Senderos Seguros: retomar el espacio público

Para el feminismo, los espacios públicos siempre han importado. En los años 70, el feminismo internacional lanzó iniciativas como “retomar la noche”, para visibilizar la inseguridad que las mujeres sentían al utilizar las calles de noche. La seguridad en el espacio público ha sido meta y lastre. Lastre, por qué ha sido usado como excusa para justificar que las mujeres no salgan a la calle. “¿Qué hace una mujer buena y decente en la calle a esas horas?”, era la pregunta que se lanzó, y se sigue haciendo. Recordemos que esta es solo una variación de como cuando en México se reportaba los casos de desapariciones de mujeres, una de las preguntas clásicas era: “¿Estaba tomando? ¿Qué hacía sola a esas horas?”.

Porque el patriarcado es perverso. Nos culpa de sus crímenes. La lógica va más allá del derecho de una mujer a salir de fiesta, y va directamente al derecho de una mujer de estar en la calle. De hacer vida pública. Como experta en género, una de mis dinámicas favoritas en la universidad es preguntarle a los y las estudiantes en que se fijan para buscar y aceptar un trabajo. De acuerdo a un reportaje, de todos los grupos poblaciones del país, los jóvenes son los que menos empleo tienen. Es uno de los temas que más les preocupan y ocupan. A pesar de esa unidad de preocupación, las mujeres jóvenes enfrentan un desafío mayor, que se nota en las respuestas que me dan. Para los hombres el salario es su principal preocupación, para ellas, es el tema de los horarios. 

No es sólo la terrible realidad de la desigualdad en el tema de cuidados. Las mujeres reportan 20 horas de trabajo no remunerado y de cuidados a la semana -media jornada adicional-. Es también el tema de percepción de seguridad: para muchas salir muy tarde es una razón suficiente para no aceptar un trabajo, o para dejarlo. Como activista en la alcaldía Cuauhtémoc, uno de los reclamos principales de las mujeres con las que trabajé fue que era necesario aumentar el alumbrado público. La percepción es que, a mayor alumbrado público, mayor seguridad en un espacio. De hecho, se ha probado, que, a mayor número de mujeres y niños en las calles, mejor seguridad existe en estas.

Así, asegurar que las mujeres, que los niños, niñas y adolescentes puedan estar en las calles es tanto un tema de igualdad como de seguridad. Es por esto que el gobierno le ha apostado a lo que se denominan senderos seguros: iniciativas de mejora del espacio público. Esto implica además de mejorar el alumbrado, tener una poda adecuada, pavimentado adecuado, espacios transitables, con accesos para personas con discapacidad, con vigilancia de las fuerzas del orden público e incluso con espacios comunales de arte como lo son murales.

Debe quedar claro: hablar de seguridad es hablar de igualdad de género. Las mujeres, los niños, las niñas y adolescentes, la población con discapacidad deben tener un acceso al espacio público. Es sólo así que podemos garantizar que se atienden las causas estructurales de violencia de género. Continuar y extender las iniciativas de senderos seguros es un camino para lograr la igualdad.