frenesí que este evento causó fue por las celebridades, algo totalmente independiente de la calidad de la película.

Como periodistas ya hemos aprendido a interpretar que, cuando un evento de esta magnitud es necesario para promover un estreno en nuestro país, es porque tal película necesita un fuerte empujón para atraer a un público que no necesariamente está interesado y que definitivamente no asistirá al cine si empiezan a surgir malas críticas en los medios o malos comentarios de la gente que ya la vio y no le gustó.

Aquí es donde entran los influencers y la mayoría de creadores de contenido digital que, lejos de hablar de la calidad de una producción, se encargan de levantar los ánimos del público creando una atmósfera optimista, orientándose específicamente a las “experiencias” que los promotores han diseñado para el lanzamiento de cada producto. El enfoque de los influencers suele ser positivo y más cercano al estilo de vida que a la crítica o al reporteo. O sea que, si lo que ustedes buscan como consumidores es la “verdad”, ahí no la encontrarán.

Hay que guardar las apariencias mientras sea posible, para no afectar un estreno, un producto, una empresa o a una personalidad. Jugar el juego de las apariencias es parte del trabajo que muchos medios de comunicación han hecho desde siempre para ayudar a impulsar la economía, ¿pero es ético? Cuando los periodistas se empiezan a cansar de guardar las apariencias es cuando suceden cosas como lo que vimos en redes sociales tras el evento de Duna: Parte Dos.

Se desató otra batalla en la ya continua guerra entre periodistas e influencers por el trato preferencial de las fuentes de información. En áreas como espectáculos, cultura y estilo de vida, son los influencers quienes hoy gozan de mayores privilegios por servir más eficientemente a las necesidades de las empresas. Ya sea por su popularidad y número de seguidores o porque el target de sus contenidos es un público joven, o simplemente porque siguen con obediencia las instrucciones de las fuentes.

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Pero también es un tema generacional, y aquí es donde me sorprende la aparente ingenuidad de mis colegas periodistas. La mayoría de los quejosos son comunicadores de larga carrera que ven sus privilegios mermados frente a celebridades de internet mucho más jóvenes que ellos y que no siempre se dedican profesionalmente al periodismo. Es simple, lo que las empresas quieren es comunicar un mensaje, y hoy este mensaje llega al público más rápida y directamente a través de las redes sociales. Los privilegios se trasladaron y ahora es cuando ciertos periodistas se ponen a hablar de ética.

No se trata únicamente de reporteros versus influencers, la edad tiene peso en este debate. Juventud llama juventud. Las celebridades son jóvenes y el público también, ¿por qué no habrían de serlo los comunicadores? Y tal como los “Omegas” de P.D. James, los jóvenes periodistas también se están haciendo de sus propios vicios y manías, pues viven en constante admiración y asombro de sus compañeros de generación, los influencers. Pero algún día, los influencers también se cansarán de guardar las apariencias.

BREVES

Llegan otras importantes nominadas al Oscar a las salas de cine. La muy comentada The Zone of Interest, que tiene 5 nominaciones, y también Perfect Days, candidata por Japón a la Mejor Película Internacional, aunque dirigida por el alemán Wim Wenders.

En Apple TV Plus estrena la serie The New Look, sobre el célebre diseñador Christian Dior. Los primeros capítulos ya están disponibles desde el 14 de febrero.

*Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd.

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